Ya en la introducción los autores destacan la ola de opiniones adversas que se produjo con motivo de la sanción de la ley 25.563, mal denominada «reformas a la Ley de Quiebras», que terminó con la sanción de un nuevo ordenamiento en un movimiento llamado «contrarreforma». En cita de Truffat, los autores destacan que nadie derramará lágrimas de despedida por la ley 25.563, pero su casi supresión a instancias de organismos internacionales de crédito o gobiernos extranjeros no puede ser motivo de satisfacción personal para quien pretende seguir sintiéndose orgulloso de su condición de argentino.
Con relación a la vigencia del Estado de Derecho (alterado por normas como las comentadas en este libro), los autores señalan que en un país con una grave crisis de legitimación institucional, la vigencia del Estado de Derecho significa que los dirigentes deben respetar fundamentalmente la Constitución Nacional que establece sus atribuciones y límites. Nosotros le agregamos que no puede existir una Constitución que rija para la emergencia y otra para épocas de bonanza, pues en nuestro país, bajo el paraguas del denominado «derecho de policía de la emergencia» -con la complicidad de la CSJN- se ha violado sistemáticamente la Carta Magna a tal punto que nos parece natural que sea dejada de lado.
Destacan los autores sobre la ley 25.589 que, si bien modifica la ley de quiebras, contiene también disposiciones de índole tributaria, de carácter financiero y también procesal, recordando que la ley mantiene la declaración de emergencia que había dispuesto la anterior ley 25.563.
Las principales reformas a la ley 25.563, introducidas por la ley 25.589, son: reprogramación del período de exclusividad; derogación del mínimo del cuarenta por ciento del capital a ofrecer en caso que la propuesta concordataria contenga una quita; retorno del efecto novativo solamente al concursado eliminando la extensión a los fiadores; una nueva regulación del salvataje o
Los temas arriba relacionados son tratados con la profundidad y el rigor científico a que nos tienen acostumbrados los doctores Escuti y Junyent Bas pero sin descuidar la claridad, acompañando el desarrollo del texto con cuadros sinópticos que permiten al lector ubicarse rápidamente en el tema de manera integral.
Debo también felicitar a la editorial Alveroni porque, si bien en la tapa se informa que se trata de una «edición estudiantil», el tipo de impresión y el material utilizado hace que la calidad de la edición sea excelente.
En definitiva, este libro, que quizá originalmente sus autores hayan dirigido hacia los estudiantes de derecho, ha superado esas expectativas convirtiéndose en una herramienta necesaria para todos los operadores de esa disciplina.
Los orígenes de la gendarmería
Desde el punto de vista etimológico “gendarmería” deriva de la palabra francesa gendarmerie, que a su vez viene de la expresión en...