Un circuito integrado por cuatro templos conforman esta excursión de medio día que atraviesa lo más destacado de la arquitectura andina y el estilo renacentista y alcanza una altitud máxima de 3.450 metros sobre el nivel del mar.
Si bien todos los años llegan miles de turistas a Cusco para recorrer Machu Picchu, la ciudad sagrada inca esconde asimismo otros tesoros ancestrales que también hablan de su pasado: La Ruta del Barroco Andino, que comienza por este destino y continúa hacia el Valle Sur, es uno de ellos.
Promovido por la Compañía de Jesús, este circuito recorre cuatro templos: el de la Compañía, ubicado en la plaza de Armas del Cusco; y los de Andahuaylillas, Huaro y Canincunca, en el llamado Valle Sur, espacio geográfico que conecta la capital del Imperio Inca con la selva de Madre de Dios y el lago Titicaca. La excursión tiene una duración de medio día y se alcanza una altitud máxima de 3.450 metros sobre el nivel del mar.
Este recorrido, que permite apreciar una importante versión de la historia y cultura peruana por medio del arte barroco, se conforma de los siguientes templos emblemáticos:
Templo de la Compañía de Jesús. Es el punto de partida hacia la ruta del Barroco Andino y se encuentra en la Plaza de Armas. Su capilla es considerada la más bella de la ciudad y una de las mejores muestras del barroco colonial en América. Se caracteriza por su retablo tallado en madera y revestido de pan de oro en forma de cruz latina. La arquitectura de este templo conserva majestuosas esculturas y cuadros de la Escuela Cusqueña.
Templo de San Juan Bautista de Huaro. Construido a principios del siglo XVII, atrae a los visitantes por su imponente arquitectura y su estilo renacentista. Lo más destacado de este templo son los murales originales de más de mil metros de pintura del artista cusqueño Tadeo Escalante. La Muerte del Rico y el Pobre, El Árbol de la Vida, El Purgatorio, El Infierno, La Gloria y La Muerte son sólo una muestra de sus más asombrosas obras en las que se simbolizan las creencias populares, su naturaleza y el arte colonial.
Iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas. A 35 km de Cusco se encuentra el pueblo de Andahuaylillas, donde está ubicada la Iglesia de San Pedro Apóstol. Comenzó a construirse en 1610 y sus paredes están decoradas con lienzos de grandes dimensiones que representan la vida de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas. El arco del baptisterio tiene una inscripción sobre el bautizo en cinco idiomas: latín, castellano, quechua, aimara y puquina. En su interior se conservan dos órganos que datan del siglo XVII, considerados los más antiguos de Latinoamérica.
Capilla de la Virgen Purificada de Canincunca. Ubicada a 42 km al sur de Cusco, en el distrito de Huaro, este templo recibe el nombre de Canincunca por la estrechez de dos montañas: La Laguna de Urcos y el Valle de Huaro, situadas en la ruta entre Cusco y Puno. Su estructura está decorada con pintura mural que hace referencia a la flora y la fauna andina, y en el altar se destaca la Virgen Purificada también conocida como Virgen de la Candelaria. Fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el año 1974.
Uno de los valores más importantes de la ruta es la restauración que realiza un grupo de profesionales cusqueños expertos. El proceso de conservación de los templos se hace de forma permanente, tanto para preservar su arquitectura como las obras de artes que hay en el interior.
De esta forma, los turistas pueden disfrutar de un magnífico paisaje, una gran calidez de la gente de los pueblos y una muy bien conservada arquitectura del siglo XVII.
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