Durante los meses de verano, esa ciudad patagónica despliega nuevos encantos para contrarrestar las altas temperaturas. Balnearios urbanos o más alejados son algunas de las razones para elegir este destino para las próximas vacaciones
En San Carlos de Bariloche, el verano se traslada a playas bañadas por las aguas transparentes de ríos y lagos, ideales para contrarrestar las temperaturas que llegan a ascender a 30 grados. Así, este destino de la Patagonia argentina regala un sinfín de escenarios para disfrutar los próximos meses en familia, con amigos o en pareja en lugares de gran diversidad y para todos los gustos.
El tour por estos balnearios en la montaña comienza en la tradicional Playa Bonita, en el kilómetro 7 de la avenida Exequiel Bustillo, frente a la isla Huemul. Es el sitio elegido por la mayoría de los barilochenses y uno de los preferidos por los turistas. Además, esta área conforma una de las más extensas de la “Capital de los Lagos” y se caracteriza por su playa de piedras blancas, lago de profundas aguas oscuras poblado de pequeñas islas y una completa infraestructura: bar, restaurante, baños y seguridad.
En esta zona se destaca la bahía Serena, enclavada en el kilómetro 12 de la avenida Bustillo. Se trata de un pequeño balneario tranquilo y familiar con alrededor de 200 metros de arena más fina y una cómoda bajada al lago. Es un punto ideal para descansar -pese a ser el más concurrido de la localidad.
Otra opción se encuentra a sólo 25 kilómetros del centro de Bariloche: Villa Tacul, en el corazón del parque municipal Llao Llao. Este sector permite recorrer senderos de poca dificultad que conducen a playas de arena, lagos y miradores, entre bosques de arrayanes, lengas y coihues. En estas aguas tranquilas y transparentes resulta ideal la práctica de buceo.
Por otro lado, sobre el lago Gutierrez, por la ruta 40, a unos 15 kilómetros del centro se encuentra la playa Villa Los Coihues, considerada uno de los destinos preferidos para practicar deportes acuáticos. En este predio, desde la ruta, hacia la derecha se cruza un puente de madera y se accede a la costa. Además, dispone de guardavidas y un museo paleontológico en el que se ehiben huevos de dinosaurio, maquetas y fósiles, acompañados por la historia de la evolución geológica de la Patagonia. Si lo que se prefiere es no recorrer tantas distancias, en el centro de Bariloche también se puede disfrutar de la playa pública, que se encuentra frente al Centro Cívico, y de la playa del Bicentenario, que se extiende en la entrada de la ciudad, a metros de la desembocadura del río Ñireco. Allí se practican windsurf y kitesurf, entre otros deportes.
La nieve del invierno es suplantada por días soleados y altas temperaturas que invitan a degustar los diferentes balnearios en torno a lagos cristalinos, ríos caudalosos y playas rodeadas de bosques de lengas, arrayanes y coihues.