Además de sus paisajes deslumbrantes y paradisíacos, las islas conquistan a los visitantes por sus tradiciones, cultura y, sobre todo, por su gente, una comunidad hospitalaria, alegre y preocupada por el cuidado del entorno y la grata estadía de los turistas
Salvador de Bahía está rodeado de islas paradisíacas con una gran dosis de naturaleza virgen y paisajes de ensueño, cada una de las cuales se distingue por su impronta particular, geografía y costumbres.
Entre las más elegidas por el turismo argentino y mundial se encuentra el Morro de São Paulo, el famoso balneario agraciado con playas de arena blanca, aguas cristalinas y templadas, mucha vegetación, clima agradable durante todo el año y ambiente relajado y ameno.
Desde la capital bahiana, se puede viajar al destino en catamarán (tramo que demanda 2.45 horas); con la opción semi terrestre que combina barco, bus y lancha (y dura tres horas) o en avioneta desde el Aeropuerto Internacional Luis Eduardo Magalhães (estimado en 30 minutos de vuelo).
En el destino está prohibida la circulación de vehículos con el fin de preservar el medio ambiente y mantenerlo alejado de la contaminación de las grandes ciudades, por tal motivo solo se utilizan algunas camionetas 4×4 para determinados trayectos y simpáticas carretillas para transportar las maletas de los huéspedes.
Sus edificaciones respetan los mismos criterios de cuidado del entorno y las diferentes opciones de alojamiento que van desde posadas a hoteles de alta gama, algunos con piscinas privadas en los balcones con vistas fabulosas a la bahía, no invaden las alturas y se agiornaron al paisaje con total sintonía.
Sus cinco playas, una más bella que otra, están conectadas entre sí y se distinguen por sus cualidades propias. Las primeras y céntricas, son animadas y concentran la mayor cantidad de espacios gastronómicos, hoteleros y, por ende, de gente, en tanto que las restantes son extensas, alejadas, solitarias y vírgenes. Es donde reinan los cocoteros y la mata atlántica, y se encuentran los resorts de lujo.
La segunda playa es la más concurrida y cuenta con una pasarela ecológica que la recorre de punta a punta, a lo largo de la cual se encuentran bares y restaurantes ideales para degustar unas moquecas o platos exquisitos a base de frutos de mar, así como también tomar una caipirinha sobre la arena con música en vivo de fondo.
“La obra se inauguró hace un año y fue realizada con material reciclable a partir de una iniciativa que implementamos hace un tiempo con el aporte de la tasa de 30 reales por persona que se cobra al turismo”, cuenta Cintia Palma, representante de turismo del Municipio de Cairu, el archipiélago conformado por 36 islas, entre las cuales se destacan las de Cairu, Boipeba y Tinhare (que alberga al Morro de São Paulo).
Al igual que el resto de sus habitantes, Cintia, mantiene una sonrisa constante, y trabaja a destajo para que su comuna reciba a sus visitantes con la calidad y calidez que los caracteriza.
Los días en Morro transcurren entre horas extensas de sol y mar, caminatas sobre la arena, juegos de futvoley, tragos afrodisíacos e inmersiones con snorkel o buceo para apreciar la rica fauna marina que habita bajo las olas, entre otros placeres.
Durante los atardeceres, se emprende una procesión hacia la Fortaleza de Tapirandu, uno de los mayores fuertes defensivos de Brasil en la época del imperio, cuya muralla de casi 700 metros intercalada por cañones, se convirtió en el sitio predilecto para apreciar al febo perderse en el horizonte y divisar la piruetas de los delfines en contraste con un cielo de naranjas y amarillos fluorescentes.
Por las noches, el pequeño centro activa sus tiendas, establecimientos gastronómicos, puestos de artesanías, y sus infaltables fiestas locales.
Cairu y Galeao
Quienes disfruten de escaparse de la rutina convencional y sumergirse en la verdadera cultura del archipiélago, deben conocer las islas de Cairu y Galeao, ubicadas a pocos minutos en lancha de Morro de São Paulo.
Cairu, también llamada “Casa del Sol” en tupí guaraní, sede administrativa del municipio y la segunda ciudad más antigua de Brasil, ostenta un rico patrimonio histórico que data de la colonización portuguesa, cuyos vestigios se pueden apreciar en el Convento de San Antonio, marco inicial del barroco brasileño, la Iglesia Nuestra Señora de Rosario y su flamante Memorial, recientemente inaugurado.
A minutos en lancha desde allí se arriba a Galeao, una pequeña aldea de pescadores cuya fuente económica también se basa en la producción de la “piaçava”, especie de palmera originaria del este de Brasil y fuente importante de fibra utilizada en escobas y cepillos.
Resulta muy interesante ver a las familias elaborar estos productos con técnicas ancestrales y materiales autóctonos.
El poblado goza de un detalle único del turismo gastronómico de la región que se funda en sus platos a base de frutos de mar que son capturados allí mismo por la comunidad, preparados en aceite de dendé y servidos frescos con notas gustativas a la altura de los paladares más exigentes.
Pero lo que más atrae de la isla es su gente, una comunidad quilombola (término que proviene del “quilombo” o campamentos que hacían los africanos para descansar y que luego de la colonización en Brasil fue refugio de esclavos fugitivos) de aproximadamente dos mil habitantes, que preserva sus tradiciones, bailes y canciones regalando a los visitantes procesiones inspiradas en el sincretismo religioso que identifica al crisol de influencias indígenas, africanas y europeas.
La manifestación, que emociona por sus colores brillantes, energía, trajes típicos y ritmo contagioso, recorre la aldea y asciende hasta la Iglesia de San Francisco que corona el Morro, donde se realizan rezos y más bailes ante la fantástica vista panorámica de la Costa del Dendé.
“Nuestro objetivo es impulsar el turismo comunitario, la gastronomía y tradiciones de las islas, así como también mostrar las celebraciones protagonizadas por los más de 35 grupos activistas culturales que las habitan, para que el viajero lo pueda vivenciar”, reveló Hildécio Meireles, intendente de Cairu.
“El argentino representa el segundo mercado más importante de visitantes extranjeros al archipiélago, por tal motivo, es nuestra intención que pueda conocer y disfrutar todo lo que nuestros destinos tienen para ofrecer”, concluyó Claudio Brito, secretario de turismo de Cairu.
Agenda de viaje
Cómo llegar:
Desde Córdoba a Salvador son aproximadamente 6 horas de vuelo con escala en Aeroparque (con Aerolíneas Argentinas) o en Río de Janeiro y/o São Paulo (Con Gol Líneas Aéreas).
Dónde dormir:
En Salvador: Fera Palace Hotel
En Morro de São Paulo: Hotel Acqua Sambass
Dónde comer:
En Salvador: Casa de Tereza/ Cuco Bistrô/ Zanzibar/ Omi
En Morro de São Paulo: Sambass / Morro Gourmet
Más info:
–Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo – Embratur Brasil
–Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas – Sebrae