Las casi treinta galerías que se entrelazan dentro del cuadrante de la avenida principal conocida como La Alameda y las calles Amunategui, Santa Lucía y Santo Domingo convergen en un recorrido patrimonial
Durante los últimos años, Santiago, la capital chilena, se ha ganado los primeros lugares en calidad de vida de la región. Medios internacionales le han reconocido su inmejorable poder de marca donde se le destaca por ser una ciudad limpia, ordenada, segura y moderna.
La mejor forma de conocer las ciudades es caminar por sus calles y este destino está estructurado por muchos barrios que se conformaron por las distintas maneras de interacción social. Algunos de estos enclaves ofrecen una calidad arquitectónica de gran valor y se han convertido en verdaderos íconos.
En este marco, en el centro de Santiago, donde se ubican el palacio de gobierno, la Plaza de Armas, la Catedral Metropolitana, la iglesia San Francisco y la mayoría de los edificios de la administración pública que fueron construidos durante la dominación española, existe una red de galerías comerciales únicas. Este recorrido está emplazado en las principales manzanas de la zona instaladas ahí desde el siglo XIX.
Según estimaciones hay casi treinta galerías en los espacios comerciales comprendidos en el cuadrante de la Alameda (principal avenida santiaguina) y las calles Amunátegui, Santa Lucía y Santo Domingo. Un proyecto busca rescatar la historia de estas tradicionales galerías y convertirlo en un recorrido patrimonial, por donde transitan millones de peatones diariamente.
Transitar por algunas de estas arterias, equivale a repasar parte de la historia de la ciudad y desde el punto de vista arquitectónico y urbanístico el visitante puede apreciar cómo fueron evolucionando los locales comerciales, la exhibición de las mercaderías y la animación urbana. En algunos casos se han conservado hasta los letreros originales de las tiendas y las formas de las escaleras, muros y neones.
La aparición de este tipo de construcciones se remonta a 1850. En esa época se inauguró la Galería Bulnes (actual Pasaje Matte). El gran auge vendría a principios de los años 30, gracias al impulso del arquitecto austríaco Karl Bruner, autor del Barrio Cívico de la capital chilena.
Patrimonio
Dentro del área metropolitana de la capital chilena existen 174 sitios patrimoniales bajo la custodia del Consejo de Monumentos Nacionales, entre los que se encuentran monumentos arqueológicos, arquitectónicos e históricos, además de barrios y zonas típicas. De estos, 93 se encuentran dentro de la comuna de Santiago, considerada el centro histórico de la ciudad.
Aunque ningún monumento santiaguino ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tres ya han sido propuestos por el gobierno chileno: el santuario incásico del cerro El Plomo, la iglesia y convento de San Francisco y el palacio de La Moneda.
Durante el siglo XIX y el advenimiento de la independencia, nuevas obras arquitectónicas comenzaron a erigirse en la capital de la joven república. La aristocracia construyó pequeños palacios para su uso residencial, principalmente en los alrededores del barrio República, y que se conservan hasta la actualidad. A ello se suman otras estructuras que adoptaron corrientes artísticas provenientes de Europa, como el Club Hípico de Santiago, las casas centrales de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica, la Estación Central y la Estación Mapocho, el Mercado Central, la Biblioteca Nacional, el Museo de Bellas Artes y el Barrio París-Londres, entre otras.