ESCUCHAREsta declaratoria resulta una herramienta de preservación de la biodiversidad y también de gestión para la población de la región en la industria del turismo
El parque nacional Los Alerces ubicado en el noroeste de la provincia de Chubut, en la Patagonia argentina, celebrará el próximo martes 7 su tercer aniversario desde que fue declarado patrimonio mundial natural por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Este hecho resultó de gran importancia para esta reserva de biodiversidad de más de 250 mil hectáreas como para las localidades que conviven con ella en sus alrededores.
En dicha ocasión, el parque turístico resultó seleccionado entre 35 propuestas de la lista para ingresar como patrimonio protegido elaborada por el comité de Patrimonio Mundial de la Unesco durante su 41ª reunión anual, que dispuso en su convención de 1972 que ciertos lugares del planeta, por tener un “valor universal excepcional”, sean protegidos por pertenecer al patrimonio común de la humanidad.
Esta convención cuenta en la actualidad con la ratificación de 193 países e incluye en su listado de patrimonio mundial a 1121 sitios: 869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos. Por medio de este listado, se pretende proteger estos sitios de las consecuencias que puedan generar desafíos contemporáneos como el cambio climático, la urbanización descontrolada, el turismo de masas, el desarrollo socioeconómico sostenible y las catástrofes naturales.
“Esta declaratoria de 2017 fue un premio al esfuerzo, a la dedicación, y años de trabajo de conservación de distintas generaciones”, expresó Ariel Rodríguez, intendente del parque nacional Los Alerces, tres años después.
“Más de 80 años lleva el parque nacional desde su creación y el estado de conservación se debe al trabajo conjunto, al esfuerzo dedicado durante años no solamente del personal sino también de las personas que visitan el área protegida y tienen un compromiso para la conservación”, completó.
Biodiversidad en vivo
“La propiedad conserva una variedad de paisajes y escenarios. Contiene un extenso sistema de lagos y ríos naturales interconectados de agua clara, que muestran colores espectaculares con tonos cambiantes de verde, azul y turquesa de acuerdo con la intensidad de la luz solar y la época del año. Los ríos y lagos cristalinos están rodeados de frondosos bosques valdivianos templados en un entorno de cordilleras, glaciares y picos nevados”, destacó la Unesco al momento de la declaración.
En el documento se destacó que el parque nacional contiene, en medio de un bosque lluvioso de helechos, musgos, líquenes y colihue, a una población milenaria de alerces (la segunda especie de árbol más longeva del mundo), cuya especie más grande mide casi 60 metros de altura y tiene unos 2600 años de existencia.
“El parque nacional Los Alerces conserva un alto grado de naturalidad, lo que brinda una profunda experiencia al visitante”, concluía uno de los fundamentos.
A su vez, desde la organización destacaron que el parque forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) y cuenta con un área intangible y una reserva natural estricta.
“Lo que se destacó con esta declaratoria es el estado de conservación virgen o prístino de estas grandes superficies, la integridad de más de cien mil hectáreas sin mayores alteraciones que las propias de la dinámica del bosque y las especies emblemáticas que en él habitan; entre ellas, el alerce milenario”, apuntó Rodríguez.
Además, el referente destacó que en Los Alerces convive una importante biodiversidad, consecuencia de su ubicación en el extremo sur del bosque andino patagónico con características particulares de selva valdiviana que llegan desde el valle chileno con precipitaciones que sobrepasan 2.500 milímetros al año en algunos sectores.
Una ventana al futuro
Según el director del parque, “esta declaración excede a la protección del inconmensurable patrimonio natural del parque nacional Los Alerces y colabora indirectamente con el posicionamiento de la región en los ámbitos nacional e internacional.
En este sentido, se destaca el trabajo mancomunado que se lleva adelante con las localidades vecinas para “desarrollar el turismo como eje principal de recurso laboral, cuidando el ambiente”.
“La declaratoria de sitio de patrimonio mundial es una herramienta de preservación de la biodiversidad y también de gestión para la gente de la región y con esta herramienta se pueden fortalecer las relaciones y multiplicar las oportunidades”, aseguró.
“El turismo internacional busca los sitios de patrimonio mundial porque entiende los esfuerzos que implican estas declaratorias y pone en valor estas conservaciones. Hemos trabajado mucho con la Secretaria de Turismo de Esquel en estos tres años en educación ambiental y actividades de bajo impacto, pensando en el goce de las nuevas generaciones”, concluyó Rodríguez.
