ESCUCHARA sólo cinco kilómetros de Bariloche, esta elevación natural ofrece una maravillosa vista panorámica de la ciudad y del lago Nahuel Huapi, donde se conjuga diversión, aventura, cultura y naturaleza.
Luego de recorrer cinco kilómetros por la Avenida de los Pioneros desde el centro de San Carlos de Bariloche, se llega al Cerro Otto, cuya altura de 1.405 metros sobre el nivel del mar y ubicación privilegiada, permiten una de las mejores vistas de la ciudad y del lago Nahuel Huapi.
Su teleférico, una de las atracciones más elegidas por los turistas, permite arribar a la cima del cerro a bordo de una góndola con capacidad máxima para cuatro personas. El ascenso demora 12 minutos y recorre el faldeo norte de la montaña. Desde de la cabina vidriada se pueden apreciar el magnífico paisaje en movimiento y la perspectiva cambiante durante su recorrido.
El complejo cuenta con una confitería giratoria, cuyo movimiento lento y suave regala una vista de 360 grados a los comensales, mientras degustan la repostería artesanal de la zona junto a un exquisito chocolate caliente o almuerzan los platos típicos de la gastronomía local, como truchas en distintas preparaciones y picadas de ahumados, entre otras propuestas.
Dentro de este espacio, hay una galería de arte donde se exhiben esculturas alusivas de las obras del artista Miguel Ángel Buonarroti (reproducidas directamente de los originales y certificadas por el gobierno de Italia) y un microcine, donde se proyectan documentales sobre el Parque Nacional Nahuel Huapi, la historia de Bariloche, la Fundación Furman y el teleférico.
El complejo también cuenta con un rincón infantil que consiste en una terraza panorámica diseñada para los más pequeños con juegos y entretenimientos.
En el exterior, el teleférico permite realizar varias actividades según la época del año, tales como deslizamientos por la pendiente de la montaña, cruce del puente colgante, recorrido a través del Laberinto del Bosque, la Cabaña de los Espejos Deformantes, ascensos en el funicular de la cumbre y caminatas por el entorno boscoso.
Cuando llega la nieve, la actividad se centra en el descenso con trineos por pistas con curvas peraltadas, de más de 300 metros de extensión. También son muy demandadas las caminatas con raquetas por el bosque. Al finalizar la temporada invernal, estas pistas se tapizan de material vinílico y la atención se traslada a los Otto Karts, inmensos gomones inflables estilo canadiense.
Para llegar al complejo, los visitantes pueden tomarse los buses gratuitos que salen desde el centro, en la intersección de Mitre y Villegas y, una vez finalizado el recorrido, son trasladados nuevamente de regreso. También es posible acceder en vehículo propio o contratando una excursión.
