LV-PGD es una marca cordobesa que diseña, desarrolla y fabrica accesorios para pilotos de avión
LV-PGD nació en 2019 a partir de la necesidad de Pablo Dellalibera, un joven que durante el transcurso de su carrera como piloto privado percibió la dificultad de encontrar accesorios, herramientas y materiales accesibles y necesarios para su recorrido educativo, pues no existían proveedores nacionales ni lugares de ventas directas.
“Con nuestra marca de accesorios para pilotos tanto privados, comerciales o aficionados de avión buscamos facilitar el acceso tanto a las herramientas como a productos e insumos que pudiera necesitar el piloto y el estudiante”, explica Dellalibera, CEO de esta startup junto a Gisella Motura, su socia y compañera.
“Nuestro objetivo es promover la actividad nacional, ser creativos en el diseño de los productos, generar una comunidad que comparta el amor por la aviación y ser funcionales para garantizar productos de calidad a un precio alcanzable para todos”, dice Dellalibera.
El emprendedor también advirtió un nicho en el mercado porque solo se podía acceder a marcas de primera línea, en su mayoría internacionales, lo que implicaba también un costo muy elevado. “A partir de esa necesidad, comenzamos a diseñar lo que después fue nuestro primer producto, una piernera simple, liviana, con muchos bolsillos y con un agarre doble para mayor estabilidad”, detalla Motura.
Pierneras para vuelos
Diseñaron la primera piernera para su uso personal, y con el tiempo colegas y amigos comenzaron a preguntarles dónde la habían comprado. “Fue en ese momento cuando decidimos arrancar con este proyecto”, recuerda Dellalibera.
Los productos están destinados tanto a estudiantes y pilotos privados, como a instructores y pilotos comerciales, de ambos sexos entre 16 y 50 años. Algunos, como los libros de vuelo y las pierneras, son esenciales a la hora de volar y son difíciles de conseguir.
“Si bien el mercado en que estamos es muy centralizado en una actividad específica, recolectamos información por medio de la Federación Argentina de Aeroclubes (FADA) y tenemos en conocimiento de que en el territorio nacional contamos con más de 100 aeroclubes registrados, distribuídos en todas las provincias, por lo que nuestro objetivo principal es llegar a cada alumno de cada aeroclub”, detalla Dellalibera.
El nombre de la marca se inspiró en el hecho de que a todos los aviones del mundo se les asigna una matrícula que comienza con dos letras. Para Argentina le corresponde LV. Por eso, el nombre de esta marca comienza esas letras; las siglas PGD corresponden a las iniciales de Dellalibera.
Los materiales que utilizan para confeccionar los accesorios son resistentes e impermeables. “Trabajamos con telas como la cordura y cueros para los libros de vuelo”, agrega Dellalibera. También comercializan accesorios e indumentaria destinados tanto a los pilotos como a cualquier persona aficionada al mundo aeronáutico, como llaveros de tela bordados, relojes de madera, mousepad de gomatela, premium, remeras de modal, parches estampados con velcro y gorras.
Actualmente la joven pareja está en la incubadora Andén de la Secretaría de Extensión de la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Córdoba. “Estar en Andén ha sido un sostén enorme en cuanto al acompañamiento de nuestro avance como emprendimiento”, agradece Dellalibera. También se están capacitando en la preincubación del Consejo Federal de Inversiones (CFI), con el objetivo de proyectar un futuro con los accesorios de LV-PGD para expandirse en latinoamérica.
LV-PGD está en marcha hace más de dos años y tienen dos modalidades de ventas, una personalizada o sea venta directa y otra masiva que es mediante las plataformas de e-commerce (sitio web https://www.lv-pgd.com.ar/), mercado libre.
Los jóvenes realizan ventas minoristas a todo el país y también tienen clientes mayoristas, en diferentes provincias como Jujuy, Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos y Tierra del Fuego. “Por el momento somos un emprendimiento pequeño, pero estamos en crecimiento lento pero constante. Debido a la situación del país se nos hace difícil poder agrandar el staff y poder proyectar a futuro con números claros”, advierte Motura y agrega que aunque se les complica avanzar en medio de una pandemia y en un contexto tan inestable, confían en todo el camino que les queda por recorrer. “Tenemos ganas de que cada piloto pueda tener sus accesorios sin la necesidad de que eso le lleve un gasto elevado, esta carrera es demasiado costosa, y los estudiantes hacen un gran esfuerzo también para cumplir su sueño. Nosotros queremos acompañarlos para que puedan cumplirlo”, concluye.
Aunque no cuentan con una estructura sólida para la producción masiva de productos, ni con el capital para contratar mano de obra, tienen dos personas que se ocupan de la confección de los accesorios. “Nos gustaría poder crear relaciones o armar un taller más grande para poder producir más mercadería”, señala Dellalibera. Actualmente el taller está en barrio Cofico de la ciudad de Córdoba.
El próximo desafío es reforzar las campañas de marketing para poder llegar a cada piloto y estudiante de la Argentina, y a partir del año que viene comenzar a generar un plan de expansión a Sudamérica.