Esta cooperativa de desarrollo de software se sumó al lote de organizaciones que buscan mantener altos estándares de transparencia y responsabilidad social y ambiental
Tecso, cooperativa dedicada al desarrollo de programas de software, logró certificar como empresa B.
Cada vez más, los consumidores reclaman a las organizaciones un mayor compromiso en temáticas sociales y ambientales y es por eso que hace poco más de 10 años, la organización no gubernamental (ONG) estadounidense B-lab desarrolló una herramienta de evaluación de sostenibilidad y un proceso de certificación para firmas que buscan la excelencia en sus procesos.
Las llamadas Empresas B son aquellas que desarrollan sus objetivos de rentabilidad bajo altos estándares sociales, ambientales y de transparencia y expresan una fuerte convicción en la proporción de bienestar a sus empleados, clientes y a la comunidad a la que pertenecen.
Para Tecso, la cooperativa de software más importante de Latinoamérica, con bases operativas en Buenos Aires, Rosario, Concepción del Uruguay y Medellín (Colombia), la certificación confirmó sus valores fundacionales. “Hoy -luego de certificar exitosamente- se suma al lote de las primeras 130 empresas argentinas en llevar con orgullo el mote de ‘Empresa B.”, dijo Cristian Taibbi, CEO de la firma.
En 2019 participó de una conferencia de la Universidad Austral en la que Pedro Tarak, fundador de Emprendia, la primera empresa argentina certificada y uno de los impulsores de la fundación Sistema B, compartió los alcances de la iniciativa. “El paso natural fue participar de un ejercicio de medición respecto de las posibilidades que teníamos para comenzar a transitar un proceso de evaluación junto a otras 10 empresas”, explicó Diego Tartarelli, leader proyect de Tecso.
Para Tecso, la cooperativa de software más importante de Latinoamérica, con bases operativas en Buenos Aires, Rosario, Concepción del Uruguay y en Medellín, la certificación confirmó sus valores fundacionales. “Hoy -luego de certificar exitosamente- se suma al lote de las primeras 130 empresas argentinas en llevar con orgullo el mote de ‘Empresa B.”, dijo Cristian Taibbi, CEO de la firma.
La variable financiera y social ya estaba contemplada en la misión de la cooperativa, pero le faltaba vincular lo ambiental con la industria del software. “Tratamos de tener servidores de Amazon, que tienen políticas de sustentabilidad en cuanto al consumo de energía. También nos ocupamos de reducir las impresiones en papel en la cooperativa y la generación de residuos dentro de la organización”, señaló Taibbi.
Los más de 150 asociados de la cooperativa recibieron el desafío con buena aceptación, porque la variable ambiental está dentro de la misión de la organización. “Fue clave certificar B por los principios y valores que tenemos como cooperativa respecto del impacto social que queremos generar en la comunidad”, agregó el CEO.
Luego de obtener un excelente puntaje, la cooperativa puso motores en marcha para lograr la certificación oficial, con Tartarelli liderando el proyecto en colaboración con la consultora Fixit, que se sumó a la ecuación para controlar y facilitar los procesos.
“Estamos convencidos de que es posible trabajar para crear un mundo mejor a partir de la vinculación con el trabajo, y por eso buscamos profundizar el cuidado del medio ambiente, la inclusión y generar un impacto positivo en la comunidad”, consideró el líder de proyecto. Añadió que los beneficios son tanto para la comunidad y el ecosistema empresarial como para el interior de la cooperativa en el desarrollo de una comunidad más colaborativa por parte de los asociados.
Sostenibilidad y menor huella de carbono
Cualquier empresa puede comenzar un proceso de transformación para acreditar transparencia y fortalecer su compromiso con la generación de un impacto positivo en la sociedad.
Según datos de la ONG Sistema B Argentina, en el mundo ya son más de 3.700 las empresas certificadas (659 en Latinoamérica).
El primer paso para comenzar el camino es medir, ver “dónde está parada” la empresa. Para hacerlo, existe una herramienta gratuita desarrollada por B-Lab. El software llamado BIA (B Impact Assessment), al que pueden suscribirse las empresas, tiene como objetivo medir el impacto en cinco áreas: gobernanza, trabajadores, clientes, comunidad y medio ambiente.
La evaluación da un puntaje que permite observar el impacto en cada una de esas áreas. Las organizaciones que superen 80 puntos son las que podrán acceder a certificar como Empresa B, sello que tiene un costo anual que varía según el tamaño de la firma.
Puntaje
Tartarelli indicó que Tecso logró certificar al alcanzar el excelente puntaje de 100, producto del trabajo que se venía desarrollando puertas adentro en esa dirección.
“El principal valor que encontramos en la certificación es la sinergia y el apoyo que brinda la Comunidad de Empresas B para realizar las actividades económicas del día a día que se enfocan de modo natural en producir mejoras en el bienestar de las personas, las sociedades y el medio ambiente”, concluyó.