Lo indicó un nuevo reporte de la Organización Internacional del Trabajo. Qué aspectos deben ser tenidos en cuenta luego de la experiencia de la pandemia de coronavirus
Entre todos los aprendizajes y desafíos que dejó el tiempo de emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, se encuentra la cuestión de la gestión del tiempo y la modalidad de trabajo.
Claramente, aunque ya existía una tendencia global a la implementación de esquemas de trabajo remoto y de reducción horaria, los meses de aislamiento y distanciamiento social que hubo principalmente en 2020 implicaron una reconversión de las modalidades laborales, que se orientaron por el criterio de “trabajar mejor” y no necesariamente “trabajar más”.
En este sentido, se publicó un nuevo informe de Organización Internacional del Trabajo (OIT) –que se encuentra disponible online-, que precisa algunos criterios, avances y pendientes en esta materia, según datos correspondientes a distintos países del mundo.
En el documento, la entidad enfatiza en la necesidad de avanzar en un mayor equilibrio entre vida laboral y vida privada, a la vez que da información sobre cómo trabajar menos tiempo puede ayudar con la productividad.
No obstante, un dato significativo es que -a pesar de que hay información disponible sobre este tema en las compañías de diferentes partes del mundo – no existen suficientes cifras referidas al sector de las pequeñas y medianas empresas.
“En una revisión de las medidas relacionadas con el tiempo de trabajo de las empresas durante el gran crisis económica de 2008-2009, Kümmerling y Lehndorff (2014) ya habían señalado que la información disponible sobre el tiempo de trabajo era limitada, especialmente para las pequeñas y medianas empresas y en los países de fuera de Europa”, precisó el documento.
Al buscar indagar sobre los factores que contribuyen a este escasez de información, se puedo conocer -dice el reporte- que “existen razones” para indicar que se registró en esa época (y también en la actualidad) falta de prácticas empresariales en este sentido (en este sector de la actividad económica), a la vez de falta también de interés público en investigar y relevar datos sobre la temática, más allá de lo correspondiente a la “protección laboral”.
Así, se desprende que el sector todavía no ha avanzado significativamente en esta materia, considerando el ámbito internacional.
Importancia
Aun considerando la falta de datos, sí existen algunos indicadores sobre políticas de reducción horaria, trabajo remoto y programas de retención de talentos en todo el mundo, a partir de los cuales se pueden extraer algunas conclusiones sobre la importancia de su implementación.
Justamente en este documento, titulado Working Time and Work-Life Balance Around the World, se especifican algunas cuestiones a tener en cuenta.
“El estudio primero se concentra en el equilibrio entre la vida profesional y personal, constata que una parte sustancial de la fuerza de trabajo mundial trabaja bien sea un número mayor o menor de horas respecto a la jornada laboral estándar de 8 horas diarias y 40 horas semanales”, explicó el parte de la prensa de la organización.
“Más de una tercera parte de todos los trabajadores trabaja más de 48 horas por semana, y una quinta parte de la fuerza de trabajo mundial tiene un horario de trabajo reducido (a tiempo parcial) o trabaja menos de 35 horas semanales”, agregó.
En tanto, especificó que “los trabajadores de la economía informal tienen mayores probabilidades de tener jornadas laborales más largas o más cortas”.
El objetivo de tener en cuenta estos datos es que el documento busca relevar las diferentes modalidades en la organización del tiempo de trabajo que se encuentran vigentes y cómo esto tiene efectos significativos en el equilibrio entre las vidas profesional y privada, en una mejor vida familiar y en la reducción de desequilibrios de género o riesgos para la salud.
Conclusiones
Mientras, entre los principales hallazgos de la investigación, la OIT señaló que -en primer lugar- “las leyes y reglamentaciones de la jornada laboral sobre el número máximo de horas de trabajo diarias y los períodos de descanso reglamentarios son logros que pueden contribuir a la salud y bienestar de una sociedad a largo plazo y no deben ponerse en peligro”.
Por otro lado, también precisó que (independientemente del tamaño de la compañía) “las jornadas de trabajo más largas por lo general están asociadas con una productividad inferior, mientras que un horario más reducido está relacionado con una mayor productividad”.
Además, indicó que “los países deberían aprovechar las experiencias adquiridas con la reducción y la flexibilidad de las horas de trabajo durante la crisis de la covid-19”, con el objetivo de mantener los puestos de trabajo y el poder adquisitivo del personal, a la vez de amortizar los efectos de las crisis económicas.
“Son necesarias respuestas de política pública a fin de promover reducciones de las horas de trabajo en numerosos países, para promover un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida privada y mejorar la productividad”, se indicó.
Mientras, se observó que “el teletrabajo contribuye a mantener el empleo y crea un nuevo espacio para la autonomía del empleado”, aunque “esta y otras formas de modalidades flexibles de trabajo deben ser reguladas para contener sus posibles efectos negativos, a través de políticas como la que con frecuencia se llama un derecho a desconectarse del trabajo”, se alertó.
FUTURO
CÓMO SERÁ EL MUNDO LABORAL EN LOS PRÓXIMOS AÑOS
Con relación a las transformaciones vigentes en el ámbito de trabajo, en el reciente fin de 2022 se conoció un informe privado con datos significativos.
Según el reporte, 62% de los especialistas en recursos humanos argentinos cree que en 10 años el empleo va a ser totalmente diferente al de hoy y 43% pone foco en el desafío de las personas para adaptarse y no quedar fuera del mundo laboral.
Además, 60% cree que el lugar de trabajo va a ser un híbrido entre la oficina y otros lugares; 34%, cualquier lugar gracias a la posibilidad de realizar todas las tareas de forma remota; 4% en el metaverso o la virtualidad y 2% consignó que la actividad se realizará espacios compartidos con personas desconocidas, según el estudio realizado por la firma Bumeran.
“Estamos en un momento de inflexión en el mundo laboral. La pandemia aceleró muchas transformaciones que ya se estaban gestando y el trabajo está cambiando. La flexibilidad en los horarios, el lugar de trabajo y hasta los roles van a ser el denominador común de lo que se viene”, explicó en ese momento Federico Barni, CEO de Jobint.
Mientras, el mayor desafío en el trabajo del futuro será, para 43% de los argentinos encuestados, que los trabajadores logren adaptarse al nuevo mundo laboral y no queden fuera del sistema; 30% ve prioritario que las personas trabajadoras no desarrollen sus tareas aisladas y no se pierda la sinergia del trabajo en equipo; y 10% planteó evitar el aumento de la precarización laboral.
Por la positiva, 48% destacó que las personas trabajadoras podrán realizar su tarea desde cualquier parte del mundo; y 22% consideró que habrá “mejores condiciones laborales”.