La franja etaria con más emprendedores es la de 18 a 34 años, según un estudio realizado en cinco regiones del mundo. El estudio evidencia, además, lo que motiva a los jóvenes así como los elementos que pueden impactar en sus logros y sus fracasos.
Se comprobó que los jóvenes tienen un espíritu emprendedor más fuerte que el de los adultos. El informe “Potencial futuro – la perspectiva del GEM sobre el emprendimiento de los jóvenes en 2015”, publicado recientemente por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), evidencia una iniciativa emprendedora mucho más pronunciada en la franja de edad de los 18 a los 34 años que en las siguientes.
El estudio, que analiza cinco regiones del mundo -África subsahariana, Oriente Medio y África del norte (MENA), el Sudeste asiático, América Latina y el Caribe, y los países occidentales- concluye que los jóvenes están 1,6 veces más abiertos a la idea de lanzar un nuevo negocio que los adultos.
El informe analizó, a través de estas áreas geográficas, los datos recopilados entre 2012 y 2014 y puso en evidencia lo que motiva a los jóvenes emprendedores así como los elementos que pueden impactar en sus logros y sus fracasos.
“La falta de oportunidades de empleo, sobre todo entre los jóvenes, es un problema importante en el mundo. La crisis económica y el difícil contexto económico mundial exacerbaron este fenómeno. Hoy en día, alentar a los jóvenes para que se lancen a desarrollar iniciativas empresariales está percibido como un reto estratégico necesario para ayudarles a entrar en el mercado laboral y para explotar su potencial de contribución a un desarrollo económico sostenible”, dijo Mike Herrington, director General de GEM.
Los jóvenes emprendedores
Una de las características más importantes es que, a pesar de que en esa franja etaria hay más emprendedores, las empresas creadas por jóvenes no generan necesariamente un gran número de empleos. Además, los jóvenes emprendedores tienen menos posibilidades de dirigir una empresa que pueda sobrevivir más de tres años y medio; en comparación con los adultos de más de 34 años, que tienen 1,7 más probabilidades de dirigir una empresa consolidada.
En otro orden, los hombres jóvenes tienen 1,3 veces más probabilidades que las mujeres jóvenes de crear una empresa, y 1,6 veces más de crear una empresa que funcione.
También tienen el doble de posibilidades de crear puestos de trabajo para más de cinco personas, contrariamente a las empresas dirigidas por mujeres.
Este informe muestra también unas diferencias considerables en cuanto a las intenciones de crear una empresa y la actividad real de emprendimiento en las regiones estudiadas: los jóvenes de la región subsahariana son más propensos a expresar la intención de crear una empresa (52%) y a crearla realmente (28%), contrariamente a los jóvenes de los países occidentales en los que únicamente 19% desea ser emprendedor y sólo 8% desarrolla una actividad emprendedora (cuantificado según el porcentaje de una población adulta).
Por último, el informe del GEM destaca la necesidad de encontrar los medios para que las jóvenes empresas sean sostenibles, y, según el contexto, identificar y apoyar a los sectores de gran potencial que crean muchos empleos.