Un estudio privado realizado en estudiantes universitarios revela las principales características de quienes tienen un perfil emprendedor. “Inclinación por la creatividad” es el rasgo más sobresaliente.
Mentalidad innovadora, autocontrol, tendencia a tomar iniciativas y el contacto con mentores son las características comunes en los jóvenes que aspiran a ser emprendedores, según revela un estudio realizado en las Universidades de Tufts y Stanford.
The Young Entrepreneurs Study, financiado por la Fundación John Templeton, reunió a investigadores de las Universidades de Tufts y Stanford para hacer un estudio sobre más de 5.000 objetivos, características y experiencias de estudiantes universitarios, durante un período de tres años. Se pidió a los jóvenes que se describieran a sí mismos y se observó qué rasgos eran más comunes entre aquellos que deseaban ser emprendedores.
De los resultados obtenidos es posible deducir cuatro atributos clave que son comunes a los jóvenes que aspiran a ser emprendedores: mentalidad innovadora, autocontrol, inclinación a tomar la iniciativa y la presencia de mentores empresariales que pueden haberles servido de modelo y de apoyo en los intereses que estos jóvenes muestran por el mundo de los negocios.
Para ser fieles a los datos, no puede afirmarse que estas cualidades sean las necesarias para iniciar un negocio con éxito, ya que muy pocos de los participantes llegaron a emprender de manera exitosa para poder justificar tal afirmación. Sin embargo, lo que sí puede aportar el estudio es una ayuda a la hora de conocer cuáles son los procesos que llevarían a los jóvenes a involucrarse en el emprendimiento y de qué formas pueden fomentarse.
Estos fueron las cuatro características comunes en todos ellos, reveladas en el estudio:
Inclinación por la creatividad: una mentalidad innovadora fue la peculiaridad más destacada, y demostró ser una señal significativa en las personas tendentes a iniciativas emprendedoras. Sesenta y seis por ciento de los aspirantes que participaron en el estudio mostró altos niveles de razonamiento innovador, en contraste con tan sólo 47% de aquellos que no mostraron un fuerte interés en la iniciativa empresarial.
Iniciativa y autocontrol: los aspirantes a emprendedores mostraron altos niveles de autocontrol y diferentes fortalezas relacionadas con el mismo, como es la perseverancia y la capacidad de iniciativa. Por ejemplo, los participantes en el estudio que se describieron como “personas con iniciativa” tenían 1,5 vez más de probabilidades de ser aspirantes a emprendedores que los que no lo hicieron.
Tener vista para los negocios: el interés por los negocios a una edad temprana es otra de las señales que definen a un futuro emprendedor. Algunos participantes señalaron haber realizado ciertas tareas que podrían considerarse “emprendedoras” cuando eran niños (por ejemplo, cortar el césped de los vecinos a cambio de una remuneración monetaria), así como buscar medios para desarrollar sus habilidades en los negocios cuando eran estudiantes universitarios.
Además, los aspirantes a emprendedores mostraron el doble de probabilidades de poseer un alto nivel de percepción financiera, tal como la búsqueda de oportunidades de inversión y de estar al tanto de las implicaciones fiscales relativas a las decisiones financieras.
Contacto con emprendedores: por último, el hecho de haber contado con algún miembro de la familia inmerso en el emprendimiento, o algún otro tipo de contacto con emprendedores a una edad temprana, se reveló como algo crucial. Cuarenta y cinco por ciento de los aspirantes del estudio tenía un padre que había lanzado un negocio. Las entrevistas de seguimiento revelaron que muchos de los otros aspirantes tenían familiares, amigos de la familia o mentores que eran emprendedores y que les sirvieron de modelo e inspiración.
Los aspirantes confiaban en estas personas, recibían su apoyo emocional y aprendieron habilidades valiosas de ellos.