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En el norte de Córdoba avanza un proyecto de recuperación y agregado de valor local de pieles caprinas en articulación con pequeños fabricantes de instrumentos de percusión. Lo que antes se tiraba, ahora se transforma en música.
En el noroeste de la provincia de Córdoba, luego del faenado de chivos y cabritos, las pieles son habitualmente tiradas a la basura. Con base en esta realidad, instituciones y referentes sociales están trabajando en conjunto para lograr un nuevo ejemplo concreto de renovación productiva: promover que cada vez más pieles empiecen a ser insumo para producir y reparar instrumentos tradicionales de percusión.
Actualmente, un taller de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, ya utiliza cueros cordobeses para la elaboración de cajas copleras, bombos criollos y, eventualmente, algún bombo legüero o jembé.
El proyecto se desarrolla en la comuna de Las Cañadas, departamento de Cruz del Eje, con el Centro de Referencia Córdoba del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la Mesa de Gestión Local y la Autoridad Comunal de Las Cañadas.
La Unidad de Extensión (UE) del INTI de Cruz del Eje integra dicha mesa y aporta capacitación técnica y herramientas de gestión comercial e institucional.
Capacitación para emprender
A principios de setiembre pasado se realizó una jornada-taller para la validación participativa del protocolo “Pieles Caprinas para Instrumentos de Percusión” a fin de concretar la primera selección y canalización comercial de las pieles caprinas entregadas por los productores locales, con destino al taller fabricante “Escuerzo Percusión” ubicado en Avellaneda.
La actividad se desarrolló en el salón del Centro Integral Comunitario de Las Cañadas ubicado en la localidad de Negro Huasi, con presencia de productores, técnicos de las instituciones participantes, la autoridad comunal y el responsable del taller fabricante, Hernán Iribarren, quien remarcó “el rol articulador que cumple el INTI en esta experiencia, ya que uno habitualmente como emprendedor se encuentra muy solo y no consigue los contactos adecuados. Otro punto fuerte es la calidad de los cueros, ya que los pocos que conseguíamos eran de muy baja calidad”.
En efecto, las micro y pequeñas empresas (mipes) fabricantes todavía no disponen de proveedores especializados y deben recurrir a intermediarios ocasionales, lo que les genera innumerables sobrecostos, dificultades operativas para obtener la calidad requerida y disminución de rentabilidad en sus productos. Por ello se propuso generar las condiciones sobre los cuales asentar y viabilizar el intercambio productivo y comercial señalado.
Leandro Rueda, técnico de la UE de Cruz del Eje, enfatizó: “Lo que buscamos es una intensa participación de los distintos actores ya que es necesario incorporar los conocimientos tradicionales y la información acumulada individualmente por las mipes fabricantes, sumados a la asistencia técnica del INTI, para su puesta en común buscando el beneficio colectivo. Y sabemos que es sólo mediante la participación directa y el reconocimiento mutuo que se pueden generar las condiciones para construir confianza y compromiso, fortaleciendo el entramado socio-productivo en vistas a la sostenibilidad futura de manera autónoma”.
