Incorporó una etiqueta inteligente y una plataforma virtual para compartir información con clientes y usuarios, para transparentar el proceso de trazabilidad.
“Consciente colectivo” es un emprendimiento sustentable y de triple impacto creado por Anahí Báez y Gabriel Vargas que tiene el objetivo de reciclar plásticos, reutilizar prendas y desechos textiles para crear materas, yerberas y lonas para picnic. Los productos que diseña y produce se realizan en fibras naturales con teñidos no contaminantes. “Tratamos de que todo lo que producimos tenga un impacto positivo en el ambiente y en la sociedad; por eso las etiquetas de PLA son biodegradables y contienen en un QR que deriva en una plataforma virtual donde se informa quien hizo la prenda, con qué materiales, y dónde se diseñó”, cuenta Báez. De esta manera ayudan a visibilizar al trabajador, que es el eslabón más débil de la industria textil.
La emprendedora adelantó a Comercio y Justicia que establecerán alianzas con organizaciones no gubernamentales y cooperativas que puedan garantizar que los talleres promuevan el trabajo digno.
Consciente Colectivo es un proyecto que nació con las prácticas profesionales cuando Báez cursaba la Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Textil en la Universidad Siglo 21. “Se fue gestando pensando siempre en el impacto social y ecológico que genera esta actividad. Con el pasar de los años me involucré laboralmente y decidí ver más allá, eligiendo que mi tesis sea una investigación sobre las condiciones laborales de los trabajadores de la industria de la confección de la ciudad de Córdoba. Nos sorprendimos de los índices de invisibilidad y precarización que hay en los talleres y dijimos algo tenemos que hacer”, relató Báez, quien es licenciada en Diseño de Indumentaria.
Emprender con propósito
En agosto de 2020, en plena pandemia y con toda la incertidumbre, la emprendedora decidió dar un paso más. “Nos encontramos con Gabriel Vargas, con quien compartimos desde hace muchos años la afición por el emprendedorismo y un compromiso con el ambiente y la sociedad”, añadió.
Empezaron a buscar ayuda en el entorno emprendedor, se enteraron de la propuesta de FIDE y decidieron postularse, salieron seleccionados y están en una etapa inicial a punto de validar su proyecto de triple impacto, utilizando etiquetas inteligentes para interactuar con los consumidores y los trabajadores textiles.
Periódicamente realizan campañas de recolección de descartes textiles y de plásticos y tienen algunos proveedores que les acercan sus descartes. “Tenemos un proveedor de plásticos que tenía toneladas de bolsas que antes se incineraban, ahora las rescatamos y estamos haciendo inventarios para definir el Mínimo Producto Viable”,describió Báez.
El propósito que tienen es evaluar de qué prenda salieron los productos que se crean, ver quien confeccionó el producto y la institución que participó. Los emprendedores están en proceso de sistematizar esta información a través de la ciencia de datos. “Nos gustaría participar en el cluster sustentable, y coordinar con otros diseñadores porque por ahí lo que nos sirve a nosotros les sirve a otros. También estamos buscando mentores en innovación textil y sustentabilidad”, compartió. Además, los jóvenes ganaron el tercer puesto en el Concurso ideas Emprendedoras 2021, del Ministerio de Industria, Comercio y Minería de la Provincia y con su premio invertirán en tecnología para validar el nuevo sistema con la etiqueta inteligente. Para 2022 anunciaron que les gustaría avanzar en su proyecto con el sistema de etiquetado para que pueda ser aplicable y escalable a cualquier industria.