Las que diversifican su cartera de proveedores y/o clientes son más productivas, más propensas a innovar, invertir y exportar que las que la concentran
Las pymes manufactureras argentinas se vinculan principalmente con otras pymes para adquirir insumos y también para colocar sus productos. Concretamente, 72% de las pymes de este sector tiene como principal proveedor a una mipyme (empresa con hasta 200 puestos de trabajo) y 65%, como principal cliente.
Los datos anteriores se desprenden del último informe especial sobre “Cadenas industriales de valor pyme” realizado por la Fundación Observatorio Pyme (FOP).
Más aún, el estudio destaca que, en general, la concentración en un único cliente y un único proveedor abarca a una proporción menor: sólo 11% del segmento concentra compras y ventas en un principal proveedor y en un principal cliente; y únicamente dos por ciento lo hace los vínculos comerciales con grandes empresas (más de 200 ocupados).
“Aquellas firmas que diversifican ventas y/o compras son más inversoras, presentan una dimensión media mayor, son más exportadoras y tienen una mayor antigüedad en el mercado. Adicionalmente, cuentan con una mayor propensión a innovar, son más productivas y ofrecen una mayor remuneración a su personal de producción, en comparación con las empresas que concentran sus vínculos comerciales”, puntualiza el informe del FOP.
Por el contrario, agrega el estudio, la concentración de los vínculos limita la ampliación de capacidades organizativas, productivas y comerciales, impactando negativamente en un adecuado desarrollo del negocio. “Es una restricción que impone dependencia en las decisiones de la propia empresa respecto de los actores externos aguas arriba y aguas abajo”, asevera.
A su vez, las pymes manufactureras argentinas presentan un fuerte grado de integración contractual con otras empresas del sector industrial en cadenas productivas. Diversifican su negocio para arriba y para abajo pero dentro de una dimensión media similar (tamaño de empresa) y en el mismo ámbito productivo.
Asimismo, continúa el informe del FOP, estas pymes operan fuertemente en su región de localización. Considerando como región de localización de la empresa un radio de 80 km en torno a la planta productiva, se observa que seis de cada 10 pymes industriales tienen localizado a su principal proveedor dentro de dicha región, así como a su principal cliente.
Es decir, gran parte de la actividad comercial de estas empresas se desarrolla en su misma región de localización, por lo que existe -de este modo- un importante reflejo regional de su buen (o mal) desempeño y de su desarrollo (o la falta del mismo).
Principales conclusiones
En resumen, según los datos mostrados por el estudio, se observa que en Argentina las cadenas de valor integradas por grandes empresas y pymes incluyen todavía una porción pequeña del mundo industrial.
Por el contrario, se destaca que las cadenas industriales de valor pyme se nutren fuertemente del vínculo con empresas de igual dimensión o menor, mayoritariamente industriales y localizadas en su entorno de operatividad. Muestran diversificación, lo que se asocia con mayor dinamismo, productividad y desempeño.
Dadas las características que presentan, los ciclos están correlacionados entre estas empresas y, por ende, las expansiones económicas y las recesiones tienen un efecto retroalimentador entre ellas. A su vez, el desarrollo productivo y regional derrama a casi la totalidad de las empresas.
Por último, el informe concluye que “las políticas de incentivo a las inversiones y a la contratación formal de recursos humanos, la reducción de gravámenes, las políticas comerciales y todas aquellas de fomento a actividades industriales, tienen un efecto multiplicador en el caso de estar dirigidas (focalizadas) en las pymes de la industria manufacturera local”.