ESCUCHARArtbag.io es un marketplace de Arte Digital NFT para artistas Latinoamericanos que combina arte, tecnología, negocios y NFT, a diferencia de la mayoría de las plataformas en las que el perfil del artista no cobra relevancia sino más bien sólo su obra. La propuesta consiste en realzar la figura del artista, darle la posibilidad de mostrarse desde su biografía, exteriorizar su taller, su proceso creativo, su background, etcétera. “Esto permite que los artistas puedan comenzar a desarrollar su carrera más allá de vender obras”, expresó Martín González, CEO y cofundador de BAG, en diálogo con Comercio y Justicia.
Los fundadores González, Ignacio Elffman y Pablo de Sousa, con formaciones y habilidades diferentes, se unieron y dieron vida a este proyecto. “Somos tres amigos que nos conocemos desde los seis años”, dijo Martín, ingeniero, con trabajo en finanzas y negocios varios años. Sousa, por su parte, dirige una galería que fundó su padre y es presidente de la Cámara Argentina de Galerías de Arte. Elffman trabajó muchos años en diseño y branding para marcas importantes.
ArtBag propone un marketplace con dos instancias de curaduría, la primera de ellas para que las obras expuestas sean realmente de artistas. En segundo lugar existe un proceso de curaduría que se llama, Art2Earn, en el que las obras, antes de pasar a la venta, se encuentran por 72 horas en un proceso de valoración, gracias al cual la comunidad puede valorarlas mediante diferentes tópicos y la recompensa es que, al momento de producirse la venta, 1% del monto se distribuye entre todas las personas que participaron de ese proceso de valoración. “Buscamos con esto que la gente participe de los procesos de valoración de una obra y a su vez obtenga una recompensa por esa acción lúdica”, precisó el emprendedor.
Además señaló que, si bien no hay un perfil específico de artista en BAG, son diversos los que se van sumando día a día. “Simplemente verificamos que sea un artista. Ya se sumaron más de 250 artistas latinoamericanos a esta propuesta”, indicó González.
El anclaje artístico del proyecto queda evidenciado también sobre la base de los incentivos que ofrece la plataforma. “Sabemos cómo desarrollar la carrera de los artistas, está en nuestro know how y eso lo aplicamos a cada instancia del proyecto”, detalló el emprendedor.
Las galerías de arte y los representantes en el caso de BAG se suman como partners y obtienen participación en las recompensas, al momento de concretar las ventas.
BAG está trabajando en incrementar las utilidades de su marketplace, buscando brindar cada vez más herramientas que faciliten la experiencia de usuario y sean innovadoras para toda la comunidad artística.
“Por otro lado, el objetivo es posicionar el sistema de Tickets NFT cada vez más en la industria Latam y construir de cara a los próximos años nuevos productos para ser una compañía blockchain sólida y que facilite la experiencia de usuario con dos objetivos claros: cambiar el concepto del consumo de arte desde un concepto de lujo a uno de bienestar y utilizar la tecnología NFT en diversas industrias”, precisó González.
Cabe señalar que losNFT no vienen a desplazar al arte tradicional ni mucho menos, vienen a coexistir. “El tiempo que pasamos frente a un teléfono, una computadora, un TV o cualquier dispositivo electrónico durante el día va en incremento y la necesidad de convivir con arte existe, de hecho va ir aumentando en el tiempo”, detalló el CEO de BAG.
Actualmente, cualquier joven en cualquier parte del mundo está comprando arte en formato NFT y esa misma persona era muy poco probable que antes comprara una obra de arte físico. Este caso se replica en cientos de miles y hace que la penetración del arte en el consumo de las personas como un concepto de bienestar sea cada vez mayor. No solo eso sino que los principales museos y coleccionistas del mundo ya están adquiriendo obras digitales, sin ir más lejos en la última Bienal de Venecia, Argentina llevó una obra digital”, destacó el emprendedor.
Los artistas están totalmente empoderados en esta nueva era de descentralización que permite blockchain. “Tenemos claro que quienes deciden qué obra, a qué precio, por qué tiempo y sus detalles, son los artistas. Esto trae inmensas posibilidades para los artistas y también ciertas responsabilidades”, proyectó González.
