ESCUCHARUna de las conclusiones de las IV Jornadas de Avances en Neonatología, realizada en Córdoba, sostiene que en la actualidad el desafío de los enfermeros es fortalecer el vínculo de confianza entre el recién nacido y su familia.
“El desafío que enfrentamos ahora es brindar un cuidado integral que resuelva la enfermedad pero además contemple otros aspectos igual de importantes que también impactan la vida futura del bebé”, aseguró Ana Quiroga, especialista en enfermería neonatal de la Universidad Austral, quien insiste en instaurar un “trato humanizado” en los cuidados del recién nacido fuera de término y hospitalizado.
Quiroga disertó en Córdoba la semana pasada en el marco de las IV Jornadas de Avances en Neonatología, que organiza Clínica y Maternidad del Sol. Allí subrayó que es necesario ver al bebé “como un ser humano único e individual, con respuesta y necesidades particulares, al que hay que proteger del estrés, el dolor y, algo muy importante, permitirle el contacto con sus padres la mayor cantidad de tiempo posible”.
En ese sentido, el cuidado para el nuevo desarrollo centrado en la familia cambia totalmente el paradigma de la atención de enfermería neonatal ya que su misión está centrada en “el principal desafío que enfrenta la enfermería neonatal hoy que es lograr un cuidado humanizado en un marco de gran desarrollo tecnológico”, aseguró Quiroga.
En la actualidad, todos los ámbitos (internacionales y locales, públicos y privados) promueven la iniciativa de maternidades seguras y centradas en la familia que plantea diversas estrategias organizacionales para garantizar los derechos de las mujeres y los recién nacidos, y que ha demostrado un favorable impacto en la reducción de la mortalidad infantil y materna.
Educar a la mamá y al papá
“Esta iniciativa permite que los padres tengan una participación activa en los cuidados de su hijo y que puedan brindar asistencia, contención y amor desde el inicio de la vida. Para que esto sea posible, las unidades de Neonatología deben tener una política abierta de ingreso irrestricto de los padres, y la tarea de la enfermería es fortalecer el vínculo de confianza entre el recién nacido y su familia, entendiendo que es un aspecto esencial para su proceso de desarrollo”, explicó la profesional.
La tarea del equipo de enfermería neonatal es lograr que los padres se conviertan en expertos en el cuidado de su hijo y, a su vez, proveerles las habilidades necesarias para que puedan garantizar la crianza a su bebé una vez que dejen la unidad de neonatología.
El rol de la enfermera es clave en la recuperación. “Como cualquier profesión que tiene como destinatario de sus cuidados a seres humanos implica un involucramiento desde lo emocional que vuelve especial esta tarea”, graficó.
“Es indispensable -agrega- una mirada que integre un nivel profesional óptimo generando espacios adecuados para las emociones” a los fines de “acompañar a la familia en las etapas de enfermedad, recuperación y preparación para el alta del bebé”.
En ese sentido, Quiroga destacó la importancia de que enfermeros y médicos, que tienen roles distintos y complementarios, realicen una tarea conjunta.
