La reconocida psicóloga resaltó que desde 2010 crecieron los llamados de emergencia por amenazas “inspiradas” en el caso de Wanda Taddei y el baterista de Callejeros
Por Carolina Klepp – [email protected]
Los hombres que amenazan con quemar a su pareja y los hijos que les pegan a sus madres son, desde hace tres años a esta parte, emergentes que ganan terreno como modos de violencia. La cruda postal fue resaltada ayer por Eva Giberti, reconocida psicóloga, asistente social y coordinadora del programa de Asistencia a Mujeres Víctimas de Violencia del Ministerio de Justicia de la Nación, quien es una de las figuras centrales de las VI Jornadas Cordobesas de Derecho de Familia que se desarrolla en la ciudad.
La especialista describió que “desde 2010 son cada vez más las mujeres muy jóvenes que nos llaman porque están amenazándolas con quemarlas, (casos) inspirados en la famosa historia (del baterista) de Callejeros”.
La descripción hacía referencia al crimen de Wanda Taddei, quien murió tras las graves quemaduras que sufrió en febrero de 2010 y fue víctima del primero de una seguidilla de femicidios en los que el fuego comenzó a ser utilizado por los agresores. Cabe recordar que, por ese hecho, el ex baterista de Callejeros Eduardo Vásquez (ex pareja de la víctima), fue condenado a 18 años de prisión al ser hallado responsable de homicidio calificado por el vínculo, atenuado por el estado de emoción violenta.
Al avance del amedrentamiento con fuego contra las mujeres se suma otra forma violenta que también crece y es el de la mayor cantidad de madres golpeadas por sus propios hijos. “Esto es algo que no existía antes”, subrayó. Tan es así que los profesionales que participan del programa de asistencia que ella coordina tuvo que incorporar esta modalidad a la planilla de relevamiento que completan tras escuchar a las víctimas.
Para completar el panorama, la especialista advirtió que, del total de mujeres que piden auxilio, 38% no quiere hacer luego la denuncia, por miedo. El dato estadístico se desprende del universo de asistidas en Buenos Aires en el marco del programa mencionado.
“Ésta es una cifra negra, se trata de casos que no están judicializados. Tras la emergencia, a estas mujeres las acompañamos unos 20 días con un equipo de profesionales, con visitas a la casa, pero son muy pocas las que a pesar de este acompañamiento se animan a denunciar”.
Amor o terror, son los dos sentimientos que llevan a las mujeres a no acusar a sus victimarios, según la psicóloga. “Hay que hacer todo un trabajo de género con aquellas que no pueden aceptar el fracaso de una experiencia de pareja”, advirtió.
Botón antipánico
También se le consultó la opinión sobre el botón antipánico, que en esta provincia comenzó a utilizarse a partir del 8 de marzo pasado y que permitió a la Policía realizar ya seis detenciones. Cabe recordar que el gobierno entregó este dispositivo a mujeres cuyas parejas cuentan con una orden de exclusión.
Al respecto, Giberti resaltó que “es una buena experiencia pero no resuelve el tema. La Policía interviene como medida disuasiva porque se trata de casos judicializados donde el violento ya está excluido del hogar por la Justicia”.
Finalmente, destacó la importancia de los carteles que observó al llegar a la ciudad, que rezan “Si te pega, no te quiere” y que forman parte de una campaña de concientización sobre la violencia de género.
Hoy continúan las VI Jornadas Cordobesas de Derecho de Familia organizadas por Simiente y auspiciadas por Comercio y Justicia.
Adopción y adopción internacional, la responsabilidad parental, restitución internacional de menores, el derecho procesal de familia, efectos patrimoniales del divorcio y violencia de género son algunos de los temas del encuentro. La cita es en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).