viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Pediatras abogan por los derechos de los recién nacidos prematuros

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La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) detalló que es una condición que afecta a 7.500 niños por año en el país. Destaca la importancia de controles durante el embarazo, cuidados de enfermería de alta calidad y acceso a la lactancia materna

Médicos de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) destacaron la importancia de defender los derechos de los recién nacidos prematuros, una condición que padecen todos aquellos que no llegan a completar las 37 semanas de gestación en el vientre materno. Solamente tomando los prematuros de alto riesgo -aquellos que presentan un peso igual o inferior a 1.500 gramos- en nuestro país cada año se reportan 7.500 nacimientos. La afirmación se dio en pleno marco de la Semana del Prematuro, una iniciativa de Unicef en conjunto con la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación, que se conmemora esta semana, hasta el domingo 17.

La campaña, que se realiza por décimo año consecutivo, cuenta con la participación de maternidades públicas y privadas de todo el país, familias de niños y niñas que nacieron en forma prematura, ministerios de salud de distintas jurisdicciones y diversas sociedades científicas. Particularmente, la SAP llevará adelante una serie de actividades en todas sus filiales del interior del país abogando por los derechos de los prematuros.

En opinión de los especialistas de esa entidad, la prematurez es la causa principal de ingreso a las unidades de cuidados intensivos neonatales y ejerce una marcada influencia sobre la mortalidad infantil. Por eso, a 10 años de haberse identificado el Decálogo de los Derechos del Prematuro, reivindican los derechos de los niños y niñas que nacen antes de tiempo con el objetivo de crear conciencia y movilizar a los miembros de los equipos de salud y a toda la comunidad para garantizar su protección y cumplimiento efectivo.
“Estamos frente a una condición que representa un verdadero problema de salud pública debido a la elevada mortalidad y a la gran cantidad de secuelas asociadas que produce, situaciones que adicionalmente generan un aumento de los costos sociales y económicos para la atención de estos niños”, afirmó Lucrecia Bossi, pediatra y neonatóloga, secretaria del Comité de Estudios Fetoneonatales (Cefen) de la SAP.

Desde el inicio de esta iniciativa, se enunciaron 10 derechos esenciales, que constituyen el Decálogo de los Derechos de los recién nacidos prematuros y han dado forma a los temas centrales de cada campaña a lo largo de la última década. El objetivo de estos derechos es crear conciencia no sólo a nivel de la salud pública sino por medio de los ministerios, y son derechos que llevan consigo obligaciones de cumplimiento, por parte del sistema de salud, de las instituciones, de los médicos y de los propios padres.
Control del embarazo, atención en lugares adecuados con cuidados de enfermería de alta calidad, acceso a la lactancia materna, prevención de la ceguera a causa de la retinopatía del prematuro, acceso a programas especiales de seguimiento, acompañamiento y participación de la familia en las decisiones sobre su salud y derecho a la integración social igual que los niños que nacen a término, son algunas de las premisas que conforman los Derechos del Prematuro.
Para Bossi, “el pronóstico de un recién nacido va a depender de los cuidados tanto prenatales como postnatales que se le brinden a corto, mediano y largo plazos, con el objetivo de prevenir secuelas tanto físicas y del neurodesarrollo como afectivas, siempre con el objetivo de otorgarle una mejor calidad de vida. La prevención, detección y tratamiento posterior de la prematurez constituyen las claves para disminuir la morbilidad. Lamentablemente, muchos de estos recién nacidos pueden fallecer por no haber recibido cuidados accesibles, económicos y costo-eficaces”.

Incrementan el riesgo de tener un parto prematuro situaciones como el bajo peso de las mamás, la diabetes gestacional, períodos intergenésicos cortos (poco espacio entre los embarazos), haber tenido un niño prematuro con anterioridad, y los déficits nutricionales crónicos. “Las deficientes condiciones de vida propias de la pobreza, presentes en nuestro país sobre todo en regiones marginales, favorecen deficiencias en la educación de la mamá, consumo de drogas, alcohol y tabaco, desnutrición y embarazo adolescente, entre otras, todas estas situaciones que anteceden al embarazo. Debemos pensar entonces en estrategias para mejorar y optimizar la calidad de la atención primaria”, concluyó.

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