Araceli Acosta es la primera mujer trans en ser contratada por un colegio profesional, en San Francisco. “Tener un trabajo me cambió la vida, porque yo dejé de ejercer la prostitución, me pude acomodar y proyectar con un sueldo”
Hace un año y un mes le dieron una noticia que le cambió la vida. Cuenta con lujo de detalles el momento exacto en que le avisaron que iban a contratarla para el área administrativa en la sede San Francisco del Colegio de Profesionales en Servicio Social de la Provincia de Córdoba. Nunca antes había tenido un empleo formal. Previo a su actual trabajo ejercía la prostitución desde hacía 15 años.
“Cuando me avisaron que quedé en el trabajo tenía 35 años, y para mi era algo increíble, me movilizó toda entera, me parecía irreal. Y empezar a transitar eso con todos los miedos que conlleva, el haber estado excluida y marginalizada durante tanto tiempo de lo que es el intercambio y la conexión con la gente. Era un desafío”, describe Araceli Acosta, la primera mujer trans en ser contratada por un colegio profesional en esa ciudad.
Esta semana, un proyecto de inclusión laboral para la población travesti y transgénero quedó en condiciones de ser convertido en ley, en el Senado, y ella no deja de celebrar y de expresar sorpresa.
“Antes de este trabajo, hacía como cinco o seis años que no ejercía la prostitución presencial en una esquina, la seguía haciendo a través del teléfono con gente que había conocido durante unos 15 años de estar expuesta en la prostitución en la calle. Luego, me había dedicado a estudiar, terminé el secundario con lo de la Ley de Identidad de Género y comencé una carrera para ser docente de matemáticas que luego abandoné porque la situación económica no me permitía seguir haciéndola. Me puse a militar un poco con el grupo de gente de mi ciudad en busca de cosas que veíamos que sucedían a nuestro alrededor con cuestiones de salud”, recuerda. Allí conoció a integrantes del colegio profesional y de otras entidades que trabajan sobre cuestiones de género.
“Conecté con gente del colegio que conformaba una comisión de género y diversidad y empezamos a trabajar en conjunto. Cuando sale esta posibilidad del empleo, en un primer momento yo no quería mandar un curriculum porque no sabía si estaba capacitada para llevar las tareas dentro del área administrativa de la secretaría. Pero la gente que conocía, más otra gente que vas conociendo a lo largo de la militancia en la búsqueda de derechos, me incentivaron a que mandara el currículum. Entonces lo mandé”, relata con el recuerdo de la adrenalina de aquella decisión.
“Cuando llegó mi curriculum -relata-, las chicas del colegio vieron esta posibilidad de concretar lo que tantas veces apoyaban en esa búsqueda de derechos. Si bien muchas organizaciones apoyan, hay muchas entidades que no tienen la posibilidad de concretar eso que apoyan”.
El paso siguiente fue el tratamiento de su postulación en el seno del Consejo Directivo de la institución empleadora, que finalmente aprobó Araceli Acosta para el puesto.
Desde el otro lado del teléfono desde San Francisco, agradece a todas las compañeras de su trabajo tanto en esa ciudad como a las de la sede central en Córdoba, “que siempre estuvieron y están para cualquier cosa que necesite, cuando tengo una duda”.
“Es histórico”
En la reunión plenaria de las comisiones Banca de la Mujer y de Trabajo y Previsión Social, del Senado, la semana pasada se aprobó el dictamen de la media sanción de la Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans. De esta manera, la Cámara Alta está en condiciones de tratar y aprobar la ley a partir del próximo jueves 24.
“Esto es histórico porque estuvimos muchas décadas muy marginadas y discriminadas sin un motivo justo, porque una identidad de género no es el causal para recibir tanto abuso en cuanto a cosas policiales como para marginar, criminalizar y llevarte a ese lugar oscuro de la prostitución”, afirmó Araceli Acosta
Para graficar, elige las palabras: “Estoy feliz, viviendo algo que jamás pensé que se iba a dar; hoy con una amiga miramos la tratativa del proyecto de ley (de cupo laboral trans) y le dije que nunca me lo imaginé en la vida que tuviéramos ese derecho de ir a buscar un empleo y que supieras que tenés la posibilidad de entrar”.
Se refiere a la media sanción en Diputados del proyecto que prevé que al menos 1% de la dotación de la Administración pública provenga del colectivo travesti y transgénero.
“Antes sabías que podías ir a buscar trabajo, porque nada te lo impedía, pero también sabías que no lo ibas a obtener nunca. Hoy pensaba en todas estas militancias que ya no están y que muchas se fueron creyendo que se iba a lograr. Para mí se va a lograr (la aprobación de la ley) por la cantidad de votos que tiene como para salir (en el Senado). Y pienso también en las que se fueron pensando que la realidad iba a ser siempre esa, la de decir yo tengo mi identidad, tengo mi sexualidad, busco vivirla feliz y mi condena es ser prostituta toda mi vida”, reflexiona.
En lo personal, ¿qué significa tener un trabajo?
Tener un trabajo me cambió la vida porque yo dejé de ejercer la prostitución, me pude acomodar con un sueldo, me pude proyectar, puedo acceder a un montón de cosas con el tema salud que es reimportante. Antes, sin tener una obra social, ¿cuándo y de dónde ibas a sacar el recurso para ir al dentista? Para mí es lo mejor que pudo haber pasado en la vida, lo celebro más que cualquier otra persona que obtiene un trabajo formal porque nos costó mucho y porque siempre estamos con la discriminación y todas esas cuestiones que todavía no están tan desarraigadas de lo social. Si bien hay muchos cambios, todavía faltan, y el del acceso al empleo es fundamental. Todavía seguía siendo algo inalcanzable para nuestro colectivo.
Hay una parte de la sociedad que aún no está informada, sensibilizada, concientizada sobre el tema y sigue prejuzgando a la comunidad trans. ¿Por qué crees que esto ocurre?
Hay que desenfocar el punto de lo sexual. Siempre que se habla de una persona travesti, trans, lo primero que se piensa es en lo sexual, en lo genital, nunca se piensa en la persona. No se mira dónde vive, cómo accede a todas las cosas que necesita para vivir. ¿Accede a todos los derechos que todos tenemos como ciudadanos? Tienen que ver más allá, ver que una tiene familia, sueños, darse cuenta de que el prejuicio viene de un qué dirán que nada modifica la vida de los demás. Les diría que se atrevan a dar posibilidades porque hay compañeras muy capaces en un montón de aspectos.