Mudarse por trabajo es una opción cada vez más elegida por los argentinos. Un estudio revela que 73% preferiría trabajar en una ciudad diferente de la actual si eso representara una mejora en su calidad de vida.
Al consultar específicamente a los encuestados dónde les gustaría vivir si pudieren elegir, 40% indicó que en una gran ciudad; 23% afirmó que preferiría una pequeña, del interior; 19%, que elegiría un destino de montaña o del sur; mientras que 18% aseguró que preferiría vivir en un destino de playa.
En relación con estos resultados, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, afirmó: “Estamos viendo hoy los efectos del cambio de prioridades y la reconsideración de lo que quieren las personas de sus vidas y de sus carreras que nos dejó la pandemia”. Así lo dio a conocer ayer la consultora Randstad, que difundió la última encuesta online realizada entre el 15 de agosto y el 4 de septiembre a más de 2.600 personas en búsqueda laboral.
El sondeo también indagó sobre la posibilidad de mudarse al exterior. Un mayoritario 74% de los encuestados indicó que estaría dispuesto, por trabajo. Sólo 26% rechazaría una oferta de trabajo que lo obligara a mudarse fuera del país.
Asimismo, nueve de cada 10 estarían dispuestos a trabajar desde Argentina para el exterior en una modalidad totalmente remota.
“Como resultado de una coyuntura en la que el mercado laboral ofrece alternativas más amplias para los trabajadores que buscan un cambio y por efecto de una mayor deslocalización de los trabajos y el avance de los formatos híbridos y remotos, estamos viendo cómo las personas toman decisiones que las llevan a cumplir el sueño de trabajar desde la playa o al pie de la montaña, cambiar de trabajo de una empresa a otra, lanzarse finalmente a encarar un proyecto propio, abandonar el ámbito corporativo y pasarse al mundo freelance o animarse a regresar al pueblo natal gracias a la posibilidad del trabajo remoto. El denominador común que moviliza estas decisiones es la búsqueda de realización que las personas no están dispuestas a resignar hoy por el trabajo”, agregó Ávila.
Estrés en el trabajo
En otro orden, se conoció ayer el efecto del estrés laboral y la dificultad a la hora de desconectarse, cuestiones que contribuyen a que los empleados trabajen después del horario laboral.
Según un estudio de Adecco, 45% de los empleados trabaja después del horario laboral un promedio de tres días a la semana; y 60% revisa su e-mail después del horario laboral cuatro días a la semana.
En tanto, la percepción de las empresas es diferente respecto al tema. Consideran que ocho de cada 10 empleados llevan trabajo a su casa en un promedio de tres días por semana. Por otro lado, creen que 88% de los trabajadores revisa su e-mail fuera del horario laboral en un promedio de cuatro días por semana.
Aunque las empresas sobreestiman la cantidad de empleados que se llevan trabajo a sus casas (80% vs. 45%) y que revisan su e-mail después del trabajo (88% vs. 60%), están alineados en el número promedio de días en que lo hacen: tres días a la semana llevan trabajo a sus casas y cuatro días revisan su correo después del trabajo.
La “generación Z” (aquellos nacidos entre mediados de los 90 y principios de los 2000) se destaca como la que más trabaja, tiene más dificultad para desconectarse del trabajo y es más propensa a dejar la empresa pronto. Asimismo, la “generación Y”, más conocida como millennials, parece tener más trabajo y estrés desde el comienzo de la pandemia.