Un estudio advierte de que si las personas mayores de 35 años bajaran tres gramos por día la ingestión, por un período de diez años, los casos de infarto se reducirían 21,6% y los
ataques cerebrales, 20,5%.
Los argentinos consumen en promedio 12 gramos de sal por día, siete más de lo aconsejado. Un estudio calcula que su reducción a 9 gramos por día bajaría, dentro de una década, la cantidad de infartos y ataques cerebrales alrededor de 20 por ciento.
Así lo indica un estudio publicado en la Revista Panamericana de Salud Pública, que reprodujo la agencia de noticias científicas del Instituto Leloir. “Existe consenso en que en Argentina se consume en promedio más de los cinco gramos diarios de sal recomendados por la OMS”, señaló el autor principal del estudio, Daniel Ferrante, coordinador del Programa Nacional de Prevención y Control de Enfermedades Cardiovasculares del Ministerio de Salud de la Nación.
Y destacó que mediciones de la excreción de sodio en la orina indican que se ingieren en promedio aproximadamente12 gramos de sal por día. Si en Argentina las personas mayores de 35 años de edad lograren bajar tres gramos el consumo diario de sal por un período de 10 años, los casos de infarto agudo de miocardio se reducirían 21,6% y los accidentes cerebrovasculares, 20,5%.
Asimismo, el estudio señala que si durante 10 años los argentinos consumieran en promedio 9 gramos diarios, cifra aún lejana a la recomendada por la OMS, además de mejorar la salud de la población y de prolongar su vida se generaría un ahorro neto en términos de gastos de salud de entre US$2.080 millones y US$3.765 millones, en el mejor de los escenarios, indicó Ferrante.
Para llegar a esos resultados, los investigadores emplearon modelos de simulación que procesan datos demográficos y epidemiológicos extraídos de fuentes oficiales.
El apoyo de la industria
La cartera sanitaria ha acordado con empresas la reducción de sal en alimentos procesados mediante la iniciativa “Menos sal, más vida”. “Se logró una disminución significativa en más de 80 por ciento de los productos acordados como derivados de harinas, de carnes, de fiambres, sopas, aderezos, conservas, lácteos y otros. Asimismo, a fines del año pasado se aprobó una ley nacional que regula cantidad máxima de sal para los alimentos”, destacó el especialista.
Por otra parte, Ferrante afirmó que la educación es clave para lograr un control adecuado de la hipertensión arterial en toda la población. En el trabajo también participaron investigadores del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), en Argentina, y de las universidades de Columbia y de California, Estados Unidos.