Por Redacción de Comercio y Justicia
El 2 de octubre de 1939, en una Córdoba gobernada por Amadeo Sabattini y un mundo que todavía no se sabía inmerso en una nueva Guerra Mundial cuando los recuerdos de la primera todavía estaban frescos, nacía en el punto mediterráneo de la Argentina Comercio y Justicia. Medio en papel tabloide, de aparición cotidiana, de lunes a viernes.
Fue una apuesta arriesgada: el diario Los Principios insistía en su cátedra conservadora, La Voz del Interior y Córdoba buscaban adecuarse a los nuevos ritmos de una provincia donde ya humeaban grandes industrias y lanzar un diario en esa convulsionada realidad era puro riesgo.
Heredero directo de Comercio y Tribunales, fundado en 1927, Comercio y Justicia era una cuña de periodismo especializado que buscaba ganarse el favor de lectores profesionales, pero también de los jóvenes emprendedores que creían en un futuro pujante para la Docta.
Fue el primer diario especializado del interior del país y hoy Córdoba exhibe con orgullo ese blasón, porque los cordobeses lo tenemos junto a nosotros, cada día en nuestros escritorios, en nuestra mesa de trabajo, en nuestra computadora o celular.
Es importante recodar que a pocos meses de aquella riesgosa apuesta de Domingo Pronsatto, Francisco Junyent Vélez y José Eguía Zanón, el nuevo periódico estuvo a punto de morir. Es que nunca fue fácil sostener un diario. Y sin embargo, pasó aquella prueba, resurgió. Y pasaron otras y se consolidó. Acompañó por más de ocho décadas el nacimiento y la madurez de esa nueva Córdoba, la de nuestros padres, la pujante capital de la industria nacional.
La hecatombe económica del año 2001 vio nacer un nuevo Comercio y Justicia. El tercer diario cooperativo del país. De la falsa promesa de los “capitales extranjeros” que prometían glorias efímeras, del compromiso de sus trabajadores gráficos y de prensa, del fondo de la historia se recuperó después de 150 días de ausencia, la tradicional editorial cordobesa, se conformó la segunda imprenta de diarios más grande de la región y se mantuvo en pie una fuente de trabajo que es también fuente de discurso nacional, pyme, cooperativo, de periodismo riguroso y especializado.
Hoy, cumplimos 85 años junto a los cordobeses. Es cierto, no es fácil sostener un diario en un contexto que como dice Clare Malone, columnista de New Yorker, sitúa a los medios de comunicación en la imparable corriente de un acontecimiento de nivel de extinción, provocado por la irrupción de las plataformas, la crisis de financiamiento y los cambios en los consumos culturales de las poblaciones.
Sin embargo, hoy gracias a nuestros lectores, nuestros anunciantes, nuestros socios y compañeros, y gracias también al acompañamiento de una variedad de organizaciones intermedias de profesionales, de empresas, de trabajadores y también de Estado, instituciones que han hecho de Córdoba lo que es, lo estamos logrando. Resistiendo ese evento de extinción que no afecta a todos por igual, sino particularmente a la comunicación en clave local y regional, a aquella que se hace con los pies clavados en este suelo que nos vio nacer.
Hace casi un lustro, en plena pospandemia del coronavirus, escribíamos que “esta Argentina de hoy podríamos decir junto al tango que aparece rara pero también encendida. Porque mientras caen persianas de fábricas y la desesperanza se sienta a la mesa de nuestras casas, al mismo tiempo persisten tercamente empresas privadas, empresas colectivas y sociales como Comercio y Justicia, que siguen aspirando a protagonizar la historia. Y a nosotros nos encanta contarla. Es lo que hacemos hace tantos años”.
Parece mentira pero nuestra Nación sigue avanzando en círculos y las señales de aquel contexto se perciben hoy nuevamente. Habrá que apelar entonces a aquel espíritu de los pioneros de 1939 y por qué no, al de los de 2002, para encontrar detrás de tanto esfuerzo guiado sin dudas por la pasión, el camino que nos llevará dentro de tres lustros a cumplir un siglo, una edad que pocos, muy pocos medios de comunicación, han logrado ya no en el país sino en el continente.
A esa epopeya nos guía la memoria de los fundadores. ¡Salud, Comercio y Justicia, por estos 85 años de labor y en camino hacia los 100 años!