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El complejo acompañará el nacimiento de emprendimientos con perfil científico-tecnológico a partir de ideas y proyectos de laboratorios, equipos o centros de investigación de la universidad. Se invirtieron $6 millones.
Innovación y emprendedorismo, palabras que envolvieron ayer la inauguración del Parque Científico Tecnológico de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), que se convierte en el sexto en el país gestado por una universidad pública en un avance para volcar la aplicación del saber de docentes e investigadores al sector productivo.
Con una inversión de seis millones de pesos -aportados en gran parte por el Laboratorio de Hemoderivados- y con cinco proyectos inaugurando el edificio, se abrieron las puertas de la Incubadora de Empresas en un predio de 10.000 metros cuadrados que permitirá luego la radicación de aquellas que logren consolidarse tras el acompañamiento en el desarrollo del negocio.
Así lo señaló a Comercio y Justicia Pablo Manso, subdirector de Innovación Tecnológica de la UNC, a cargo de la gestión del parque. Manso agregó que allí también funcionan ahora las oficinas de Innovación Tecnológica (OIT) y de Propiedad Intelectual (OPI) de la casa de altos estudios.
De los 22 proyectos aprobados para ser incubados, hay cinco iniciales que comenzaron a ocupar las oficinas del parque con opción a construir luego su propia infraestructura en los terrenos aledaños. El edificio cuenta con tres plantas donde habrá más de 15 boxes, sumados a laboratorios, salas de capacitación y de reuniones.
Uno de los proyectos que debuta está relacionado con generación de equipamiento para mediciones de campos magnéticos e insumos para la industria de la resonancia magnética nuclear. Otro está referido a la agronomía de precisión, relacionado con la instalación de sensores para medir distintos parámetros y monitorear cultivos a distancia. El tercer emprendimiento empezará con la generación de un software para gestionar competencias en organizaciones. La cuarta iniciativa apunta un emprendimiento especializado en la programación y comercialización de videojuegos para plataformas “IPhone” y “IPod”, con acceso por las redes sociales. Finalmente, el quinto proyecto trata del desarrollo de un software que permite realizar los cálculos y simulaciones de presión y las condiciones para la extracción de los hidrocarburos de un yacimiento según su composición química.
“Los proyectos que se alojan en la incubadora pagan una tasa de entre 600 y 1.200 pesos mensuales, dependiendo de los metros que ocupen, y tienen subsidiada la asistencia técnica del equipo de gente que monitorea aquéllos. También los costos de mantenimiento de la infraestructura están subsidiados”, detalló Manso.
La rectora Carolina Scotto resaltó que está en el espíritu “promover una universidad más propensa a la innovación” y con cultura emprendedora. Además, advirtió que es necesario volcar el caudal de conocimiento al sector productivo y no sólo que los investigadores piensen en volcarlo al sistema académico que, por otra parte, no va a poder receptarlos a todos.
Finalmente, Manso agregó que “es una nueva mirada traccionada por las demandas de la propia sociedad. La universidad es una institución pública que es subvencionada por las contribuciones de toda la ciudadanía y en algún momento requiere un compromiso (de este tipo)”.
