Cada tres segundos, una persona es diagnosticada con demencia en el mundo, y si bien existen muchos tipos, la enfermedad de Alzheimer es la más frecuente, ya que representa el 70 por ciento de los casos, afirmó Julián Bustin, jefe de la Clínica de Memoria del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), con motivo del día mundial de esa patología, que se conmemoró ayer.
“La demencia es un síndrome caracterizado por un deterioro cognitivo progresivo que afecta funciones cerebrales superiores tales como la memoria, el lenguaje, la percepción, la atención, el pensamiento y la conducta, alterando la capacidad de la persona para desenvolverse en forma independiente en sus actividades habituales”, explicó el especialista.
En cuanto al Alzheimer, “se trata de una enfermedad edad-dependiente, cuya frecuencia aumenta significativamente a partir de los 65 años”, detalló.
Según la Asociación Internacional de Alzheimer, en 2015 se contabilizaron 503.000 personas con demencia en la Argentina, con una incidencia anual de 74.061 nuevos casos, mientras que se estima que ese número se incrementará a 1.181.000 personas para 2050.
En Argentina
Así, uno de cada ocho argentinos mayores de 65 años padece de Alzheimer u otra demencia, puntualizó Bustin, quien aseguró que según los últimos estudios en la materia “hasta un tercio de los casos de demencia son atribuibles a siete factores de riesgo que son modificables”.
“Según publicó la comisión sobre ‘Prevención, intervención y cuidado en demencia’, creada por la prestigiosa revista The Lancet, el control de ciertos factores de riesgo podría retrasar o proteger a un tercio de los casos de demencia”, afirmó.
Esos siete factores son sedentarismo, tabaquismo, hipertensión, obesidad en la adultez, diabetes, depresión y baja educación formal. “En todos los casos se trata de factores modificables, por lo que mediante diferentes iniciativas se podría disminuir el riesgo de Alzheimer”, destacó el experto.
“A través de la adopción de ciertos hábitos como el ejercicio físico, la estimulación cognitiva, una dieta saludable, sueño adecuado, disminución del estrés y el mantenimiento de la actividad social se puede lograr un escudo protector para el cerebro”, enfatizó.