A horas de conocerse el Premio Nobel en Física, Argentina vive con expectativas la premiación. Julio Navarro es el único argentino que fue incluido en selecta lista realizada por Citation Laureates con posibilidades de alzarse con el Premio Nobel en Física, lo cual es “un reconocimiento muy importante y un logro muy emocionante para mí carrera”, dice el santiagueño que estudió Astronomía en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Hoy es profesor en la Universidad de Victoria de Canadá, donde vive y trabaja; y además es un experto reconocido por sus investigaciones sobre formación y evolución de galaxias, como también sobre estructura cósmica y materia oscura.
Según difundió hoy la agencia UNCiencia Navarro vivió en carne propia la resistencia que inicialmente tuvo el descubrimiento que realizó junto a Carlos Frenk y Simon White. “¿Adónde vas a publicar esa basura?”, desafió un encumbrado científico a Julio Navarro, en aquel entonces un estudiante posdoctoral que presentaba, en una conferencia, los resultados de las simulaciones computacionales que luego marcarían un punto de inflexión en la astronomía.
Los tres fueron autores de dos papers –publicados entre 1996 y 1997– sobre el perfil de densidad de la materia oscura, esto es, cómo cambia su densidad a medida que se aleja del centro de una galaxia. La clave de su hallazgo radica en que, al escalarlo, este modelo aplica perfectamente tanto a pequeñas galaxias, como a cúmulos inmensos.
Por el impacto que esa propuesta tuvo para la astronomía y la física en las décadas subsiguientes, los tres fueron incluidos recientemente en la nómina ‘Citation Laureates‘, que reconoce a científicos y científicas cuyos aportes a sus campos disciplinares son equivalentes al de aquellos que han recibido el premio Nobel.
“Esos resultados fueron bastante discutidos en su momento. Me decían que habíamos hecho todo mal”, comentó Navarro a UNCiencia y recordó que al escribir esos papers, otros trabajos ya contaban con los mismos datos e incluso las simulaciones también existían.
“De lo que nos dimos cuenta es que los halos grandes, los chicos y los medianos eran todos iguales, solamente había que escalarlos. No era trivial darse cuenta de ello y cuando lo hicimos, empezamos a entender”, apuntó.
Un dato ayuda a dimensionar la vigencia de ese descubrimiento, realizado hace 23 años. “Los halos que analizábamos cuando publicamos ese paper, tenían del orden de las cinco mil partículas, algo importante en esa época. Ahora podemos hacer las mismas simulaciones pero con miles de millones de partículas y encontramos exactamente lo mismo. Con un poco más de detalle, pero lo mismo”, completó.
Su formación en la UNC
Oriundo de Santiago del Estero, Navarro estudió Astronomía en la Universidad Nacional de Córdoba. Su doctorado fue dirigido por José Luis Sérsic, quien enseñó prácticamente tres décadas en el Observatorio Astronómico de Córdoba y se desempeñó como director de la institución entre 1982-1983. De aquella época, Navarro rememora la ayuda de Diego García Lambas y Mirta Mosconi en la elaboración de su tesis final.