martes 19, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Un código civil para Alemania

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Fue un ordenamiento innovador en su tiempo, aunque no exento de idas y vueltas políticas

Por Luis R. Carranza Torres

Se dice, con acierto, que el derecho civil de un país debe ser un calco, en lo jurídico, de los aspectos que impregnan su cultura y su forma de ser.
En pocas partes del mundo se ha visto con mayor carácter manifiesto ese vínculo que con la historia del Bürgerliches Gesetzbuch, el Código Civil de Alemania. Un cuerpo legal en cuyo texto o aplicación se han visto reflejados a lo largo del tiempo, para bien o para mal, todas las incidencias de la vida nacional de ese país.
Innovador y de vanguardia para su época, vino precedido de no pocas discusiones, demoras y trastiendas varias. Una de las fuentes tomadas en consideración para su redacción fue el Código Civil argentino de Vélez, sobre todo respecto al método seguido para estructurarlo, que se mejoró.
Antes de 1873, cuando se aprobó en el Parlamento la enmienda constitucional llamada “Lex Miquel-Lasker”, que transfirió la facultad para dictar normativa civil de los distintos Estados al Reich, cada entidad política interna se manejaba por sus propias normas, lo que daba por resultado una variopinta colección de instrumentos legales que iban desde el Corpus Iuris Civilis romano a ordenamientos propios.

Ya en 1874 se empezó a trabajar en un código. Se nombró una comisión de juristas para elaborar una primera propuesta de ordenamiento civil. La cosa no fue tan fácil por la disparidad de normativas vigentes y de opiniones sobre cómo debía estructurarse el código. Sólo 14 años más tarde, en 1888, se publicaron sus resultados en cinco tomos bajo la denominación de Motive.
La recepción no fue la mejor: recibió un aluvión de críticas, que en general se concentraban en su carácter poco social y en responder a un diseño alejado de las particularidades del pueblo alemán.
El tema quedó en vía muerta. Se nombró otra comisión en el año 1890 para dar forma a un nuevo proyecto, la cual esta vez estaría integrada por personalidades de otros ámbitos sociales y académicos, además de juristas. La actividad se llevó a cabo más rápido y cinco años después se publicaban sus resultados. Esta segunda propuesta de código civil recibió la denominación de Protokolle y corrió mucha mejor suerte que la anterior. Un año más tarde, en 1896, con sólo algunas modificaciones al texto presentado, quedó aprobada por el Parlamento y fue publicada en el Diario Oficial del Imperio, el Reichgesetzblatt, con fecha 24 de agosto de 1896. En su ley de sanción se decidió que su vigencia principiara justo con el nuevo siglo, el 1 de enero de 1900. El siglo XX tenía por entonces un aura de modernidad y progreso, que era lo que precisamente se buscaba con el nuevo cuerpo jurídico. Además, se necesitaba tiempo para difundirlo y aprenderlo a conciencia.

El paso del imperio a la república, luego de la Primera Guerra Mundial, no afectó su vigencia y aplicación. Lo político iba por un lado y las regulaciones jurídicas de la sociedad, por otro. Eso cambió durante la Alemania nazi, cuando se hicieron planes para reemplazarlo por una nueva codificación más afín a la ideología del sistema de partido único y un líder mesiánico a cargo de los destinos de todos. Se le llamaría Volksgesetzbuch, literalmente “código del pueblo”, aun cuando fuera lo menos popular y más autoritario en la materia. Y si bien tales ideas no pasaron del proyecto, ciertos principios generales del código fueron reinterpretados por los jueces a la medida del poder político de turno, como por ejemplo el principio de buena fe.

Cuando luego de la Segunda Guerra, Alemania se dividió en un Estado capitalista en la parte occidental y otro de corte socialista en la oriental, el Bürgerliches Gesetzbuch (BGB) siguió rigiendo para ambos. Luego, en la República Democrática Alemana se fueron reemplazando sus disposiciones por otras nuevas, como por ejemplo el Código de la Familia de 1966 y una Ley de Contratos en 1976. Respecto a la República Federal, hubo también algunos cambios, como la ley de igualdad jurídica de 1957 (Gleichberechtigungsgesetz). Con la reunificación alemana de 1990, el BGB fue reinstaurado como normativa aplicable al derecho privado en todo el país.
En 2002, su segundo libro, que trata de obligaciones, fue reformado ampliamente merced a la Ley de Modernización del Derecho de Obligaciones (Gesetz zur Modernisierung des Schuldrechts) a fin de incorporar en el texto los principios de derecho comunitario, especialmente en lo relativo a derecho del consumidor. Luego, la legislación sobre arrendamientos urbanos que se encontraba separada en la Miethöhengesetz fue nuevamente incorporada al código.
No poca causa de la vigencia de éste y de sobrevivir a tremendos vaivenes políticos, militares y sociales se halla dado por el alto grado de abstracción con que están redactadas sus normas, que permiten a los tribunales aplicarlas conforme el estado social de un momento dado, lo que dota a su interpretación de un peso decisivo, más allá inclusive de la forma como se halle redactada la norma.
En definitiva, un contenido el de tal código a tono con la forma de hacer las cosas de quienes resultan los destinatarios de sus normas jurídicas. Y una muestra más de que la normativa civil tiene un impacto social que trasciende lo jurídico para convertirse en parte de la cultura de un país.

 

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