Antesala filosófica
“En los cataclismos, la pupila del hombre ha vuelto a ver a Dios y, de reflejo, ha vuelto a divisarse a sí mismo. Si debemos predicar y realizar un evangelio de justicia y de progreso, es preciso que fundemos su verificación en la superación individual como premisa de la superación colectiva. Los rencores y los odios que hoy soplan en el mundo, desatados entre los pueblos y entre hermanos, son el resultado lógico no de un itinerario cósmico de carácter fatal sino de una larga prédica contra el amor. Ese amor que procede del conocimiento de sí mismo e -inmediatamente- de la comprensión y la aceptación de los motivos ajenos. Lo que nuestra filosofía intenta restablecer al emprender el término armonía es cabalmente el sentido de plenitud de la existencia. Al principio hegeliano de realización del yo en el nosotros, se realice y perfeccione por el yo. La comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más felíz, en la que el individuo puede realizarse y realizarla simultáneamente, dará al hombre futuro la bienvenida desde su alta torre con la noble convicción de Spinoza: ‘Sentimos, experimentamos, que somos eternos”.
¿Dónde estamos y hacia dónde vamos los argentinos?
Desgraciadamente vivimos situaciones disímiles como consecuencias de convivir dentro de una sociedad acosada y perdida en la nebulosa de un descarnado ajuste, mostrando el rostro desencajado y compungido por la pérdida de valores y principios fundantes de nuestra idiosincrasia.
Somos un pueblo que, a lo largo de la historia, demostró con total claridad la calidad ética y moral del ser argentino, sobre todo frente a quienes intentan someternos bajo el poder colonial e imperialista.
Hoy, sumergidos en la vorágine de tiempos desbordados por la decadencia de dichos imperios, surgen extremismos deshumanizados que avanzan sobre la descomposición de dichos poderes, utilizando autocráticamente los gobiernos de pueblos desorientados e imponiendoles manuales económicos de mercados concentrados, para arrebatarles las riquezas, recursos estratégicos y sus culturas laboral, tecnológica y productiva.
Este primer año del gobierno anarcolibertario, que se declaró como un “anarquista de mercado”, utilizó una economía de destrucción institucional, para acabar con el Estado y todas las entidades intermedias, sean públicas como privadas, para ser él el Estado mismo, haciendo y deshaciendo lo que su visión de clase dominante le indica, en coincidencia con el poder hegemónico y unipolar liderado por EEUU, Inglaterra e Israel.
Argentina le sirve muy bien ya que lo que pretende sintoniza con los intereses y ambiciones de dicha trilogía imperialista, no sólo por nuestros recursos estratégicos sino por la ubicación geopolítica de conexión entre los océanos Atlántico y el Pacífico y su extensión directa con la Antártida, una de las reservas de agua natural más importantes, así como de ingentes recursos no renovables.
Mientras esto ejecuta, la vida política languidece ante la decadencia de las instituciones partidarias híbridas, ya que -vaciadas de ideologías- son dominadas por especulaciones banales, cuyo poder de decisión concentrado siempre queda en pocas manos y, aunque sus candidatos se renuevan con figuras de ocasión, el “núcleo”, jamás pierde el poder.
Frente a este lamentable escenario, irrumpe Milei, claro contestatario que atrae muchos sectores de la sociedad argentina hastiada de tanta hipocresía, fracasos y corrupciones por regalías que deja la política.
Mientras “la casta”, integrada por viejos personajes de la política, vuelve a acomodarse con quien maneja el poder, el pueblo padece el desprecio presidencial, acompañado por jóvenes ilusionados con la libertad prometida, para sentirse liberados de culpa y cargo sobre lo que le suceda al país, confiándole a Milei, la totalidad del poder de decisión.
La motosierra para destruir la casta Milei la usó para destruir al Estado, pagando las consecuencias del manual económico empleado miles de personas echadas de las reparticiones, millones de jubilados que sufren una especie de eutanansia, miles de pymes y comercios cerrados, universidades castigadas en sus presupuestos y una recesión persistente que destrozó el mercado de consumo interno, etcétera.
“La casta”, que fue culpable del desmadre del Estado, sigue funcionando y de alguna manera revalidando a Milei que acaba de afirmar: ”Yo tengo mis propias recetas que no son políticamente correctas ni tan profesionales, pero no se puede negar que por ahora han dado buenos resultados, Tuvieron que tirar a la basura sus manuales”.
Dichas afirmaciones son contradictorias, ya que, en 1976, la dictadura militar con su ministro de Economía Martinez de Hoz usó el mismo manual, al igual que el Gobierno de Carlos Menem, dos personajes que son admirados por Milei.
También comprobamos que es tan grande su egoísmo que deja de lado lo que cualquier manuel económico de un país busca, que es la realización plena de la sociedad en su conjunto y no sólo el crecimiento económico de algún sector.
Por lo tanto, el manual anarcolibertario resulta de una inmoralidad absoluta ya que utiliza el sacrificio del pueblo para enderezar los entuertos de las clases dominantes, ratificando los últimos 50 años de democracia fallida. Es que esconden tanto el proceso de degradación social impuesto a partir del golpe de 1976 como el crecimiento exponencial de la deuda externa (que nunca fue investigada) hasta convertirse en impagable.
Por esta podredumbre política, esa parte desgraciada de la historia -que millones de argentinos desconocen- mucho se asimila a esta parodia del gobierno actual, cuando destaca como éxitos los números que califican desméritos de su manual de economía, porque en el fondo son sólo números fríos de cifras y porcentajes, que ocultan las desgracias ocasionadas a millones de argentinos.
Justamente por estos días el Indec, anticipó que cambiará los métodos y elementos que miden la variación de precios, según cambios producidos en el consumo de la población, cuando días después informaba que la economía creció 3,9% en el tercer trimestre del año, y que la recesión empieza a quedar atrás.
Pero al mismo tiempo revela que dicho rebote se concentra en el agro y en los sectores vinculados a la energía y que la industria, la construcción y el comercio continúan con débiles performances.
Lo que ninguna consultora ni nadie predice, inclusive el propio Gobierno, es cuayndo comenzarán a reducirse los índices de la pobreza, a recuperarse los salarios y un nivel de consumo dignos, apareciendo nuevos empleos y volvería a crecer la producción industrial.
Ante esta realidad: ¿qué hacemos los argentinos?
Mi modesta opinión -que comparto con otros argentinos- es que la dirigencia de todos los sectores en la que está institucionalizada toda la actividad del país y que de algún modo representa a una comunidad organizada, sólo les falta decidirse a integrarse y convertirse en nosotros, el pueblo organizado para asumir la potestad de tomar las decisiones esenciales que requiere Argentina.
Además, la integración estratégica de los sectores organizados del pueblo, tanto en su concepciones como en las acciones, debe precaverse de lo que sucede en el contexto nacional como en el internacional que exigirán respuestas en las decisiones que deberemos asumir como país soberano e independiente.
En lo nacional, se termina un año de enormes sacrificios de la sociedad argentina, aunque el ajuste continuará implacablemente, amenazándonos con nuevos engendros inhumanos y un horizonte muy incierto aunque algunos sectores vean positivo la baja de la inflación y se alcanzó el déficit cero.
Mundialmente, hay una lucha entablada entre los que siguen sometiéndose al poder unipolar de EEUU, con aquellas naciones que promueven un nuevo orden mundial multipolar, con la integración de todos los pueblos libres del mundo.
Con este marco, es imprescindible que los sectores nacionales integrados elaboren los planes estratégicos para la resistencia y para la liberación nacional.
Para ello es fundamental institucionalizar el funcionamiento de un movimiento nacional -apartidario- que sea el brazo comunicante entre todas las entidades intermedias, para que a través de sus dirigentes fortalecidos ética y moralmente conformen un ámbito de coincidencias esenciales, donde se generen consensuadamente las acciones y movilizaciones´de oposición sistemática a todas las agresiones del Gobierno Nacional, mientras se estudian los ejes medulares de un plan político, económico y social que conforme las bases del modelo argentino,para el Proyecto Nacional.
Éste es el esfuerzo común que debemos realizar, dejando de lado cuestiones partidarias, clasistas o religiosas, porque todos somos argentinos decididos a defender la libertad, la independencia y la soberanía de nuestra Patria, de cualquier fuerza extranjera, sea de la ideología que sea, que quiera avasallarnos y someternos a sus propios intereses.
(*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba
Excelente