La disminución en las tasas de cobertura de vacunación es un problema que comenzó antes de la pandemia y es una preocupación mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo manifestó en 2019, y la incluyó como una de las diez amenazas a la salud en el globo. Este descenso de las coberturas se vio aún más afectado por la pandemia de covid-19, sobre todo en la vacunación infantil.
Con el fin de contribuir a mejorarlas e incentivar a completar los esquemas de las vacunación, la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) convocó a representantes de las sociedades argentinas de Infectología (SADI), de Infectología Pediátrica (Sadip), de Pediatría (SAP) y de Microbiología (AAM) y desarrollaron conjuntamente el documento “Mejorar las coberturas de vacunación: un objetivo prioritario”.
Entre ellas plantearon tres ejes de trabajo: la comunidad, el equipo de salud y las autoridades sanitarias. Es importante buscar iniciativas para mejorar la situación ya que, si no se completan los esquemas, pueden reaparecer enfermedades prevenibles mediante la vacunación que habían sido eliminadas y aumentar la frecuencia de las que están controladas.
La vacunación antigripal también se vio afectada. En este momento estamos en temporada de gripe y la mejor manera de reducir el riesgo de contraerla es vacunarse, ya que la vacuna no solamente previene la enfermedad sino que también disminuye las complicaciones, hospitalizaciones y muertes ocasionadas por el virus de influenza. La vacuna antigripal se debe recibir anualmente porque los virus de la gripe mutan y la composición de la vacuna cambia año a año. Es importante enfatizar que esta vacuna se puede recibir junto con todas las del calendario y con la del covid-19, simultáneamente o con cualquier intervalo.
La vacunación antigripal es muy importante para todas aquellas personas que tienen un mayor riesgo de padecer complicaciones, como bebés y niños de entre seis y 24 meses, embarazadas, personal de salud, personas de 65 años o más, de entre dos y 64 años con factores de riesgo (como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias y/o cardíacas crónicas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, etcétera). Sin embargo, todas las personas a partir de los seis meses de edad pueden vacunarse contra la gripe para estar protegidas.
Finalmente, se recomienda revisar los carnés y completar los esquemas de vacunación y tener presente que hay vacunas para todas las etapas de la vida. Es importante señalar que, si un esquema está iniciado y no se lo completó, se debe continuar el esquema hasta finalizarlo; no se vuelve a comenzar. Tengamos nuestras vacunas al día ya que si no nos vacunamos las enfermedades vuelven.