domingo 24, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Teletrabajo y pandemia: de privilegio a necesidad

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Por Anibal Pardini (*)

La regla indicaría que el empleado debe inexorablemente concurrir a su lugar del trabajo.
Pues bien, con la posibilidad que brindan las TICs esto ha cambiado, y la aparición del coronavirus tal vez sea la invitación forzosa a que las empresas prueben esta modalidad laborativa.
Desde hace casi dos décadas gana terreno en el ámbito privadola modalidad en la cual los trabajadores realizan tareas en un lugar diferente al de la empresa, bajo ciertas pautas.
Nuestra legislación lo ha reconocido expresamente desde el año 2003, y regulado con precisión desde el año 2013. Sin embargo, y aun cuando la tecnología ha sofisticado sus posibilidades de conexión (hoy podemos acceder a una videoconferencia con nuestro celular) esta tendencia no ha sido “apropiada” de manera masiva en nuestro país, sino que fue considerada un privilegio o una especie de premio dentro de las organizaciones.
Junto a los diferentes motivos, culturales o burocráticos que no han permitido apropiarse de esta modalidad, existe un potencial de casi 81% de empresas, cuyos trabajos pueden prestarse a distancia, que estarían dispuestas a migrar casi la totalidad de sus actividades al teletrabajo.
Entre las bondades que se destacan en el “libro blanco” de buenas prácticas en teletrabajo, trabajo remoto y trabajo conectado, publicado en 2019 por la cartera de laboral de la Nación, se destacan: “La conciliación entre la vida laboral y familia, y el incremento del tiempo libre”. A ello puede sumarse el ahorro en tiempos y costos de traslados, refrigerios, vestimenta, y también la contribución a la sustentabilidad medioambiental, al reducir el uso de medios de transporte, energía, etc.
Lo cierto es que de cara a la realidad pandémica, es una alternativa para paliar la catarata de licencias profilácticas que terminarían agravando la situación de parálisis de las empresas.
El coronavirus torna la obligación de concurrir al lugar de empleo en una cuasi prohibición de hacerlo, lo que deja como alternativa a la conexión remota.
Es necesario entender que se trata de una modalidad que genera una dinámica diferente en los grupos de trabajo, en las relaciones interpersonales, en el modo de controlar el trabajo y en el de proponerlo.
No sería desatinado que, motivada por el coronavirus, la autoridad nacional del trabajo flexibilice y simplifique la forma de acceder a esta modalidad de prestar tareas ya existente, para así permitir que rápidamente sea adoptada y evitar que se paralice la economía de un país.
Si bien no es alcohol en gel, el teletrabajo hoy se presenta como un excelente paliativo al agravamiento de la pandemia.
En nuestro país, el teletrabajo se encuentra acabadamente regulado para ser incorporado en las empresas.
Así como ocurre con un medicamento que debe ser suministrado a tiempo, el período para implementar el trabajo remoto ya comenzó a correr.

(*) Asesor legal en procesos de transformación digital.
Director de la Sala de Derecho Informático del Colegio de Abogados de Córdoba

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