viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

“Soñamos con una red en lugar de una cadena”

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Gustavo Vera, presidente de la Cooperativa La Alameda.

Tal y como reza el soneto de Francisco Luis Bernárdez: “…lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado”, el trabajo autogestionado, democrático y cooperativo con base solidaria nace, muchas veces, de una o varias historias plagadas de abusos, despidos, marginalidad, superexplotación y hasta trabajo esclavo.

Es el caso de la Cooperativa La Alameda, que nació en junio de 2002 -tras la crisis financiera argentina generada por la salida de la convertibilidad y el impedimento de extracción de dinero de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros denominada “Corralito”- y que hoy alberga a 30 trabajadores que provienen  “en 90% de talleres de costura clandestinos de Capital Federal y el Gran Buenos Aires”, según explicó a Comercio y Justicia Gustavo Vera, presidente de la cooperativa.

-¿Cómo surge La Alameda?
-En medio de la crisis de 2001-2002. Primero nos conformamos como una asamblea barrial, luego como un comedor y merendero con el que buscamos hacer frente a las necesidades nutricionales de los integrantes y sus familias que eran, en su mayoría, despedidos. Mundo Alameda es parte de un movimiento que se inicia como consecuencia de la Asamblea Popular “20 de diciembre”, de Parque Avellaneda, que a su vez dio origen a la Cooperativa de Trabajo “20 de Diciembre” la cual, a través del tiempo, comenzó la lucha por el trabajo digno contra el trabajo esclavo. La primera acción concreta fue la creación de ese comedor, que en la actualidad asiste a 140 personas del barrio y costureros. Con el tiempo y las reuniones comenzamos a explorar alternativas que nos permitieran,mediante el trabajo, recuperar la dignidad y, como muchos de los compañeros provenían de industrias del sector textil, comenzamos por allí. A decir verdad, también incursionamos en la cerámica, trabajo que aún mantenemos y que genera productos que también vendemos, y la gastronomía. Los primeros años fueron durísimos, porque no teníamos recursos materiales ni posibilidades de ingresar al mercado, lo que logramos recién a fines de 2004. En 2007 lanzamos nuestros propios productos textiles y nuestra marca “Mundo Alameda”, y ahora, el mes pasado, lanzamos la marca global, que nos une con la cooperativa tailandesa Dignity Returns: “No Chains”, sin cadenas, que simboliza la lucha por un mundo sin cadenas, con producción limpia y sin trabajo esclavo.

-¿Cómo surge la marca global y la alianza con Dignity Returns?
-Nació de un encuentro de trabajadores. Es una iniciativa por cambiar las condiciones de trabajo esclavo a la que están sometidos millones de trabajadores, hombres, mujeres y niños de todo el mundo. No es una marca más ni un proyecto autogestivo, basado sobre el trabajo decente. Es un llamado a costureros y consumidores para que la producción de indumentaria sea realizada respetando la dignidad de los trabajadores, sin explotación ni esclavitud. Soñamos con la incorporación de miles de cooperativas y consumidores concientes y responsables alrededor de la marca global libre de trabajo esclavo. Por eso es que decimos que soñamos con una red en lugar de una cadena. Y seguimos trabajando por ello.

-¿Cuántas personas integran las cooperativas? ¿Todos provienen de talleres clandestinos?
-La cooperativa La Alameda está integrada por 30 compañeros`, de los cuales 90% proviene de talleres textiles clandestinos de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. La mitad de ellos trabajan en lo que denominamos el proceso de producción, es decir, en la confección, corte, costura y estampado de los productos que comercializamos. El resto están distribuidos en lo que es la fabricación de las piezas de cerámica y en lo que tiene que ver con la comercialización. En el caso de la cooperativa tailandesa, son más de 20 también. La posibilidad de organizarnos como una cooperativa nos ha permitido revalorizar la tarea y dignificar el trabajo. Como para darse una idea, el valor hora de nuestros compañeros en la cooperativa está entre $10 y $12, que se distribuyen democráticamente y de acuerdo con la cantidad de horas trabajadas, que nunca supera las ocho. En los talleres clandestinos de costura, los trabajadores cobran entre $2 y $4 la hora y en los talleres en blanco, es decir, declarados, el valor hora no supera los $6,20 o $6,30. Como verás, nosotros hemos llegado casi a duplicarlo y tenemos posibilidad de ampliarlo si logramos aumentar nuestra base de producción, cosa en la que estamos trabajando.

-¿Tenés idea de cómo se integra la cadena productiva textil?
-La conforman más de 900 mil costureros en todo el país, de los cuales 78% trabaja en talleres clandestinos. Sólo en el conurbano bonaerense hay más de 15 mil talleres de costura con más de 100 mil costureros y hay más de 25 mil talleres en Capital Federal.

-¿Hay talleres clandestinos en otras provincias?
-Sí, por supuesto. Nos llegan denuncias constantemente. Hay en Córdoba, en Rosario, en Mendoza y en distintos lugares del conurbano bonaerense. En la cooperativa contamos con asesoramiento legal gratuito que nos proveen los estudiantes de de la carrera de abogacía y con ello logramos que la gente tenga conocimiento de sus derechos. La tarea es larga y lleva mucho tiempo, pero no perdemos las esperanzas. En el año 2006 sólo en Capital Federal había 5.000 fábricas textiles y a partir de las denuncias de los talleres clandestinos, en la actualidad quedan 3.000. Hay que seguir trabajando, pero sabemos que nuestro esfuerzo está dando sus frutos.

-¿Comercializan y confeccionan prendas de dos marcas? ¿Cuántas colecciones poseen?
-Comercializamos la marca propia Mundo Alameda y la global que nos unió con la cooperativa tailandesa No Chains. Hasta ahora contamos con 19 colecciones que están integradas por remeras para hombres, mujeres y niños -mangas largas y cortas- y buzos tipo canguro de distintos talles.

-¿Cuentan con locales?
-Los productos se pueden adquirir en la misma sede de La Alameda y en otros lugares, pero todos en Buenos Aires, o si no a través de la página web: www.nochains.org. En la actualidad -y casi te diría que vertiginosamente- estamos organizando el arribo al interior con proyectos de venta en Villa María, Córdoba; Rosario; Villa Gesell y Mar del Plata. Además, estamos en proceso de lanzamiento de nuevos productos que nos permitan ampliar la base de producción.

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