ESCUCHARDe repente y casi de sorpresa, aunque dejando una enorme cantidad de víctimas por el camino, eclosionó después de 13 años de guerra civil el gobierno dictatorial de Siria, ejercido por el clan al-Ásad, primero con el padre, Háfez al-Ásad, y luego con el hijo, Bashar Háfez al-Ásad, que se mantenían en el poder desde 1971.
Pese a que hace solo unos días al-Ásad había amenazado con “aplastar a los terroristas”, en apenas un par de semanas la oposición armada lanzó una rápida campaña que terminó por derrocar a las fuerzas gubernamentales.
Qué va a pasar con uno de los países clave de medio oriente es una incógnita. Si bien los rebeldes ahora en el poder se muestran abiertos y tolerantes, no son pocos los que creen que es un comportamiento pasajero que busca congraciarse con la sociedad siria y el mundo, pero que con el tiempo se transformará en otro estado dictatorial. Algo similar a lo ocurrido con la vuelta al poder de los talibanes en Afganistán. Otros son más optimistas y creen que Siria se convertirá en un estado democrático respetuoso de los derechos de las minorías no islámicas. Solo el tiempo responderá a esta cuestión. Por lo pronto, el gabinete provisorio conformado tiene un signo islamista claro.
Más allá de tal crucial duda, los (ex) rebeldes han comenzado a mostrar al mundo las atrocidades que padeció el pueblo sirio en estos años. Entre ese cumulo de aberraciones se cuenta el comportamiento de sus fuerzas de seguridad. Las imágenes que circulan por las redes tras la liberación de la prisión de Sednaya, muestran a personas escuálidas, con fuertes signos de tortura, compartiendo celdas abarrotadas, son una prueba de lo que decimos. Incluso un informe de la organización de Amnistía Internacional, da cuenta que hasta 15.000 personas fueron ejecutadas allí “extrajudicialmente”, es decir sin ningún tipo de juicio, tan solo entre septiembre de 2011 y diciembre de 2015.
En los últimos días recobro fuerza una información referida a como se conformaron dichas fuerzas de seguridad y su servicio secreto. Según se ha dado a conocer, la organización se remonta a tiempos anteriores al gobierno de los al-Ásad, y las relaciona con dos organizaciones absolutamente antagónicas ideológicamente, pero que coincidían en su capacidad para perseguir, torturar y eliminar a quienes eran molestos para el sistema: Las SS nazis y la Stasi de la Alemania Oriental comunista.
Efectivamente, según Noura Chalati, de la Universidad de Erfurt, muchos de sus instructores y formadores fueron, originariamente, ex miembros de las SS alemanas que “…fueron empleados directamente por el Estado Mayor sirio con contratos de un año y asesoraron al ejército y a la inteligencia militar”. Específicamente se menciona a Alaois Brunner, antiguo colaborador de Adolf Eichmann, quien huyo a Siria al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Pero lo paradójico es que, según la misma investigadora, posteriormente, en la década de 1960 se habría contratado a personal de la Stasi, el tristemente célebre servicio de seguridad interior e inteligencia exterior de la Alemania comunista. Una organización que tiene según muchos el dudoso y oscuro lauro de haber superado a la Gestapo, y hasta la misma KGB, en la implacabilidad de sus operativos. Con sus más de 100000 agentes, el Ministerium für Staatssicherheit (Ministerio para la Seguridad del Estado), más conocido por su abreviatura Stasi, sembró el terror y la muerte entre los alemanes que quedaron del lado socialista, en la división de Alemania luego de su derrota en la guerra.
Según la información esta relación con el régimen sirio nació en 1966, a partir del interés de Damasco en la tecnología armamentística, la organización y la estructura de los servicios de inteligencia y las instituciones políticas de la Alemania comunista.
Si bien la influencia directa en la dictadura que acaba de finalizar, la del “asesoramiento” tanto de los nacionalsocialistas como de la Stasi, no es tan fácil de afirmar, pues la realidad que se está viendo “… encaja bastante bien con lo que estamos viendo actualmente en Siria” afirma Chalati. De acuerdo a los archivos que se han descubierto hasta ahora se confirma una organización similar entre a la que tenían las SS y la Stasi. “Conocemos este fenómeno por la RDA y la Stasi. No puedo afirmar que exista una relación causal directa. Pero el fenómeno es sorprendente. También puede ser una característica de los servicios secretos en general; es necesario investigar más sobre esto”.
Creemos que esta última afirmación desnuda la realidad de las dictaduras, fundamentalmente las de los países periféricos, subdesarrollados, bananeros o como se les quiera llamar. Poco les importa la ideología, solo persiguen mantenerse en el poder a toda costa, persiguiendo de forma inevitable al que piensa distinto. Para ello se valen de cualquiera que les pueda enseñar las brutales herramientas que resultan necesarias cuando se busca mantenerse en el gobierno con independencia del parecer de la población a la que supuestamente se debería servir.
Es increíble que a esta altura de la humanidad siga habiendo quienes piensan que es correcto y justo sojuzgar a quienes piensan distinto. Ojalá que lo que ha pasado en Siria sea un cambio real que permita a su población vivir en paz y prosperar, y no un mero cambio de fichas que no implique nada más que la sustitución de un totalitarismo por otro y que la gente y el mundo sigan padeciendo su amenaza.
(*) Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas. (**) Abogado. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales.
