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Daniel Rafecas, titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 3 de Buenos Aires.
Daniel Rafecas trabaja desde hace 24 años en el Poder Judicial argentino y, desde hace seis, está a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 3 de la ciudad de Buenos Aires, cargo que asumió luego de ganar un concurso que duró tres años.
Su nombre adquirió trascendencia pública luego de que le tocara resolver varios casos de gran importancia, como el de los sobornos en el Senado de la Nación, que terminó con el procesamiento del ex presidente Fernando de la Rúa. Algunos lo comparan con Baltasar Garzón por su compromiso en la investigación de los delitos de lesa humanidad.
De visita en nuestra ciudad, invitado por la Universidad Católica de Córdoba y la Delegación de Asociaciones Israelitas argentinas (DAIA), Comercio y Justicia dialogó con el magistrado.
– ¿Cómo fue investigar una causa como la de los sobornos en el Senado?
– Fue un desafío profesional importante pero cuando yo decidí asumir como juez federal me sentía preparado para el cargo y sabía que iba a tener que asumir la investigación de causas muy complejas.
– ¿Se sintió presionado en algún momento?
– En estos seis años como juez nunca me sentí presionado, nunca interfirieron en mi trabajo.
– ¿Por qué resulta tan difícil llevar a juicio y condenar a quienes cometen delitos denominados “de guante blanco”?
– Básicamente porque el sistema penal está pensado para otro tipo de delitos, cuando hablo de sistema penal hablo de las fuerzas de seguridad, del Poder Judicial, del poder político y de las cárceles. Todo el sistema está pensado para el delito contra la propiedad, la pequeña criminalidad urbana, delitos menores; con eso se alimenta ell sistema penal. Cuando aparecen situaciones más complejas, que salen de la regla, el sistema penal se vuelve disfuncional. No está preparado ni sus operadores están entrenados en este este tipo de delitos y se generan distorsiones.
-¿Qué se necesita entonces: entrenamiento de los operadores o reforma en el Código Procesal Penal?
– Las dos cosas. Hay que reformar el código, hacerlo más ágil y al mismo tiempo preparar fuertemente a todos los operadores.
– ¿Por qué cree que la sociedad no tiene confianza en la Justicia?
– En realidad yo creo que la imagen que el ciudadano tiene de la justicia es más o menos la misma que tiene de todas las instituciones del Estado. Si uno le pregunta que piensa de la policía, qué piensa del aparato ministerial, qué piensa del sistema sanitario, van a tener los mismos estándares de la Justicia. Nosotros somos funcionarios publicos, prestamos un servicio y, en este sentido, creo que estamos en la media de la función pública en general. No obstante, yo creo que a partir de la renovación de la Corte, de las designaciones mediante el Consejo de la Magistratura, paulatinamente la Justicia va recuperando terreno en la imagen pública.
– Cree que los juicios de lesa humanidad que se están llevando adelante aportan a mejorar esa imagen?
-Creo que en algunos sectores de lla sociedad, sí. A medida que hay más juicios se genera como una corriente de apoyo que redunda en un acompañamiento de la Justicia y una mejora de su imagen. En definitiva, la Justicia en estos casos se está ocupando de los hechos más aberrantes y graves que hemos vivido como sociedad.
– Hubiese sido preferible realizar un juicio unificado?
– No, si alguien hubiese querido hacer fracasar todos estos procesos hubiese pedido un juicio unificado. Eso es absolutamente imposible, lo digo desde mi experiencia en investigar la causa del Primer Cuerpo del Ejército, que es la más grande y prácticamente imposible de manejar.
– Cree que la Justicia también sentará en el banquillo de los acusados a otros actores que también contribuyeron con la dictadura militar?
– Según la experiencia de mi juzgado, puedo decir que nosotros estamos dedicados a someter a juicio a los actores directos, básicamente a los servicios de inteligencia, a las Fuerzas Armadas y a alguno que otro civil que haya participado directamente. No hay dudas de que una vez que superemos esta etapa podremos avanzar hacia el resto de las responsabilidades.
– Cuál ha sido su mayor logro en la Justicia, si tuviera que nombrar alguno?
-Creo que, mirándolo a la distancia, el logro más importante tiene que ver con esta revisión de nuestro pasado. Ha sido un gran avance, un aporte importante para traer verdad, justicia y memoria donde había impunidad e injusticia.
– Cuáles han sido los cambios más importantes de la Justicia en estos últimos años?
– Si yo lo tuviera que definir con una palabra diría democratización, la cual ha llegado de la mano de la renovación generacional del estamento judicial, de la mano de la penetración de los medios de comunicación, de una política comunicacional más abierta, de una política de acercamiento a la sociedad. Todas éstas son aristas que han permitido que, sin dudas, se esté democratizando la corporación judicial.
