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Mucho se ha hablado de propiedad intelectual en el marco de las vacunas por covid-19, pero la última noticia, que ha cubierto todos los portales de noticias, es la que deriva de una polémica declaración del ministro del Interior de Londres, quien luego de una serie de reportes publicados por la prensa británica, sostuvo que “hay Estados extranjeros que constantemente quieren poner sus manos en información sensible, incluyendo secretos comerciales y científicos y propiedad intelectual”.
Recientemente, fuentes del Servicio de Inteligencia Británica acusaron a Rusia de haber robado secretos de la fórmula de la vacuna de Oxford–Astrazeneca para que Moscú desarrolle su propia vacuna contra el covid-19 y que esos datos habrían sido usados para la elaboración de la vacuna Sputnik V, que fue la primera en ser aplicada en el mundo por fuera de ensayos clínicos.
Los periódicos británicos The Sun y Daily Mail citaron a fuentes no identificadas de la inteligencia británica que aseguraron que un infiltrado ruso logró conseguir la información clasificada. No se trataría de un hackeo virtual, sino de un robo físico, aunque sin especificar si se trató de archivos documentales o de un frasco con el líquido que se encontraba bajo investigación, sobre las recién iniciadas investigaciones sobre el inmunizante contra el covid-19.
En este contexto de denuncias, fue consultado el ministro del Interior del gobierno londinense, Damian Hinds, quien respondió que no podía comentar sobre el caso, pero con la simple frase que citamos al principio, no descartó la posibilidad de que las denuncias fueran ciertas.
En los hechos, la vacuna Sputnik V utiliza la tecnología de vector viral no replicativo, es decir, la misma fórmula y tecnología que utiliza la vacuna inglesa de Oxford: un virus latente, sin el gen responsable de su reproducción, para transportar el agente inmunizante. Otras vacunas que están siendo utilizadas, usan otras tecnologías: ARN mensajero, virus inactivado o subunidades proteicas.
En abril del año pasado, cuando la pandemia recién estaba llegando a todos los rincones del mundo, el laboratorio de Oxford y el anglosueco anunciaban el inicio de ensayos de una fórmula para obtener una vacuna que detuviera el mortífero avance del covid-19 que ya azotaba al mundo entero.
Un mes mas tarde, el Kremlin anunciaría que se encontraba en desarrollo y estudio de una fórmula, en el mismo sentido que el laboratorio inglés. Incluso, en agosto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, emitia un mensaje asegurando al mundo que su país había ganado la carrera mundial por la vacuna, al presentar la primera formula. Pero según informo el medio The Sun, esta fórmula sería una copia de la inglesa. Inclusive, la denuncia es aun más potente: se los acusa de haber atacado organismos no sólo del Reino Unido sino también de Estados Unidos y Canada durante el desarrollo de las vacunas.
Por su parte, según informó Infobae, el Fondo Ruso de Inversión Directa ya emitió un comunicado desmintiendo las denuncias: “Los informes de los medios de comunicación del Reino Unido de que la Sputnik V rusa se baso supuestamente en la investigación de la vacuna de Oxford/Astrazeneca es otra noticia falsa y una mentira descarada basada en fuentes anónimas.” Sostuvo que esta versión es impulsada por quienes se oponen al éxito de una de las vacunas mas eficaces y seguras del mundo y que los ataques son poco éticos ya que socavan el esfuerzo de vacunación mundial.
No obstante sus declaraciones, la Sputnik V aun se encuentra aguardando autorización de la Organización Mundial de la Salud.
* Agente de la propiedad industrial ** Abogada
