ESCUCHARPor Salvador Treber
Se requiere un ineludible conjunto de medidas consideradas especiales para respaldar e impulsar el Mercosur de forma tal de lograr un elevado nivel de competitividad.
Al margen de limar los desencuentros, que los hay y muy importantes, si se pretende suscribir en forma exitosa el Acuerdo con la Unión Europea se torna indispensable reforzar la actualmente muy disminuida capacidad operativa del Mercosur; pues en los últimos a años se retrajo notoriamente y, por supuesto, dejó de cumplir su función para el cual fue creado en el año 1984. Dicho acuerdo prevé de manera muy especial la vigencia activa de un régimen de libre intercambio en la recíproca comercialización automotores dentro del mencionado bloque, a la par de crear las condiciones necesarias para suscribir el referido acuerdo definitivo con la Unión Europea.
Por su parte, su ministro de Economía, Comercio Exterior y Asuntos Internacionales de Brasil ha sostenido que se debe encarar sin demora un esquema que permita instalar los denominados “vuelos de gallina” (de corta longitud) dirigidos a todos los países vecinos. Brasil ejerce durante el segundo semestre de 2019 la presidencia pro tempore del Mercosur y pretende que, junto con los países sudamericanos asociados, se fijen las prioridades “más urgentes e indispensables” sin demora, ofreciendo al efecto hacer conocer una propuesta concreta respecto a un área de libre comercio concebido como un paso previo a la vigencia de una Unión Aduanera.
Cabe recordar que el inicial convenio que luego dio lugar a la constitución formal de la Unión Europea fue programada como un acuerdo sobre la comercialización del carbón mineral y acero con algunos países de dicho continente, que años después dio base a una formal Unión Aduanera. En cambio, el Mercosur desde el principio fue concebido como Unión Aduanera y en esa oportunidad el tema más controvertido fue la imposición de un Arancel Externo Común incorporado como un mecanismo legal, que generó más aislamiento que un impulso adecuado para consolidar la relación. Así, no cumplió la función para la que fue creado y en vez constituir una herramienta que coadyuvara a acentuar la buscada integración fue todo lo contrario.
El frustrado objetivo en ese momento era el de instalar los esquemas que permitieran hacer descender el nivel de protección en forma progresiva, entre 5% y 6%; lo cual, en última instancia, dependía de lo que surgiera de las negociaciones (que actualmente todavía se están manteniendo) con otros bloques. Al efecto, se planteó en dichas circunstancias como objetivo especialísimo modernizar la estructura arancelaria al apelar a una renovada cobertura que permitiera agilizar la intercomunicación al máximo.
La indispensable estrategia para ganar mercados
La gestión para concretarlo suele dividir las respectivas posiciones y ello, es obvio, está demorando los cambios pues la mayoría insiste en extender la vigencia de la condición vigente, incluso las preexistentes nomenclaturas arancelarias. En ámbitos del Mercosur se exhiben ventajas comparativas que también influyen en el grado de posibilidad que tienen sus países integrantes para sostener incólume el ritmo de los intercambios. Y, en especial, los que han logrado imprimir a la exportación de proteínas animales, ya que ello les permite recuperar las compras conjuntas de carne porcina y vacuna requeridas en los principales mercados de EE.UU, la Unión Europea y China.
Los riesgos que acechan a ese intercambio se manifiestan con claridad al procurarse la concreción de importantes acuerdos internacionales sin previamente introducir las reformas estructurales que los técnicos consideran indispensables para coadyuvar eficazmente a impulsar un mayor grado de competitividad sustentable. El acuerdo que actualmente gestiona Brasil con la UE, que seguramente nos incluirá, esta orientado a lograr productos que se distinguen por su óptima calidad que supera la de todos los demás disponibles.
Además, siempre se suman motivos para estar atentos y pendientes de los nuevos factores e innovaciones que surjan en cualquier lugar del mundo. Los actuales requerimientos mundiales se han tornado muy exigentes y para atenderlos adecuadamente y en forma constante se requiere estar pendientes de todos los avances y novedades que los mercados presentan. El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, si se eliminan o corrigen ciertas condiciones que nos pueden perjudicar, se puede llegar a convertir en la vía más efectiva para amplia en forma ininterrumpida y creciente las referidas exportaciones.
Una de las mayores virtudes que registra este acuerdo es que contempla un período de recíproca adaptación. El comienzo de tales innovaciones se producirá al introducir todas las reformas que los técnicos consideren indispensables y actuando positivamente para evitar se demore el efectivo comienzo de tal relación. Es que si se opta por la introducción sin reparar en dicho condicionante tornará imposible aprovechar al máximo las enormes expectativas que muy justificadamente ha despertado. Los mismos requieren una integral adaptación mutua que sería altamente conveniente encarar cuanto antes, pues podría comenzar a regir efectivamente dentro de dos años y promovería que los productos argentinos puedan ser reconocidos a nivel universal.
Las ventajas de una acción binacional
También surge como un aporte muy positivo establecer un proceso específico para prescindir de cargas tributarias de cierta consideración y que permita muy próximamente positivos factores de atracción. Un adecuado convenio con nuestro gran vecino Brasil tendría un fuerte efecto multiplicador que coadyuvaría muy sustancialmente a las mencionadas economías para recuperar en forma total el perdido ritmo de crecimiento. Por ello, es de mutuo gran interés concebir un esquema que permita intensificar al máximo el avance de ambas economías y, muy especialmente, el rubro automotriz; por su magnitud y perspectivas.
Los nuevos esquemas que incluyen un funcionamiento automatizado en la conducción de los vehículos. Tal avance tecnológico sin duda promoverá una renovación total del parque automotriz que, por tanto, generará una nueva revolución con la consiguiente ola innovadora referidas a novísimas técnicas. Dicha situación se avecina para dentro muy poco tiempo más, pues dichos rodados ya están en pleno período de prueba para su posterior lanzamiento masivo a un muy ansioso mercado.
Las expectativas durante el próximo decenio
Los “nuevos tiempos” tendrán como factor impulsor máximo la introducción de dichos automotores y se sugiere al efecto elaborar un calendario de progresiva liberación comercial para ampliar el escenario y el número de adquirentes de los nuevas unidades. Como suele ser de práctica, esto generará un efecto multiplicador por la concurrencia cada vez mayor de compradores. Dado que en dicho rubro Brasil y Argentina, mediante diez grandes fábricas internacionales radicadas en ellos, atenderán dicha demanda y la de los países vecinos; se augura que será el factor más decisivo en el proceso de reactivación que ya se avisora.
En dichos aspectos, el advenimiento del nuevo equipo gubernamental ha encontrado, como en ningún otro sector, un muy capaz grupo empresario de verdadera vanguardia y es muy probable que en ese nuevo ámbito el gran país vecino vuelva a sumar una mayor demanda concertada. Tal como supo funcionar con marcado éxito en las dos últimas décadas durante el siglo pasado. Obviamente, se torna imprescindible que se corrijan ciertos aspectos para hacer más positivos los proyectos del acuerdo con la Unión Europea y se deberá promover otro semejante con Estados Unidos. La relación comercial con China constituye de por sí un capítulo aparte de singular significación. Sus problemas actuales, derivados de la epidemia de fiebre porcina, ha abierto la posibilidad cierta de intensificar el comercio de carne porcina e iniciar la de vacuna que en Beijing han receptado con visibles muestras de satisfacción. No se vacila en calificar tales remesas como “las de mejor calidad en el mundo”.
Estas perspectivas asoman en el momento que las compras de Brasil a nuestro país se han reducido notoriamente dado la virtual paralización de su economía durante los últimos 30 meses y una retracción de características hasta ahora totalmente desconocida en el transcurso de todos los tiempos. Recientemente ha retornado, aunque todavía lentamente, a índices de crecimiento.
La calidad de los productos exportados está influyendo en la muy estratégica tarea de mejorar las condiciones de vida en ambos países y se aguardan en un futuro próximo épocas de expansión casi inigualables. Se estima que la disposición de capital de largo plazo y un alto grado de “salud fiscal” contribuirían a acelerar el ritmo de la reactivación. También suponen que el mantenimiento de relaciones económica cada vez más amplias y crecientes con Estados Unidos y China serán vitales para lograr lo efectos buscados.
Es realmente urgente que el Poder Ejecutivo nacional se concentre en mejorar las relaciones no sólo con los dos potencias más poderosas sino también con la Unión Europea y Asia Menor. Ello no sería muy difícil contando con la reciente y muy concreta referencia de lo sucedido con nuestras carnes respecto a China, pero procurando ampliar sensiblemente la diversidad de productos.
