Sonia Zilberberg, presidenta del Tribunal de Disciplina de Abogados
La ética olvidada y la necesidad de construir el futuro recreando valores que han dejado de tener vigencia está en el norte de la nueva conducción del Tribunal de Disciplina de Abogados de la Provincia de Córdoba, que busca “dignificar la profesión” y no sólo ser una institución sancionatoria de conductas. Sonia Zilberberg -junto a Julio Adolfo Deheza- es la nueva presidenta del tribunal. Ella considera que nada de eso se logra sólo con conocer la ley 5805 de Colegiación de los abogados sino que debe abarcarse la formación de los jóvenes profesionales e inscribir en ellos principios fundamentales para que cuando ejerzan la profesión actúen en consecuencia.
En diálogo con Comercio y Justicia, trazó un panorama sobre la impronta que le dará la nueva gestión en un tribunal que cuenta con más de 600 causas disciplinarias ingresadas.
– ¿Cuáles son los valores éticos que están perdiendo mayor terreno en la profesión?
– La ética no es un tema del que se hable demasiado en esta sociedad signada por la violencia, de límites difusos entre lo bueno y lo malo, de profesiones devaluadas… debemos cambiar estos paradigmas y formar a los jóvenes para que cuando surjan las urgencias diarias de la subsistencia no equivoquen el camino. Un principio fundamental, como la ética, por ejemplo, rige la vida de una persona en general y su vida laboral de igual manera, claro entonces que por ninguna razón, ni una ni otra, debe ser dejada de lado. Aspiramos y estamos ya trabajando en ese sentido con la Universidad Blas Pascal y con los colegios de abogados del interior. Se han sentado las bases para realizar jornadas y encuentros para trabajar sobre todos estos temas.
Cuando decidimos ser abogados, elegimos una profesión de compromiso con nuestros clientes, colegas y con la sociedad toda, pero fundamentalmente con nosotros mismos ya que en nuestro hacer diario las personas que recurren a nosotros depositan sus más profundos sentimientos y problemas confiando en que somos capaces de resolvérselos. Debemos por ello estar formados solidariamente, con la conciencia de que la ética, principio fundamental, nos lleva a un ser humano valioso, en consecuencia un profesional responsable y consciente de su responsabilidad como tal. Tenemos que formar a los jóvenes para recrear una sociedad mejor. Nuestro compromiso no sólo es ser una institución sancionatoria de conductas tipificadas en la ley. Éstos son nuestros objetivos para esta gestión, en la cual estarán comprometidos todos sus integrantes.
– ¿Cuántas causas se encuentran en este momento siendo evaluadas en el tribunal?
– Conforme estadísticas realizadas para el período pasado (septiembre 2009–2011), hemos recibido el Tribunal de Disciplina con 645 causas disciplinarias ingresadas. El nuevo cuerpo pretende elevar los estándares de resolución pero para ello deberemos cambiar el procedimiento previsto para el trámite de las causas, que es muy engorroso y ello hace que la sustanciación de causas sea lenta.
Pretendemos implementar un procedimiento sumario. Esto ya ha sido motivo de inquietud de varios de los miembros del Tribunal de disciplina, expuestas en una reciente reunión que hemos llevado a cabo. Será motivo del primer plenario del tribunal, previsto para marzo de 2012.
En tanto esté garantizada la defensa del letrado encausado mediante el derecho de audiencia y prueba, será suficiente, y los plazos serán mucho más exiguos que los actuales para ejercer esos derechos.
– ¿Cuáles son las denuncias más recurrentes que llegan al tribunal?
– No tenemos una estadística pero estamos en condiciones de informar que la mayoría de las causas disciplinarias se debe a abandonos o descuidos de la defensa del cliente por parte de los abogados, especialmente de los más jóvenes. Otro tema que da lugar a la formación de causas disciplinarias que podríamos situar en un segundo orden es el vinculado con la sustitución de un letrado por otro. Estos reemplazos generalmente se formalizan inadecuadamente y dan lugar a que el abogado sustituido se sienta agraviado, y de hecho eso ocurre. En un tercer orden se encuentra la causal por exceso en los términos empleados al realizar defensas, que agravia a las partes, letrados o jueces.Todos temas solucionables, como se ve, si ponemos más énfasis en la formación del abogado antes de que comience su ejercicio profesional, sea en la facultad de Derecho o en los colegios de abogados antes de habilitarlo en la matrícula.