viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

“No avizoro un corralito en España, pero quizás soy optimista”

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Jordi Fabregat Feldsztajn, economista de Esade Business School (España), no descartó la posibilidad de avanzar hacia un “doble euro” si cayera alguna de las economías  europeas más comprometidas.

Aunque la economía argentina tiene sus propias limitaciones -no menores-, lo cierto es que el escenario internacional -básicamente el futuro de la eurozona- preocupa a los empresarios locales. Por eso, la Bolsa de Comercio de Córdoba invitó ayer al economista catalán Jordi Fabregat Feldsztajn, de la Esade Business School, para conocer de primera mano una opinión sobre el sistema financiero español y los desafíos del euro. En diálogo con Comercio y Justicia, Fabregat defendió las políticas de austeridad impulsadas por Alemania y relativizó el éxito de los estímulos realizados por Estados Unidos. Explicó además que en España hay temores a un corralito y que está comenzando a debatirse la posibilidad de un “doble euro”, de acuerdo con la situación de cada uno de los países.

– ¿Por qué se niega Bruselas -y sobre todo Alemania- a políticas de mayor estímulo a la economía?

– Alemania tiene en el subconsciente la hiperinflación de los años veinte y tener que pagar millones de marcos para comprar una tira de pan. Mientras que en Estados Unidos lo que tienen en el subconsciente son las colas de desempleados de la década del treinta, por eso no han dudado en aumentar la base monetaria. Y lo que vemos es que, pese a ello, no se produce inflación porque ha bajado la velocidad a la que se crea dinero. Pero Alemania esto no lo permite porque tiene pánico a la inflación.

Y además, lo que piensa es que no puede hacerse un crecimiento sin bases fuertes: primero bajemos, ajustemos los gastos a nuestros ingresos, y después subiremos.
El crecimiento en Estados Unidos muestra una cierta ralentización y, pese a la cantidad de dinero que ha puesto en el sistema, está creciendo a tasas de 1% y 2%. Entonces, cuidado, porque igual ese crecimiento es puramente ficticio.

Lo que está detrás de la postura de Alemania es “hagamos todos los deberes y cuando los tengamos hechos, adelante”. El problema es que igual hacer estos deberes acaba ahorcando y se puede llegar tarde.

Son muy reacios a empezar por el final con soluciones que ellos dicen son las más fáciles pero no las mejores, por eso hay dudas sobre keynesianismo sí o no, sobre si volver a inyectar dinero. Honestamente, creo que lo que vemos en Estados Unidos es que la economía no crece a 4% o 5%, con lo cual está mostrando un crecimiento que no está siendo saludable.

– Es cierto que Estados Unidos crece poco, pero crece, mientras que Europa no. ¿Hay alguna experiencia sobre que el ajuste haya sido existoso?

– Alemania es consciente de que cuando hay restricciones y ajustes se sufre una recesión. El tema es: poniendo mucho más dinero ¿conseguimos un crecimiento sostenible? Lo que Alemania plantea es que el crecimiento futuro no será sostenible, porque no podemos mutualizar todas las deudas en eurobonos si antes no hemos hecho nuestros deberes.

No es que nos miremos en otras experiencias que han funcionado sino que poner dinero en el sistema es una aspirina para un cáncer. Alemania no quiere pagar la deuda de todos y sigue insistiendo en bajar costos, salarios de funcionarios, ajustar pensiones.

Claro que todas estas medidas llevan a un menor consumo porque a quien le han bajado el salario consume menos, las empresas venden menos, se pagan menos impuestos, es un pez que se muerde la cola. Por eso insistimos en que es un trabajo de cirujano pero no podemos seguir creyendo que, sin eso, los mercados nos financiarán.

– Usted mencionó la posibilidad de un doble euro. ¿Eso ya está discutiéndose?

– Esperemos que no se produzca, pero si hubiera una rotura del euro porque España o Grecia salieran -después de las últimas elecciones parece que no-, en el momento en que haya una quiebra de un Estado que pueda pasar a los otros no hay músculo financiero suficiente para rescatar a España, Italia o Francia, si tuvieran problemas. Lo que puede pensarse es en tener un euro más fuerte para los países sin problemas (Alemania, Holanda, Finlandia, Francia) y después que se vayan incorporando otros países pero con otro tipo de reglas, con mucha más cohesión fiscal y con cesión de soberanía.

– ¿Hay temores a un corralito en España?

– Creo que no -pero quizás soy optimista-. Creo que no pasará pero es verdad que se habla de que si siguen saliendo los capitales del país, algo habrá que hacer porque ningún banco puede soportar salidas constantes de dinero. Pero es más un comentario de la calle que una situación que se vea como inminente. Pasa que las situaciones de pánico se sabe dónde empiezan pero no dónde acaban.

– ¿Qué puede pasar con las inversiones españolas en Argentina si quebrara el euro?

– Sería un escenario muy duro pues, si no tenemos dinero, la inversión que hacemos en el exterior claramente caería. Las compañías españolas, las más grandes, ya tienen sus propios problemas por el mercado doméstico. Es verdad que al Banco Santander, por ejemplo, el mercado doméstico le significa 17%, relativamente poco, pero tiene la marca “España” y por lo tanto le será difícil salir a los mercados internacionales, emitir deuda y seguir invirtiendo.

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