sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Mirar para adelante

Por Marta Belucci* -Exclusivo para Comercio y Justicia
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 Por Marta Belucci *

Lucía pidió la mediación para obtener el reconocimiento de Tomás, de 4 años, por parte de Enzo, su padre. Ambos llegaron puntuales; desde que los recibimos y se sentaron uno al lado del otro se manifestaron muy tensos, evitando mirarse, ella todo el tiempo nos observaba fijamente y él a veces recorría el espacio físico con su mirada. Estaban atentos ya que ambos asentían con la cabeza mientras les explicábamos el discurso introductorio.
Concedida la palabra a Lucía, hablaba en voz baja, en forma continua e ininterrumpida; quería que Enzo reconociera legalmente a Tomás, le pasara la cuota alimentaria y que organizaran la comunicación entre ambos. Siempre que era oportuno repetía: “ya que recién a los 3 años de vida de Tomás él apareció, solicitó la prueba de ADN que confirmó que Tomás es su hijo, entonces ahora es necesario organizar la vida del niño”.

Ella, como profesora de educación física, tenía algunas horas en escuelas secundarias, sus ingresos eran insuficientes para cubrir las necesidades del niño. Siempre vivió con sus padres, quienes la ayudaron desde el embarazo -que lo transitó sola, no obstante haberle comunicado a Enzo del mismo-; y la ayudan en todo lo relativo al niño.
Enzo reconoció que cuando recibió la noticia del embarazo estaba viviendo fuera del país, que lo sorprendió, que no acompañó a Lucía, y que a su regreso quiso saber si Tomás era su hijo; que estaba dispuesto a legalizar todo lo referente al niño.
En reunión privada, Lucía se mostraba muy conmovida destacando el abandono y desapego de Enzo, derivados de su desconfianza respecto a la paternidad de Tomás. Explicó que después del resultado positivo del análisis, hacía 4 meses aproximadamente, Enzo quiso conocer y vincularse con el niño, con lo cual estuvo de acuerdo y colaboró en esta situación que debía ser cuidada; intentaron hacer un acuerdo privado con la asistencia de abogados, lo que no resultó, frustrándose todas las tratativas que intentaron. Entonces ella optó por esta alternativa.
En reunión privada con Enzo, asumió una vez más su ausencia explicándonos el motivo de su desconfianza, pero estaba dispuesto a asumir todas sus obligaciones como padre y disfrutaba el poco tiempo que pasaba con su hijo, entendiendo que esta relación debía fortalecerse de a poco, pero que le era muy difícil mantener una conversación cordial con Lucía respecto a Tomás, que quería saber de él, de sus juegos, sus gustos etcétera. que era necesario comunicarse entre ambos como padres, pero ella siempre se mostraba rígida Le explicamos que debía avanzar en su mirada y pensamiento, actuar con cautela y paciencia y continuar con la ayuda psicológica que nos dijo estaba recibiendo.

Advertimos que Enzo y Lucía estaban individualmente anclados en una situación emocional ya ocurrida, que les impedía actuar en conjunto como padres. Para moverlos decidimos enfatizar en que Tomás necesitaba que su papá y su mamá quisieran actuar unidos en todas las cuestiones de su vida. En reunión conjunta les hablamos de la necesidad de ejercitar a partir de ahora una comunicación amable sólo por cuestiones de Tomás, para quien era necesario contar con su mamá y su papá relacionados cordialmente; los invitamos a pensar en la elección de mirar para adelante y en sus resultados. Se organizó un modo de comunicación entre el papá y el niño que lo pondrían en práctica, una cuota alimentaria provisoria hasta la próxima audiencia, ya que Lucía pedía aumentar el monto describiendo los gastos de Tomás. Les dijimos que era conveniente que en ese momento o en otro, acordaran para ir juntos al Registro Civil a formalizar el reconocimiento y así obtener la Partida del Nacimiento con la constancia del mismo.
Fijamos una segunda audiencia a la que asistieron con Tomás. Desde el inicio se los notaba más sueltos en su trato, en sus expresiones, conversaban entre sí con amabilidad y mientras escribíamos el acuerdo ambos entretenían al niño; cuando llegamos a la cuota alimentaria, Enzo dijo:” ahora que es más fácil comunicarnos hemos convenido que yo abonaré el monto de la cuota que se había fijado, más el transporte escolar de Tomás”. Advertimos que ellos habían elegido el camino de mirar para adelante desde el lugar de padres; estaban trabajando individualmente para lograr paulatinamente actuar en conjunto, y una relación diferente absolutamente necesaria en beneficio de Tomás.

* Mediadora

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