jueves 21, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Milei balcaniza y subordina Argentina a intereses de EEUU, Inglaterra e Israel

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Por Luis Esterlizi (*)

El sentido último de la ética consiste en la corrección del egoísmo. Por lo tanto, el filósofo, sociólogo,psicólogo, antropólogo y naturalista Herbert Spencer (1820-1903) nos dice: “El egoísmo que forjó la lucha de clases e inspiró a los más encendidos anatemas del materialismo, es al mismo tiempo sujeto último del proceder ético. Corresponde seguramente una actitud ante esa disposición cerrada que produce la sobrestimación de los intereses propios. La enunciación de tal cosa corresponde en la Historia a una sangrienta y dura evolución cuyo fin no podemos decir que se haya alcanzado aún”. La Comunidad Organizada – Editorial Codex – Julio 1974 – Pág.27.

La crisis argentina y Milei

Milei es un personaje incontrolablemente fanátizado por sus convicciones ideológicas, emergiendo en la política argentina después de estar sumergido y entremezclado durante años, compartiendo la decadencia de partidos y líderes que, identificados como “la casta”, son parte de la debacle política, económica y social iniciada en 1983 -cuando la dictadura, producto del golpe de Estado de 1976- cedió su poder a la democracia.
No es un recién llegado a la política y, por su extemporánea y a veces payasesca y compulsiva manera de expresarse, cumple el propósito de montar una pantalla que disimula su verdadera identidad y conexión con ideologías clasistas y ultraliberales, según los actos compartidos -cuando, como Presidente- viajó varias veces a Europa, EEUU, Israel, etcétera. 

Esto lo identifica como un subproducto que deviene de una grave y profunda crisis ética y moral que desde años viene azotando al mundo por culpa de imperialismos sedientos de poder, que hoy ocupan Argentina.

Coincidentemente, Eduardo Bonugli, periodista integrante del Dossier Geopolítico, dice que en Europa: “Apenas conocido el triunfo de la AfD en las regionales alemanas, los partidos europeístas convocan desde la prensa del sistema a bloquear totalmente a los vencedores y ha establecer el llamado cordón sanitario para evitar que accedan al poder, a pesar de tan trascendental e histórica victoria de los críticos a la UE. 

Todo ello con la excusa de que son votos de la extrema derecha y anti europeos, a pesar de esta nueva constatación de que representan: una alargada franja transversal, variopinta y de distintas ideologías que sintetizan el profundo malestar social, político, económico y cultural con que vive gran parte de los ciudadanos alemanes y europeos. Un disgusto muy bien aprovechado por esa extrema derecha que no es otra cosa que la cara grotesca y violenta del mismo capitalismo extremo”. (Madrid, el pasado día 1). 

Es muy posible, además, que las actuales luchas intestinas en el seno de La Libertad Avanza (LLA) sean un fiel reflejo de ese conglomerado y variopinto engendro libertario, cuando -como una especie de purificación y control de sus dirigidos- una de sus militantes lo aclara: “Lo que realmente sucede es fruto del desborde de militantes libertarios que, con opiniones propias, rompen la paz y tranquilidad del ‘rebaño”. 

Todo este fenómeno que se proyecta en Argentina expone, como lo vemos, un proceso profundamente negativista, involutivo e inhumano, que frustra cualquier atisbo de evolución social, como bien lo advierte Spencer en el epígrafe.

La política del ultracapitalismo

Hoy podemos observar que esta forma de pensar y obrar se traduce en un indisimulado y crudo egoísmo, similar a las circunstancias de aquellos que creen tener el poder para hacer buenos negocios, cuando en realidad institucionalizan suculentos negociados con los gobiernos, disimulando el envilecimiento de sus resultados y el latrocinio hecho prosperidad de empresarios y dirigentes venales.

También lo es asumiendo posturas egocéntricas y autocráticas, achicando los déficit de las administraciones públicas suspendiendo partidas presupuestarias que afectan a la sociedad en su conjunto reduciendo planes en salud, educación, investigación, etcétera, como si fuesen “gastos”, promoviendo por su clasismo la degradación social, la desaparición de la clase media, mayor desocupación, atraso tecnológico, etcétera, impidiendo de esa manera la realización del pueblo argentino.

Ante dicha prepotencia hay que denunciarlo fehacientemente, ya que los déficits pueden ser superados expulsando los gastos superfluos y la corrupción, para luego mejorar la utilización de los recursos y esencialmente aumentando el trabajo y la producción dignos, como la industrialización y el avance tecnológico por ser todos, factores infaltables en el exterminio de la pobreza y la miseria, logrando un crecimiento económico con desarrollo social, ya que ambos deben marchar juntos, en un proceso de verdadera evolución integral. Esto no está en los planes de Milei.

El proceso de balcanización

Un país, despedazado su territorio y dividido en poblaciones desconectadas a partir de la pérdida del sentido de pertenencia a una misma sociedad, profundiza las diferencias étnicas, de clase social, religiosas o por tenencia de recursos estratégicos, como un paso hacia la balcanización.

Esto lo comprobamos viendo al presidente Milei quien, como dictador, convierte las provincias en feudos acaudillados por políticos que le deberán rendir pleitesías, junto con los provincianos que como vasallos deberán aceptar -por las buenas o por las malas- lo que suceda con Argentina.

Esto es notoriamente una realidad que demuestra la política institucional que impone Milei, obligando a los gobernadores a ocuparse exclusivamente de sus problemas de gestión y que junto a sus pueblos no tengan tiempo de ocuparse del país que integran -cuando deberían compartir como argentinos- los recursos, riquezas y el destino de un Estado independiente, justo y soberano.

Es así de sencillo como Milei usurpa el rol del “Estado” para ocuparse exclusivamente de decisiones estratégicas en economía y relaciones internacionales y someternos a sus excentricidades como a sus peligrosas decisiones en contra de los intereses argentinos, especialmente con la idea de convertir a la Argentina en una proveeduría de recursos estratégicos y commodities, al servicio de intereses financieros e imperios en decadencia.

Por eso consiguió que él -reemplazando al Estado- dicte los DNU y sólo apruebe aquellas leyes del Poder Legislativo que no alteren o impidan sus propósitos de balcanizar el poder de la República Argentina, como decidir la paz o la guerra con otros Estados, como de disponer libremente de las reservas en oro del Banco Central, sin que conozcamos para qué y en qué lugar fueron depositados como también la de “negociar” con fuerzas armadas extranjeras la custodia de nuestros ríos, mares, puertos, etcétera. 

Las frutillas del entortado mileista

En su exposición del Día de la Industria -ante empresarios de la UIA- Milei mostró claramente la diferencia entre lo que dice y lo que hace.

Milei dijo: “Vinimos a achicar el Estado para agrandar sus bolsillos” pero realizó: menos salud, menos educación, menos servicios esenciales, menos obras públicas, etcétera, invalidando el crecimiento económico con desarrollo social.

Milei dijo: “No los vamos a dejar tirados, vamos a abrir la economía cuando estén dadas las condiciones estructurales para que las empresas sean lo más competitivas posibles” pero instaló el RIGI, para que las inversiones de más de 200.000 dólares, cuenten con extraordinarias excepciones impositivas por 30 años aprovechando esta grave crisis, para apropiarse de nuestros recursos y nuestra capacidad productiva y laboral.

Milei dijo: ”Para proteger a la industria, se le robó al campo, afectando nuestro potencial exportador” pero Viajó a EEUU para convocar a empresarios de enorme poder financiero en el mundo a invertir en Argentina en la extracción de recursos no renovables como petróleo y gas de Vaca Muerta, litio y minerales del noroeste.

Se cansó de decir: “Los jubilados le están ganando a la inflación” pero la realidad expresa: “Los haberes de los jubilados están a punto de perforar la línea de la pobreza,lejos de la mejora que pregona el presidente Milei”. La Voz del Interior, el pasado día 4, Pág. 5. 

Conclusión

Justamente, el pasado día 4, la marcha de jubilados y varios sectores sociales al Congreso fue reprimida violentamente por una fuerza policial nunca vista. Prueba concluyente de la tiránica pretensión de sojuzgar al pueblo argentino con violencia y sin reparos de ninguna naturaleza. 

Frente a esta realidad, como comunidad nacional debemos tomar plena conciencia de estas circunstancias y saber claramente quienes son y qué es lo que persiguen los instalados en el poder del Estado. El accionar mileista y de dirigentes de “la casta permisiva” siguen bajo el régimen de acuerdos espurios como clara sintonía con la decadencia partidocrática y amenazando con balcanizar y someter a Argentina a los planes de oscuros intereses.

(*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba 

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