Por Gonzálo Gomez Pizarro*
Ya finalizando la primera mitad del año, el mercado se pregunta ¿qué será del segundo semestre? Se presentaría más interesante y volátil en el ámbito local, que en el internacional.
El contexto internacional: Si bien no hay por delante ningún evento clave al estilo brexit o Trump, hechos que el año pasado generaron incertidumbres sobre el desenvolvimiento de la economía mundial, no podemos descartar alguna sorpresa imprevista de la mano de algún conflicto bélico, crisis política en Estados Unidos, Europa o China, o desaceleramiento imprevisto del crecimiento de China.
De no mediar entonces ningún “Cisne Negro”, se podría concluir que el viento seguirá soplando suavemente de cola para los países emergentes, producto de un entorno de alta liquidez y tasas de interés bajas, con un dólar algo más débil a nivel mundial, un crecimiento global moderado pero claramente positivo. Como dato negativo, precios de commodities en valores históricamente bajos.
Escenario político: Sin lugar a dudas que éste será el mayor disparador de alegrías y tristezas en cuanto a las finanzas se refiere. La evolución del proceso electoral, noticias, chicanas políticas, golpes bajos, resultados de encuestas y obviamente el mismísimo resultados de las PASO y luego de las elecciones definitivas, sembrarán sin lugar a dudas al mercado de subas y bajas. El impacto en el humor de los mercados según se vayan desarrollando las noticias podría llegar a ser mucho más significativo según el impacto político que se crea pueda tener el resultado, que el verdadero efecto concreto y práctico del mismo. De hecho, Cambiemos hoy cuenta con 30% de los votos en el Cámara de Diputados y 17% en la de Senadores y podrá llegar a 35%/40% en diputados y a 25%/30% en senadores. Osea, estamos viendo que el potencial cambio de la composición política de las cámaras no será significativo. No obstante, por ejemplo, salir primero en la provincia de Buenos Aires o tercero, aunque signifiquen apenas unos pocos legisladores, podría llegar a tener un impacto político importantísimo y por lo tanto económico.
Crecimiento: El crecimiento de la economía será sin lugar a dudas clave de acá a octubre, fundamentalmente por su probable impacto en el escenario electoral. Será necesario que continúe el surgimiento de brotes verdes y se fortalezcan los ya crecidos, para que derrame en el resto de la economía hasta afectar la sensación térmica. Hoy parece que cuenta más esta última que los datos puros y reales, que muestran una clara recuperación ya desde septiembre del año pasado aunque a un ritmo lento y muy desparejo. Por ello, que se llegue a las elecciones con un cambio en esta sensación o humor social generalizado va a ser clave en el desarrollo del mercado de renta fija (bonos) y sobre todo en el de renta variable (acciones).
Tipo de cambio US$/$: Son innumerables los economistas que concluyen que el tipo de cambio actual es producto del ingreso de dólares financieros para solventar el importante déficit fiscal y que estos valores en términos reales están en un rango inferior al de cualquier análisis histórico. La demanda de dólares no ha caído sino por el contrario, sin embargo, la oferta ha sido excesiva superando a dicha demanda.
Por otra parte, conocemos lo sensible que ha sido comprobadamente el mercado de cambio a las incertidumbres políticas y económicas. Si a esto le sumamos que, hoy hay un monto circulando en Lebac que supera tanto a la Base Monetaria como al equivalente de reservas en dólares del Central, colocadas a un plazo promedio menor a un par de meses, esto le podría agregar una capacidad de fuego puntual enorme a la demanda de dólares. Entonces, por más oferta de dólares financieros que haya, el acontecer del proceso eleccionario local de acá a octubre seguramente incorporará una dosis de incertidumbre y volatilidad al mercado cambiario.
De hecho, el tan de moda “carry trade” de devengar tasas altas en pesos mientras el tipo de cambio no se movía funcionó muy bien (15% promedio en dólares anual aproximadamente) desde la salida del cepo hasta marzo. En este último trimestre (28/6), la mal llamada “bicicleta financiera” perdió frente a la alternativa de posicionarse en un bono en dólares. Esto ocurrió aún dentro del período estacional de mayor liquidación de divisas. El mercado se adelanta.
Inflación y Tasas de interés: Quizás por que estemos más acostumbrados y porque viene reduciéndose en el último par de meses, no parece que ésta sea una variable que pueda traer complicaciones. No obstante se espera una reducción sostenida a valores de entre 1,2% y 1,5% mensual (lo que nos llevaría a una inflación de entre 20% y 23% anual a fin de año) y de no cumplir estas expectativas podría haber consecuencias indeseadas. Es de esperar una leve pero continua caída de las tasas de interés hacia fin de año, pero si la inflación no baja, tampoco lo haría la tasa de interés impactando como consecuencia en el nivel de actividad. Para concluir, el monitoreo de estas variables y los ojos bien abiertos sobre el mercado, serán claves para tomar buenas decisiones financieras en el semestre que comienza.
*Presidente de Argentina Valores SA