lunes 4, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Mensajerías Provinciales en Córdoba (II)

Por Martín Horacio Delprato * - Exclusivo para Comercio y Justicia
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En una columna previa ya he comentado sobre cómo fue el inicio de las Mensajerías Provinciales de Córdoba en 1894. Estos servicios, para quienes no han leído el artículo previo, se brindaban en carruajes muy parecidos a las diligencias que solemos ver en las películas de la conquista del lejano oeste norteamericano; algunos llegaban a ser más grandes, con capacidad de hasta 14 pasajeros -incluso en el techo de la carreta-. Otros eran muchísimo más chicos, las llamadas “sillas de correo”, que eran una simple silla donde iba sentado el pasajero, y el postillón o conductor iba sobre el mismo caballo que tiraba el carruaje.

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En el caso que nos ocupa, en 1894 se licitaron cuatro rutas que iban entre Villa de Soto y Villa Dolores, entre Córdoba y Soconcho, entre Córdoba y La Cruz y entre Oncativo y Arroyito.

Los primeros contratos iniciados en 1894 fueron un verdadero éxito, las empresas concesionarias cumplieron fielmente su cometido y no sólo las personas podían llegar a todos los puntos de la provincia por más que los servicios nacionales no llegasen sino que posibilitaron el transporte de correspondencia en forma regular a todos los rincones, hasta los más alejados.

Esto motivó que para la licitación de los contratos para 1895, realizada el 21 de diciembre de 1894, se agregaran dos rutas más, la primera desde la ciudad de Córdoba hasta Río Ceballos, pasando por los pueblos de Argüello y Villa Allende -lugar de veraniego, con grandes casasquintas de la burguesía cordobesa de la época. La segunda ruta era la que hacía el camino directo desde la capital provincial hasta Río Cuarto, pasando por el Alto de los Videla, Bajo Grande, El Salto, Peñas, Saucecito, Tegua Abajo, Maminday y Chucul Abajo.

El éxito de estos servicios hizo que se atendiera un pedido que desde hacía ya algunos años venía presentando un cura párroco de uno de los pueblos que estaba en el camino de una de estas rutas, en la Villa del Tránsito, en el valle de Traslasierra: el presbítero José Gabriel Brochero. Este gran hombre, pionero de las necesidades en el oeste cordobés, había propuesto la construcción de un “camino de herradura” entre San Roque, pequeña estación del Ferrocarril Córdoba al Noroeste (actual Tren de las Sierras) ubicada en la falda oriental de las sierras, y la Villa del Tránsito, en la falda occidental.

El 5 de septiembre de 1894 se presentó a consideración del Poder Ejecutivo provincial una ley mandando construir este camino, emprendimiento que fue concretado años más tarde con la ayuda del Cura Brochero, quien a lomo de mula y con picos y palas, recorrió y ayudó a construir el viejo Camino de las Altas Cumbres, que permitió unir definitivamente el oeste cordobés con el resto del país.

Los contratos de las mensajerías a los distintos puntos de la provincia se cumplían en general con regularidad, y se fueron renovando año tras año, en algunos casos con el mismo concesionario y en otros con nuevos contratistas que cumplían mejor con el cometido.

Al estar las zonas más postergadas con mayor comunicación, se presentó la necesidad de mejorar los caminos. Es así como en el año 1897 se mandó a reparar los trayectos a Anisacate (en las cercanías de Alta Gracia), a Calamuchita, a Río Primero, el camino entre la Villa de Tránsito (hoy Villa Cura Brochero) y Villa Dolores, entre Anisacate y Potrero de Garay, de La Paz a Las Rosas, y de Córdoba a Alta Gracia. Obras todas que, sumadas a otras varias en los años siguientes, permitieron mejorar sustancialmente los servicios de mensajerías y de tránsito de particulares en la zona.

Para 1898 los servicios de mensajerías eran una constante en casi toda la provincia, contándose para entonces once rutas que eran servidas por este sistema.

A las seis rutas ya mencionadas se habían sumado cuatro más:

Entre la Estación Río Primero del Ferrocarril Central Córdoba y la Villa de Santa Rosa, en el Departamento Río Primero, pasando por Los Guindos, Mansilla y Alvear.
Entre Córdoba y la Villa de San Agustín, en el Departamento Calamuchita, pasando por Molinos y Monsalvo, y llegando hasta San Ignacio.

Entre Villa de Santa Rosa y Las Saladas, Departamento Río Primero.

Entre la Estación Washington del Ferrocarril al Pacífico y Cañada Verde, Pedanía El Cuero, del Departamento General Roca.

Entre San Francisco y Las Cañas en el Departamento San Justo, Pedanía Juárez Celman, pasando por parte de la Colonia San Francisco, Luis A. Sauce, Quebracho Herrado, Prosperidad, Santa María y Juan Domingo.

A su vez, las rutas concesionadas en 1894 no sólo se mantenían sino que habían sumado numerosas localidades en sus paradas, tales como Panaholma, Mina Clavero, Los Pozos y Las Rosas en el oeste provincial, y Monte Grande, Alto de Fierro y Bajo Chico en el camino de Calamuchita.

También se combinaron las salidas y llegadas de estas mensajerías con los horarios de los trenes en los casos que hubiera estaciones en los puntos de inicio, fin o de tránsito de ellas. Este tema nos hace pensar que hoy, pasados ya más de 100 años desde estas concesiones, con medios informáticos a nuestro alcance, con una cantidad de empleados en los controles de los medios de comunicación cien veces mayor, con cinco o diez veces más localidades para unir…,  no se combinan los servicios de las distintas empresas de transporte para brindar un servicio eficiente.

(*) Autor del libro Los ferrocarriles argentinos, ramales, estaciones e historia postal

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