La mediación ha avanzado como método de resolución pacífica de conflictos y tiene el derecho y la obligación de mirar con distintos lentes las problemáticas y a los justiciables que se sientan a nuestras mesas, interviniendo con enfoques de derechos humanos para evitar discursos discriminatorios o estigmatizantes que menoscaban la dignidad humana.
Por ello, es necesario que los mediadores tengamos diálogos con los justiciables utilizando una perspectiva de adulto mayor. ¿Y esto qué significa? Debemos tener en cuenta que existe un diálogo de desigualdad frente a ellos; el edadismo y el viejismo danzan ante su problemática, lo cual evidentemente es una cuestión intergeneracional. Esta problemática esta invisibilizada, porque nadie quiere ser supuestamente grande, “viejo”. La sociedad nos exige un concepto de eficiencia y belleza para “pertenecer”
Para ello, es importante identificar y tener en cuenta que existen un conjunto de creencias, prejuicios y estereotipos que segregan a las personas mayores por simple hecho de serlo. En forma consciente o inconsciente, se devela simbólicamente el status de las personas viejas por razones de edad. Este fenómeno se denomina “viejísimo” y naturaliza la idea de que la vejez debe ser disimulada, retrasada o evitada.
A diferencia de otras formas de discriminación como el machismo o el racismo, el viejísimo no cuenta con suficiente arraigo en lo social, se invisibiliza. La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que rige mediante la ley 27360/17, propone conceptos y definiciones, útiles para nuestras intervenciones y comunicación asertiva y eficaz en la mesa de negociación: 1) eliminar toda forma de discriminación contra las personas mayores por razones de edad. Evitar expresiones, imágenes, estereotipos, prejuicios y creencias discriminatorias sobre la vejez y el envejecimiento que puedan dañar, incluso, sin intención de hacerlo. 2) Utilizar la expresión “personas mayores” y evitar el uso descontextualizado de “abuelo/a ” .3) Evitar las posturas y expresiones paternalistas e infantilizantes hacia las personas mayores. 4) Desestimar el uso de frases e imágenes que asocian a las personas mayores con la pasividad, la inactividad, la improductividad y la tristeza. 5) Identificar a las personas mayores como el grupo social más heterogéneo, respetando y visibilizando la diversidad cultural. 6) Visibilizar la sexualidad y la diversidad sexual durante la vejez. 7) Incluir testimonios de las personas mayores y diversificar los temas sobre vejez y envejecimiento en las agendas mediáticas y en la mesa de mediación. 8) Garantizar la accesibilidad para promover la independencia y la autonomía de las personas mayores en la mesa de mediación y disminuir la brecha digital. 9) Garantizar el acceso a Justicia, evitando las barreras institucionales y simbólicas que la sociedad impone. 10) Creación de un polo para tratar dicha temática y un laboratorio específico para ella.
Es dable destacar que el mundo está atravesando un continuo proceso de envejecimiento que demanda ser objeto de una perspectiva única de análisis y visibilización. Argentina se ubica entre los países más envejecidos de América Latina, con más de 15% de personas mayores y con una expectativa de que este grupo alcance 25% de la población en 2050, igualando así la proporción de niños y niñas menores de 15 años. Asimismo, se destacan características del proceso de envejecimiento: la feminización de la vejez y el envejecimiento del envejecimiento. Es por ello que, en los distintos ámbitos, debemos convertir a las personas mayores en protagonistas de un cambio demográfico que configurará la sociedad, teniendo en cuenta sus necesidades, los conflictos de valores y el reconocimiento de que con ello existen transformaciones sicológicas, sociales, biológicas y de adaptación. El concepto de rechazo en el dialogo con otras generaciones, exigen del mediador intervenciones de empoderamiento, para nivelarlos y hacer fluida la comunicación.
“Mayor edad es fomentar nuevas interacciones humanas, es un privilegio que muchos no conocen”. “La diferencia entre la edad y el tiempo es una noción social” Marc Auge.
Por eso los mediadores le decimos “no” al viejismo.
* Abogada – Mediadora – Coordinadora de Escuela-Sala – Centro de Mediación del Colegio de Abogados de la Provincia de Córdoba
Perdón: Gorini (los correctores juegan malas pasadas a veces…)
La aclaración borró el comentario anterior.Lo siento.
Para los que rondamos la “dorada” (o debería decir “plateada”?) madurez es un artículo abarcador y lleno de esperanzas. Gracias, Doctora Gordini.
Me encantó su punto de vista.
Muy interesante artículo Gabi.
El trato a los mayores tiene que ver con lo cultural, en otras partes del mundo son a quienes se acude para pedir consejo y ofician de mediadores familiares, como ocurre aquí en Senegal.
El respeto se ensena desde Niños, no existen prácticamente asilos, viven en la casa familiar hasta el final.
Un abrazo
Los cambios de paradigma de las últimas décadas sumado a la pandemia aumento la crisis de la edad del adulto mayor. No es igual la presencialidad que la virtualidad … gracias por tenernos en cuenta colega abrazo grande
Med. Gorini: no es sencillo interactuar con adultos mayores, y mucho menos cuando estàn atravesando situaciones conflictivas. Recuerdo que hace unos cuantos años, dentro de PAMI existìa e¡un Centro de Mediaciòn para ese tipo de situaciones, donde ocurrieron cosas “màgicas” desde muchos puntos de vista… y se que la tenìa a Usted como una de las grandes protagonistas. Celebro que siga en el mismo camino y que comparta estas experiencias a los colegas que no asistieron a esa maravillosa època, La visibilizaciòn es el primer escalòn hacia la comprensiòn… Felicitaciones
Excelente articulo y un tema de vital importancia en una cultura que los ignora. Felicitaciones!