Por Sergio Castelli* y María Constanza Leiva**
Éste, sin dudas, fue el año de Toy Story ya que con su cuarto lanzamiento, con nuevos personajes y una nueva historia logró batir todos los récords en nuestro país. En menos de un día había alcanzado números increíbles, posicionándose como una de las películas más vistas de los últimos tiempos, por sobre Minions, Titanic, La era de hielo 4 y Relatos Salvajes. Ahora bien, en Estados Unidos quedó en el 60º lugar y no alcanzó a superar lo recaudado por Toy Story 3, la que se ubica en el 24º puesto en la recaudación.
La saga Toy Story nació en el año 1995 con la primera película de Pixar, la compañía de animación digital. Fue el primer largometraje animado por computadora en la historia del cine, con lo cual, vemos que continúan los récords. Pixar fue adquirida por Disney en el año 2006, luego de una asociación que no funcionó del todo bien. Y esta historia de juguetes sigue siendo noticia, ahora porque Lotso, el oso malvado de la tercera parte, se encuentra en el centro de la tormenta.
La empresa estadounidense Diece-Lisa Industries presentó una demanda contra Disney por Lotso, alegando que ese personaje y su nombre vulneran sus derechos de propiedad intelectual, ya que afirma que al ser propietaria de la marca Lots of Hugs -que se podría traducir como “muchos abrazos”-, la aparición de este personaje sin su consentimiento en la cinta estrenada en 2010 supone una vulneración de sus derechos. Afirma que, además, le ha generado un grave perjuicio por la actitud que rodea al oso, ya que es malvado y vengativo, producto del rencor que le ha ocasionado el abandono por parte de su niño dueño.
La demanda interpuesta ante un tribunal de justicia de Estados Unidos afirma que al crear al oso rosa de Toy Story 3, Disney utilizó maliciosamente su sello y eslogan Lots of hugs con la que comercializan osos de peluche para elegir el nombre del personaje. Además, la compañía cita que ha concedido múltiples licencias en este marco, siendo una de ellas incluso a una de las compañías afiliadas al conglomerado de Disney para producir la serie El oso de la casa azul. Por ello, los demandantes sostienen que existe mala fe por parte Disney, ya que actuó con conocimiento de los derechos de propiedad intelectual que posee Dice-Lisa Industries.
El impacto que ha tenido la película, sobre todo en EEUU, ha traído como consecuencia para la compañía titular de Lots of hugs que otras empresas se hayan negado a llegar a acuerdos comerciales, por miedo a que sus productos fuesen identificados con Lotso, quien claro está, es el villano de la película y, por lógica, no muchos niños querrían acceder a dicho muñeco.
De este modo, en la demanda se exige una compensación económica por la afectación y solicitan una orden judicial que evite el uso del personaje en un futuro.
Disney, en su defensa, ha argumentado que Lotso fue desarrollado de manera independiente y que se ha comercializado en el mercado de los juguetes sin vinculación con el oso de peluche identificado por Lots of hugs. Sostuvo incluso que no hay parecido entre los osos y, además, no existe prueba de que exista intención de su parte de afectar el negocio del demandante.
Ambas partes solicitaron al juez que entiende en la causa que avance con la resolución del caso en forma sumaria, aunque el juez consideró que la cantidad de pruebas aportadas junto con los otros factores que se involucran en el expediente requieren la presencia de un jurado para determinar su decisión.
* Agente de la propiedad industrial ** Abogada