Se ha destacado en múltiples actividades y pasado a ser una figura pública, desde sus inicios en el derecho
Por Luis R. Carranza Torres
Ana Quincoces practicó el derecho durante 21 años, antes de poner el foco de su vida en otras actividades. Reconoce que todavía lo hace “un poquito”. La causa es que “eso no se deja nunca; es uno de mis primeros amores”.
Su tesón por abarcar distintos rubros no parece desmentir esas palabras. De hecho, en su perfil laboral en LinkedIn figuran sólo sus datos de abogada, como socia del estudio Rodríguez&Quincoces desde 1994 al presente. Una firma legal familiar, situada en Coral Gables, con radio de actuación en el área de Miami y Fort Lauderdale, que se especializa en “Transactional Real Estate and Bankruptcy”. Una traducción aproximada entre nosotros sería “contratos inmobiliarios y derecho falencial”.
Desde 1986 a 1989 Ana cursó la primera fase de sus estudios universitarios en la Florida International University, donde obtuvo su “B.A.”, el grado de bachelor of arts, como paso obligado para poder obtener un título en leyes, el juris doctorate, por el que estudió 1989 a 1991 en el Shepard Broad Law Center de la Nova Southeastern University.
Nacida en Miami, de padres cubanos, es más conocida en la actualidad por ser una famosa chef, autora de libros de cocina que son best sellers y por haberse convertido en una mujer de negocios de éxito en el rubro de la alimentación. Pero si le preguntan por sus mayores logros de vida, responde que son sus dos hijas, Kati y Beba.
El derecho fue el primer peldaño de muchas otras actividades. Como expresó en una entrevista: “Quise ser abogada, lo logré, ejercí por 20 años y después quise cambiar de profesión y reinventarme, y también he logrado hacerlo”. En tal sentido, reconoce que “si se proponen algo, tienen que saber que no va a ser fácil. De verdad que hay muchos obstáculos y hay que poner mucho trabajo, hay que poner mucho de uno cuando uno se propone algo. Y una cosa muy importante es que uno aprende mucho más de sus fracasos que de sus éxitos. Fracasar es parte de la vida, es importante, así uno aprende. Nunca quise que un fracaso me quitara del camino de llegar a un sueño. Yo creo que uno tiene que creer en sí mismo hasta en los momentos más oscuros. Yo los he tenido y muchos. Pero cuando me caigo hay veces que digo, ‘bueno que difícil’, pero no por mucho tiempo, yo me sacudo y salgo para adelante. Para atrás, ni para tomar impulso. Yo creo que ése es el consejo más grande e importante que le puedo dar a cualquiera”.
También reniega de la imagen glamorosa que las necesidades de la difusión pública le han impuesto. “Me encanta estar en mis pantalones de yoga y chancletas, sin maquillaje y con mi cabello recogido en un ‘rabo de mula”, ha dicho más de una vez.
El tesón de trabajo y un ángel particular en su personalidad son factores que pueden explicar, en parte, por qué está en los primeros lugares de dos rankings de muy difícil acceso: se ubica en sexto lugar, con unos 8 millones de dólares, entre los abogados del mundo con mayor fortuna de 2014, y la publicación especializada “Cocínate el mundo” la incluyó en 2018 en el puesto 14 entre los 20 chefs más ricos e influyentes.
Si su primer libro de cocina, Cuban chicks can cook (“Las chicas cubanas saben cocinar”), editado en 2007, fue un éxito casi inmediato de ventas, fue su aparición en un reality de televisión, “Real Housewives of Miami”, que la transformó en una figura pública a partir de sus trucos de anfitriona para preparar las comidas.
Luego vino otro libro de éxito, The Versailles cook book, en 2014, en el que relata la historia y recetas del icónico restaurante cubano en Miami, Versailles. Aprovechando estar en la cresta de la ola alimentaria, lanzó al mercado una línea de adobos, salsas y aderezos bajo la marca Skinny Latina; a la par seguía en los medios, ahora como estrella del programa “Food Network Star”, y apariciones periódicas en “The View” de la cadena ABC, en “The Chew” y “Today” de NBC, en “Un Nuevo Día” de Telemundo, y también en el programa estrella “Master Chef Latino”.
Es decir, por ese tiempo, en el canal que pusieras la tele, estaba ella. Tales niveles de exposición la convirtieron asimismo en una codiciada oradora para los eventos de la industria alimentaria y empresarial. Disfruta para la cultura presente y doméstica de Estados Unidos de ser la última muestra femenina de las historias de vida que culturalmente se han dado en llamar allí “selfmademan”. Personas autodidactas que tienen éxito, tales como Martha Stewart, Anna Olson o J. K. Rowling.
Si es alguien destinada a quedar en la historia o sólo una personalidad pasajera más en un mundo esencialmente efímero, es algo que sólo el transcurso del tiempo nos podrá decir.