Por Rodolfo Eiben *
La semana pasada nos encontramos, azorados, con el proyecto para aumentar las dietas de los legisladores nacionales de ambas Cámaras del Congreso en un 30%.
Gracias al desacuerdo del presidente Javier Milei, la iniciativa quedó trunca de manera casi inmediata.
Recordemos que la novedad trascendió en una Argentina devastada, quebrada moral y económicamente.
En ese marco, si propiciamos que los legisladores nacionales trabajen ad honorem. Ello serviría para reconfigurar su prestigio.
En el Parlasur, los integrantes del organismo (42 bancas del bloque argentino) no perciben dieta o ingreso pecuniario alguno. Solo obtienen los pasajes a la ciudad de Montevideo, Uruguay, durante los meses en que se sesiona, y tienen cubierto el hospedaje por dos o tres noches de hotel. Nada más incuestionable a los efectos del desenvolvimiento de una actividad Legislativa loable en la que se discute y se proyecta, como en cualquier Parlamento.
Ninguno de los electos, entre los cuales me encuentro, piensa en aumentarse ningún ingreso porque, directamente, no existe.
Somos un grupo de personas que prestamos un servicio al país mediante una práctica que debería ser ejemplar para el resto de la política argentina.
Los diputados y senadores pertenecen a las honorables cámaras del Congreso. ¿Dónde dejaron su honor? Están envueltos en el peor momento de Argentina y plantean que no llegan a fin de mes. Esto los denigra y genera rechazo social.
Podrían no cobrar. Están solo dos días por semana en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Seguramente me preguntarán de qué vivirían si solo se les abonarán los pasajes y el hotel. La respuesta es que deberían asegurarse ingresos con las actividades que tenían antes de ingresar al Estado a través de una banca en el Congreso.
Ser político implica tener sensibilidad social y prestar servicios nobles a una causa y al país. Es, en definitiva, ser solidario, y eso es lo que muchos legisladores se empeñan en demostrar que no son.
El diputado o senador que tuvo un trabajo privado antes de ser electo debería reintegrarse a sus actividades usuales. El que siempre estuvo abonado al Estado (en algunos casos, décadas) y no realizó ninguna otra tarea, ya está para retirarse.
En 2023, diputados y senadores sesionaron seis veces. Me parece que no se justifican sus ingresos con este bajísimo nivel de actividad. Tampoco las llamadas “pymes” que dirigen varios, con más de 30 empleados en calidad de asesores, ni los choferes ni los celulares de los que disponen.
Ejemplo
En definitiva, se impone que prediquen con el ejemplo. Es hora de poner blanco sobre negro: que se sepa quiénes quieren cuentas claras y que los objetivos del ejercicio de la política sean guiados por la solidaridad.
Legisladores como Miguel Angel Picheto, una persona de cierto prestigio entre los miembros del Congreso, se manifestaron a favor del pedido de aumento. Pues bien, deberían explicarnos de qué manera se perdería calidad institucional legislativa sin la suba.
Hay que tener en cuenta que la inactividad, la llamada “tranza” y la escasa productividad en la importancia y potencia en proyectos valiosos hicieron del Congreso Nacional un ámbito de privilegios para una casta política solventada por el bolsillo de todos los aportantes de impuestos en Argentina. Son muy pocas las oportunidades en las que tuvo bajo tratamiento leyes fundamentales para el desarrollo de un gobierno.
Sector privado
El grueso de los legisladores no quiere trabajar en el sector privado, donde debería poner esfuerzo e inteligencia para subsistir.
Debemos regresar a la sensatez. Italia redujo 50% su Cámara de Diputados luego de la pandemia. En Argentina, habría que instrumentar un plan de retiros voluntarios del Legislativo. Empleados que sobran en el sector de biblioteca, que jamás fueron a trabajar y cobran mensualmente, generalmente parientes o amigos de políticos, borrachos de privilegios e impunidad.
Los argentinos de bien no estamos para eso. Espero que algún legislador nacional o político sensato comparta mi pensamiento, basado en el dolor por el estancamiento del país y por la emigración de gente joven por falta de oportunidades.
(*) Parlamentario en el Mercosur (La Libertad Avanza). Presidente del Partido Demócrata.