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Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las empresas cooperativas contribuyen a mejorar las condiciones de vida y de trabajo de hombres y mujeres al poner a su disposición infraestructuras y servicios fundamentales, incluso “en zonas ignoradas por gobiernos y empresas inversionistas”.
Artículo del sitio Youthink!, propiedad del Banco Mundial.
En todo el mundo las cooperativas cuentan con casi 1.000 millones de socios y aportan 100 millones de puestos de trabajo
Además, suponen un apoyo muy importante para los trabajadores, especialmente a los vulnerables y las mujeres, a los que ofrecen oportunidades para expresarse, hacerse oír, protegerse contra toda una serie de riesgos e invertir en proyectos que resultarán beneficiosos para su comunidad.
Las cooperativas son, de hecho, un elemento fundamental del desarrollo social y económico en todo el mundo. Sin embargo, parece que nadie les presta atención.
Se oye hablar mucho del papel que desempeñan los gobiernos, el sector privado, las instituciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las asociaciones y las fundaciones… pero ¿por qué no se habla nunca de las cooperativas?
Ha llegado el momento de hacer que esto cambie y eso es lo que han pretendido las Naciones Unidas al declarar que 2012 será el Año Internacional de las Cooperativas.
Una cooperativa es una empresa creada por un grupo de personas que han decidido unirse para dar respuesta a una necesidad común (que puede ser de tipo económico, social o cultural). Lo que caracteriza a esta empresa es que es propiedad de todos sus socios, que la gestionan conjuntamente, de manera democrática.
Según Stéphanie Guico, responsable del Programa para Futuros Líderes de Cooperativas de la Cumbre Internacional de las Cooperativas, la función de una cooperativa es doble: por su condición de empresa, “beneficia” a sus socios, ya que les ofrece acceso a productos y servicios que les ayudan a cubrir sus necesidades.
En tanto, por tratarse de una asociación de personas, participa en el desarrollo de las comunidades. Además, en muchos casos la principal función de las cooperativas es movilizar a la población en torno a un proyecto común con el objetivo de favorecer el desarrollo de una sociedad civil dinámica.
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las empresas cooperativas contribuyen a mejorar las condiciones de vida y de trabajo de hombres y mujeres al poner a su disposición infraestructuras y servicios fundamentales, incluso “en zonas ignoradas por gobiernos y empresas inversionistas”.
Para esta entidad, las cooperativas resisten mejor los embates de la crisis financiera que las empresas que sólo tienen como objetivo la obtención de beneficios. También tienen una vida más larga que las empresas privadas y, además, desempeñan un papel cada vez más importante en el logro de un equilibrio entre las dimensiones económica, social y medioambiental; asimismo, contribuyen a la prevención y la reducción de la pobreza.
La OIT también sostiene que las cooperativas son importantes tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. He aquí algunos ejemplos: en Colombia, Saludcoop, una cooperativa de sanidad, ofrece servicios sanitarios al 15,5% de la población.
En Etiopía, 900.000 personas del sector agrícola estarían generando una parte de sus ingresos gracias a una cooperativa.
En Francia, nueve de cada 10 agricultores son miembros de cooperativas agrícolas, los bancos del sector cooperativo poseen 60% de los activos y 25% de los comercios minoristas franceses son cooperativas.
En Japón, 9,1 millones de agricultores familiares son miembros de cooperativas que aportan 257.000 puestos de trabajo.
En Suiza, el mayor distribuidor y el mayor empleador privado es una cooperativa.
En Canadá, cuatro de cada diez personas (incluidos todos los sectores profesionales) son socios de una cooperativa, y es precisamente en aquel país, concretamente en Quebec, donde se va a celebrar la Cumbre Internacional de las Cooperativas en octubre de 2012.
En el sistema económico actual, para demostrar su éxito, las empresas deben ante todo mostrar que son capaces de obtener beneficios. Sin embargo, aunque las cooperativas tienen un fin lucrativo, su prioridad no es la obtención de beneficios a corto plazo. En consecuencia, la imagen que transmite el sistema cooperativo parece contradecir la idea que tenemos de una empresa productiva y próspera.
Sin embargo, ahora que la crisis financiera ha sacudido al mundo y que las cooperativas han demostrado una resistencia mucho mayor que las empresas privadas, las cosas podrían cambiar
