ESCUCHARLos tiempos de promesas e ilusiones han sido dinamitados. Los discursos optimistas de la casta política que gobierna se han transformado en un manojo de mentiras imposibles de soslayar.
Las claves de la desventura que nos azota están acompañadas por la rapacidad de aquellos que son responsables de combatir la tragedia global que hace contar los muertos por millones.
Los precios de los insumos y de los servicios mortuorios han volado por las nubes.
Es una realidad monstruosa. Un escenario que ha permitido visualizar la cara más atroz de la humanidad que trata, por todos los medios posibles, de no hundirse en el fango de la pobreza más extrema. Efectos similares a los que han provocado todas las guerras que ha padecido la humanidad desde tiempos inmemoriales.
En todo colapso extremo como el que se transita habrá siempre vencedores y vencidos. Los primeros serán los nuevos apropiadores de los resortes de la economía como una forma adicional de castigo. Castigo disciplinador que alcanza -también- a sus propios seguidores con resultados demoledores.
Será época de subsidios a granel y de vales de racionamiento con una oscura administración. El fortalecimiento del mercado negro, para gran parte de los países del planeta, será una constante mientras se restriegan las heridas y entierran, como pueden, a sus muertos.
La inmoralidad alcanzará grados superlativos. El tráfico de influencia y el surgimiento de nuevas estructuras oligárquicas será el telón de fondo de este tiempo histórico. Nadie, con poder militar o policial suficiente, se atreve a dar batalla a los laboratorios medicinales clandestinos que están ubicados en aguas internacionales, en zonas fronterizas donde la permeabilidad de los límites y la ausencia de los Estados hacen posible el reino de los fabricantes de placebos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) fueron las primeras voces en advertir de que operaban bandas piratas que han secuestrado y robado barcos y aviones que transportaban medicamentos estratégicos para vencer el flagelo que nos agobia.
Las grandes cadenas informativas, so pretexto de no generar pánico, guardan silencio cómplice. Nadie custodia los vacunatorios, expuestos a todo tipo de tropelías.
En Argentina, desde un alto atril se festejó el adelantarse en la fila a costa de los menesterosos como una picardía criolla.
Ante la compleja situación que produjo la aparición de vacunas falsificadas en México, Polonia, Costa de Marfil, Somalia, Liberia, India, Nepal y Cabo Verde.
El laboratorio Pfizer denunció: “Somos conscientes de que en este tipo de entorno, impulsado por la facilidad y conveniencia del comercio electrónico y el anonimato que ofrece Internet, habrá un aumento en la prevalencia del fraude, la falsificación y otras actividades ilícitas relacionadas con las vacunas y tratamientos para el covid-19”.
La declaración agregó que no se vendieron vacunas Pfizer en línea y que sólo estaban disponibles mediante proveedores de atención médica nacionales en la actualidad, al igual que otras vacunas covid-19, fabricadas por Moderna, Astra Zeneca y Johnson & Johnson.
Pfizer destacó que estaba trabajando con “los gobiernos, las fuerzas del orden, los proveedores de atención médica y otros para combatir este comercio ilegal”, según informó Insider.
El doctor Manuel de la O Cavazos, secretario de Salud del Estado Nuevo León -noreste de México-, destacó que las inyecciones se encontraron en una hielera de cerveza, junto con un número muy diferente de las inyecciones de Pfizer entregadas al Estado por las autoridades mexicanas.
En México, alrededor de 80 personas pagaron alrededor de US$1.000 por una sola inyección de Pfizer falsificada de una clínica en el estado de Nuevo León.
En Polonia, las autoridades encontraron las inyecciones de Pfizer falsificadas antes de que alguien fuera inyectado con los productos que, según los informes, tenían una marca de tratamiento para las arrugas.
Insistimos en un concepto. La debilidad de los organismos reguladores de medicamentos, las fronteras porosas y la corrupción gubernamental son claves en la circulación de las vacunas contra el covid-19.
Interpol, en diciembre de 2020, reiteró una alerta que la mayoría de las naciones latinoamericanas no tuvo en cuenta. En ella instó a los organismos de seguridad a estar vigilantes ante las redes de delincuencia organizada interesadas en sacar partido de las vacunas contra el covid-19, tanto de forma física como en línea.
“Mientras los gobiernos se preparan para sacar las nuevas vacunas, las organizaciones delictivas planean infiltrarse en las cadenas de suministro, o perturbarlas”, advirtió Jürgen Stock, secretario General de Interpol.
Esta alerta permitió que las autoridades de Sudáfrica incautaran cientos de vacunas falsas, alrededor de 400 ampollas, equivalentes a unas 2.400 dosis, que fueron halladas en un depósito junto a mascarillas (tapabocas) falsas. Fueron detenidos tres ciudadanos chinos y uno de Zambia, quienes no pudieron explicar su permanencia en el lugar.
En China, la policía logró desbaratar otra red clandestina de venta de vacunas contra el covid-19 falsificadas y realizó una redada en los locales donde se fabricaban, lo que dio lugar a la detención de unos 80 sospechosos y a la incautación de más de 3 000 ampollas.
Las detenciones ocurrieron tan sólo unas semanas después de que Interpol publicó una notificación naranja, en la que advertía a los organismos encargados de la aplicación de la ley de que estuvieran preparados para combatir las redes de delincuencia organizada que están dirigiendo sus actividades, tanto físicamente como en línea, hacia las vacunas.
“Aunque acogemos con satisfacción este resultado, no es más que la punta del iceberg en lo que respecta a los delitos relacionados con la vacuna contra el covid-19”, declaró Stock, y agregó: “Tras nuestro aviso de que los delincuentes tendrían como objetivo la distribución de vacunas, actuando tanto dentro como fuera de Internet”.
“Desde que el covid-19 llegó a las costas de Sudáfrica, el gobierno ha adoptado un planteamiento integrador y multidisciplinario en materia de aplicación de la ley. Esto, unido a nuestra asociación con nuestros homólogos de todos los países miembros de Interpol, está demostrando ser muy eficaz, como hemos visto en las detenciones de ciudadanos de otros países que intentaban vender vacunas falsas a personas desprevenidas, en Sudáfrica”, declaró el brigadier Vish Naidoo, portavoz nacional de la Policía sudafricana.
Por su parte, un representante del Ministerio de Seguridad Pública de China declaró: “El gobierno chino concede gran importancia a la seguridad de las vacunas. La policía de nuestro país está llevando a cabo una campaña específica para prevenir y reprimir los delitos relacionados con las vacunas y, con arreglo a la ley, se dedica a investigarlos y combatirlos enérgicamente. Seguiremos reforzando la constructiva cooperación con Interpol y con las fuerzas del orden de otros países para prevenir con eficacia estos delitos”.
Las investigaciones continúan y, además de las detenciones practicadas en Sudáfrica y China, Interpol está recibiendo más informes sobre distribución de vacunas falsas y tentativas de estafa dirigidas contra organismos sanitarios, como residencias de ancianos.
¿Frente a este trágico escenario, cabe preguntarse por las tareas de las fuerzas de seguridad en Argentina? Es de aguardar una pronta respuesta atenta a la posible oferta.
