Por Daniel Torre (*)
La foto de la Oficina de Ujieres del Palacio de Tribunales I impacta por donde se la mire.
En épocas de virtualidad y digitalización, observar una fila de más de 15 abogados esperando ser atendidos por un empleado judicial provoca, al menos, vergüenza ajena.
Los turnos on line para ujieres son de solo cinco minutos y si los letrados carecen de ellos no son recibidos por más que la oficina esté vacía.
Si a los profesionales se les pasaron sus turnos, tampoco los atienden. ¿Qué es esto? ¿Quién exige atención y respeto?
No dejan entrar a más de una persona por vez, por protocolo, sin embargo, en la puerta, afuera, puede haber 15 ó 20 abogados esperando.
Una cédula de notificación está demorando 20 días en ser diligenciada y rendida, y si un ujier o notificador se enferma o viaja por alguna causa, nadie lo suplanta hasta que regrese. Las consecuencias: se vencen los plazos, se pierde tiempo y se retrasan audiencias, entre otras. ¿Quién controla? Nadie.
Colegio ausente
Los letrados de Córdoba nos encontramos actualmente sin una institución que nos represente. Es una situación que no ocurre desde que tengo memoria. Nuevo Tiempo, el espacio que integro, formalizó innumerables quejas, críticas y propuestas ante la mesa de entradas del Colegio de Abogados y sus directivos. Lo propio hicieron numerosos colegas también, en forma individual y grupal.
Todas las ideas caen en saco roto. La actividad gremial del Colegio de Abogados de Córdoba fue pulverizada por la actual gestión. Los elegidos por el voto para defender los intereses laborales y profesionales de todos los letrados redujeron su actividad a actos protocolares, cursos vía Zoom y fotos de ocasión con autoridades políticas y judiciales.
No hay una sola acción directa realizada por el actual presidente de la entidad y lo que queda de su directiva (puesto que ya renunciaron varios), enérgica y eficientemente dirigida al beneficio de nuestra profesión.
Las autoridades colegiales se manejan en el más absoluto silencio e invisibilidad, haciendo oídos sordos a los numerosos reclamos de los abogados de Córdoba. Sólo pueden mostrar algunas pocas fotos de ocasión, con escaso resultado.
La Justicia injusta
A fines de 2020 se presentó ante la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) un pseudoamparo que se fue diluyendo en reiterados y dilatorios cuartos intermedios.
En las comisiones médicas, la demora en fijar fecha de la junta para determinar la incapacidad laboral es de más de un año.
El instituto de la mediación actúa como un dique que demora terriblemente el derecho de los justiciables a acceder a una verdadera demanda.
Las audiencias de vista de causa de los tribunales laborales son horrorosas: están prácticamente suspendidas desde hace dos años, sin contar la demora que ya registraban antes de la pandemia.
Los juzgados de Familia actúan como un mundo aparte, sin control de ningún tipo. Cada juez y cada tribunal tiene sus “propios códigos” de procedimiento.
Los procesos ejecutivos, otrora los juicios más simples y con menos pruebas y audiencias, pasaron a tener una demora en ingresar un escrito de 20 días hábiles o más, y los abogados no saben qué decreto les espera cuando el expediente sale de despacho.
Por último, cabe resaltar que el Sistema de Administración de Causas (SAC) se anula cada cinco minutos y hay que resetearlo constantemente.
Así, con títulos y procedimientos propuestos por ingenieros electrónicos sin el asesoramiento de abogados, las falencias del SAC terminan de redondear el combo terrorífico que es hoy la injusta Justicia de Córdoba.
(*) Abogado. Titular de la agrupación Nuevo Tiempo
Excelente descripción de los padecimientos que pasamos los abogados litigantes y de la ausencia del colegio de abogado en la defensa de los derechos de los abogados.
Coincido en todo, en la secretaría de cobros particulares me demoró 45 días,cuando lo plantee en el colegio no recibí ninguna ayuda; en las elevados aporte que se están pagando en el fuero de familia se hace difícil sostener éstos incrementos; mientras que en laboral se da el beneficio de la gratuidad al empleado, permitiendo un diferimiento,en ningún otro fuero tiene éste beneficio,( familia o defensa del consumidor) otra vez se vuelve difícil sino imposible pagar 5mil de aportes alguien que esta pidiendo una cuota alimentaria.
y también sería bueno hablar un poco de quienes tenemos la “FORTUNA” de iniciar ejecuciones. con sólo dos secretarias de ejecución y demoras de hasta 45 días para proveer cualquier cosa. ojalá alguna vez alguien nos escuche. yo propondría que nuestros magistrados y funcionarios salieran por seis meses a la calle a ganarse el mango. allí comprenderian un poco nuestros padecimientos. saludos a todos
Concuerdo absolutamente, el destrato que sufrimos diariamente en esta querida profesión es increíble. Quien debería defendernos no lo hace y así seguimos sin poder brindarle una respuesta a nuestros clientes. Vergonzoso.
Totalmente cierto. De que sirve la Secretaria de ejecución? Un ejecutivo sin contraparte podía tardar como mucho 4 meses, ahora casi 2 años, y encima se dan el lujo de cuestionar los títulos (pagares) es un horror litigar así. No leen los escritos y decretan lo que les parece, estamos desprotegidos, no se puede trabajar asi.
Estoy totalmente de acuerdo en mi caso con muchos años de profesión nada me sorprende pero el funcionamiento en Pandemia recrudecido el mal funcionamiento o nulo funcionamiento y el Colegio nunca sirvió para nada infinidad de veces recurro para solicitar su intervención y nunca sirvió se acuerdan cuando hay elecciones; utds que so jóvenes no deben resignarse.-
y eso que se impone ser tratados como a los magistrados art.17 ly 5805.- Además son los abogados y abogadas quienes respaldan todo el sistema y pago de suedos de los notificadores, ujieres y todos los integrantes del poder judicial, son los que litigan, los verdaderos abogadas y abogados, lo demás son puestos públicos, no tener en cuenta ese agradecer es lo que hace no tenr más ganas de ser litigante y todos quieren el puesto.
impecable
El colegio de abogados es un anacronismo en si mismo. El único fin que lo mueve es ser plataforma de lanzamiento para futuros posicionamientos políticos o cargos electivos en el Consejo de la Magistratura. El colegio no cumple con ninguna función representativa de los intereses de los abogados que ejercemos la profesión.
Concuerdo 100%. Tanto tramites administrativos y judiciales demorados y paralizados, el Colegio en silencio. Solo se traduce en una justicia sin justicia