Uno de los temas más tratados en esta columna es el problema de la inseguridad. No es que lo hagamos caprichosamente sino porque resulta una de las cuestiones que más preocupan a los argentinos en general y a los cordobeses en particular.
Cuando promediaba la cuarentena, escribimos aquí mencionando el aumento de casos que se estaban dando y nos hicimos eco de las manifestaciones brindadas por las distintas autoridades en materia de seguridad quienes expresaban con una solvencia casi profética que cuando se levantara la cuarentena el número de casos delictivos aumentaría, cosa que ocurrió.
Es alarmante el actual incremento de hechos delictivos, agravándose esta situación por la violencia con la cual se ejecutan. Algo reconocido por el propio secretario de Seguridad de la Provincia, quien afirmó, al presentar un cuerpo espacial de la policía que intervendrá en el barrio de Alta Córdoba: “Vemos un incremento en la violencia de los delitos”. También escuchábamos los otros días un reportaje a un alto jefe policial que describía con claridad la situación de violencia e inseguridad que enfrentamos cotidianamente, pero sin decir palabra respecto de las soluciones.
Es realmente llamativo ver como nuestros funcionarios, de cualquier área, jerarquía o jurisdicción -en este caso hablamos de la seguridad pero lo que decimos es aplicable a casi todo lo que nos pasa- describen con una precisión llamativa la situación, sin expresar nada acerca de cómo solucionarlas. Creemos que los ciudadanos necesitamos más que un relato de lo que nos pasa: necesitamos que empiecen a explicar qué están haciendo para remediarlo.
La inseguridad, desde hace tanto tiempo, resulta un tema de importancia para nuestra sociedad, porque no se ha logrado nada para revertir un cuadro de situación que se agrava con el paso del tiempo. Experiencias como la de Rudolph “Rudy” Giuliani, nada menos que en Nueva York, muestran que con acciones correctas el fenómeno de la inseguridad puede enfrentarse y disminuirse. Eso, por citar solo un caso. Hemos tratado varios, de distintos lugares del mundo, en esta misma columna. Algo que, entre nosotros, nunca ha pasado. Ergo, o somos distintos de los demás humanos o se está errando al tratar el tema para que las políticas implementadas para solucionar dicho problema se muestren siempre ineficaces.
¿Existen realmente acciones que procuran una mayor seguridad colectiva? Nos lo preguntamos porque hemos visto formar nuevas unidades, que no son sino redistribuir gente de otras. O poner a los mismos con un distinto nombre una llevaba a cabo una tarea idéntica a la que se hacía antes.
También, muchas veces, vemos que en los medios se publicita “hemos entregado nuevas unidades a la policía” de autos y motos. En realidad no es así. Simplemente se compra, no para incrementar la capacidad, sino para mantener un número frente a las que quedan fuera de servicio por su deterioro en el uso o roturas varias. Toda fuerza policial en el mundo adquiere periódicamente nuevos rodados y motovehículos. Sería triste que se quisiera hacer pasar como logro aquello que no es sino una medida periódica común y necesaria solo mantener una numérica.
Basta ver los posteos oficiales de la policía en las redes: aniversario de una unidad, reuniones varias, cursos y alguna acción altruista de sus integrantes. Parece la policía de un pueblo suizo antes que la de Córdoba. Las acciones tácticas, los éxitos desbaratando bandas, brillan por su ausencia. Salvo, claro, por los incrementos en las multas de la caminera. De las que ya hemos hablado en otra oportunidad.
Los ciudadanos no necesitamos que: a) nos relaten lo que pasa; b) nos muestren como que hacen cuando en realidad no hacen; c) nos expliquen por qué hay inseguridad. Lo que se necesita es que los responsables se hagan cargo y empiecen a tener un actuar eficiente en aquello para lo que precisamente están designados.
Lo cierto es que parece que nada de lo que se hace alcanza y que los cordobeses cada vez nos sentimos más desprotegidos ante el accionar de los delincuentes. Y ello nos lleva a cuestionarnos si las medidas que se toman, son las correctas y/o son solo anuncios para mostrar acción a los fines de generar algún sentimiento de protección, sin que en el fondo cambien algo de la difícil realidad que nos toca vivir.
Con lo que decimos no ponemos en duda la buena voluntad de quienes tienen la difícil tarea de enfrentar la criminalidad y proteger a la ciudadanía, lo que intentamos poner en discusión si lo que se hace y en la forma en que se hace son eficaces. Cuando escribimos esto recordamos la frase adjudicada a Albert Einstein la cual expresa: “Si siempre hacemos las mismas cosas, los resultados siempre serán los mismos”.
(*) Abogado. Doctor en ciencias jurídicas
(**) Abogado. Doctor en derecho y ciencias sociales