ESCUCHAREl asalto a la Praça dos Três Poderes (sede del Ejecutivo, Legislativo y Judicial del Estado brasileño) ha sincerado de una vez y para siempre la pretensión de la derecha continental de atentar contra el orden democrático y promover la instalación de una nueva etapa dictatorial en América Latina.
El plan continental fue elaborado durante el desarrollo de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) celebrada en México los días 18 y 19 de noviembre pasados.
Su agenda principal impulsa una línea de acción contra lo que estos elementos cuasi marginales de la política global consideran una “expansión del socialismo” en América Latina.
Es menester que presentemos por estos lares a la CPAC para que nadie sea sorprendido en su buena fe.
Se trata de la organización ultraderechista más grande del mundo, creada y controlada desde hace medio siglo por la Unión Conservadora Estadounidense, que realiza una o dos reuniones al año a las que concurren cerca de 200 organizaciones integradas por poderosos empresarios y productores, quienes buscan pagar menores salarios y destruir la legislación laboral vigente que las conquistas de los trabajadores lograron a lo largo de la historia.
Todo movimiento contrario a los designios de la CPAC es considerado “comunista”. Razón suficiente para que, con el auxilio de los servicios de inteligencia, confeccionen las nuevas listas negras que alimentarán la nómina de muertos y desaparecidos sembrados y a sembrar durante el siglo XXI.
La puesta en marcha de tamaña locura ha tenido repercusiones sociales devastadoras. La “reducción de la creación de empleo formal, un aumento de la informalidad, el estancamiento o pérdida de los salarios reales, caídas en la inversión y crecientes demandas sociales” son algunas perlas del arcón de la fortuna de los que promueven el retorno a la servidumbre y la esclavitud.
Además, cabe observar que en nueve países donde es posible comparar la desigualdad medida según los índices de Gini y de Atkinson, se observan tres grupos de aquéllos: el primero, donde la desigualdad disminuyó en 2020 y 2021 (Argentina, Paraguay y República Dominicana); un segundo grupo en los que el índice de Gini de 2021 es similar al de 2019 (Brasil, Colombia y Perú), y otros tres países donde se registró un aumento de la desigualdad en dicho período (Costa Rica, Ecuador y Uruguay). En el caso ecuatoriano -anota el historiador Juan J. Paz-y-Miño Cepeda, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador-, el incremento ocurrió principalmente en 2020, mientras que en 2021 no hubo variación, hecho debido al “incremento de los ingresos en los quintiles mayores”.
Dice la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que, si se toma como referencia un período más lejano, el año 2014 en que la tasa de pobreza regional alcanzó su valor más bajo, las cifras de pobreza más recientes son más altas que las de ese año en Argentina, Brasil, Colombia y Ecuador, lo que también se cumple en cuanto a pobreza extrema.
Las mayores tasas de pobreza se hallan en las poblaciones indígenas pues supera 40% en Colombia, Ecuador, México y Panamá. Lo más grave es que se han sumado las afectaciones a la educación con motivo de la pandemia de covid-19; no sólo por las restricciones a clases presenciales sino por la imposibilidad de acceder a la conectividad de amplios sectores.
Para la Cepal, en la región hay una “crisis silenciosa de la educación”. Ecuador se destaca aquí por las mayores desigualdades para niños y adolescentes afrodescendientes e indígenas.
Retomemos la esencia de nuestra oferta semanal. La conferencia de la CPAC de 2022 por primera vez tuvo como escenario América Latina.
¿Quiénes fueron las voces principales del encuentro? ¿Qué se dijo en el evento? ¿Cuáles son las actuales preocupaciones de los personajes antiderechos más importantes del mundo?
Los ponentes fueron más de 50, entre políticos, autoridades gubernamentales, especialistas y activistas, junto a poderosos empresarios prestos a contribuir con extraordinarias donaciones.
Uno de los primeros en perorar fue el guatemalteco Alejandro Giammattei, quien usó todo su poderío e influencia para rechazar el matrimonio homosexual y la despenalización del aborto en casos de mujeres que hayan sido víctimas de violación sexual.
En el evento, Giammattei dijo: “Somos parte de un movimiento conservador internacional que clama por la preservación de lo más sagrado, somos los últimos defensores de la vida, la familia y la libertad en todos sus ámbitos”. Y agregó: “Mantengamos la firmeza ante las imposiciones externas que afectan contra nuestros principios fundamentales, mantengamos la firmeza en la tormenta de lo relativo”.
En general, las ponencias de los expositores de la CPAC enfatizaron su rechazo al reconocimiento de derechos de las mujeres y personas del colectivo LGBTIQ, como los derechos sexuales y reproductivos o el respeto por su identidad y diversidad. Por ejemplo, Ted Cruz, senador republicado estadounidense, dijo que las “fuerzas socialistas autoritarias” en América Latina han logrado “empoderar” a los “enemigos” de los conservadores.
Así, después de los últimos procesos electorales en Latinoamérica, en los cuales ganaron los candidatos de izquierda -como en Perú, Chile y Brasil recientemente-, el fundador del Movimiento Social ProLife Army en México, Carlos Ramírez, consideró: “El panorama es complicado, prácticamente toda América Latina está pintada de rojo y la izquierda política gobierna prácticamente toda la región”.
En ese sentido también fueron las declaraciones de Joseph Humire, experto en seguridad global y especialista en análisis de redes y amenazas transregionales. Humire calificó a América Latina como un “peligro geopolítico” y enfatizó la urgencia de “unirse para luchar por la libertad y proteger la identidad de los países soberanos”.
En un tono más cercano a la conspiración, el activista cubano Orlando Gutiérrez-Boronat dijo: “Lo que pasó en Venezuela, lo que está pasando en Chile, lo que está pasando en México debe ser una lección muy clara de lo peligroso que es el contagio de este régimen político”. Mientras que Steve Bannon, ex asesor de Donald Trump, afirmó que la tendencia, al igual que en Brasil, es empezar a hacer “el voto electrónico” y que sería “la manera en que quieren empezar a robar votos” en los procesos electorales.
Mientras se llevaba a cabo la CPAC, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tuvo un breve intercambio con el organizador del evento.
El mandatario dijo a la prensa que no conocía a ninguno de los ponentes de la CPAC. “Los personajes… yo ni los conozco. Al menos este actor (Eduardo Verástegui), tengo un mes o dos meses que sé de él, no creo que la gente sepa quién es”.
A lo que Verástegui, por alusión, respondió en su cuenta de Twitter: “¡Presidente, de nuevo nos tienes en la mañanera (conferencia de prensa matutina). Y pensar que no nos conoces siquiera… según dices. ¿Sabes quiénes somos? Somos CPAC México. Somos la mayoría. Claramente, estás en la luna, desconectado de la realidad del pueblo mexicano”.
El fundamentalismo y la agenda antiderechos van en aumento, avanzando de manera sostenida y peligrosa. En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que estos grupos implementan en los países de la región y resaltamos las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos; y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.
Se cuenta que cada miembro de CPAC aportó 250 mil dólares para sostener la movilización de los camioneros que debía impedir el ascenso al poder de Luiz Inácio Lula da Silva.
¿Será cierto?
